El proyecto Maropa para la transformación positiva de la
humanidad es un movimiento colectivo
hacia la unión de la conciencia de la humanidad promoviendo un nuevo estilo de
vida sana en la abundancia de alegría,
relaciones más justas, solidarias y fraternales con uno mismo, los demás y
nuestro medio ambiente.
La base de esta convergencia es
un proceso de armonización colectiva
por encima de nuestras diferencias.
Su efecto energético es la creación de una fusión de los distintos colores que irradian nuestros cuerpos debido a los condicionamientos o resistencias específicos de cada uno a nivel físico, energético, emocional, mental, supramental, espiritual y divino. Esta coloración en distintos niveles es como el efecto de la luz blanca del alma pasando por un prisma o filtro (diafragma fotográfico), originando un arco iris de colores que vibran en varios niveles de nuestros
cuerpos según las resistencias o condicionamientos que nos afectan.
Este diafragma pasa en primera instancia por la cumbre de nuestro cráneo, llamado el lugar del loto de mil pétalos o centro coronal.
Nota: Inconscientemente, teníamos la práctica de
mostrar un determinado proceso de distintos niveles de armonización o
igualación a través de las maneras de cubrir las cabezas: chapeaux (// sombreros,
dar sombra al negativo; francés: cap-alta: hombres respetuosos con cabezas de
standing), cofias (mujeres preparadas para su embellecimiento), boinas (en
francés: bér(ri)ets: pequeños osos o padres) gorros (del viejo francés gorrier:
hombres mostrándose como buenos o bonhommes), mitras (hombres del medio,
mediadores), coronas (hombres de la cumbre de la sociedad)…
La imagen muestra la armonización colectiva, que puede tomar
diferentes formas, es en efecto un
proceso contrario a nuestro condicionamiento de diferenciación remontando
hasta el centro de nuestras almas debido a la aceptación mutua y en la que a
pesar de nuestras diferencias todos formamos
un único cuerpo colectivo de unión interactiva
El efecto de este proceso es un reajuste de los colores de
luz energético-etérico que irradian desde los distintos niveles de los cuerpos
de todos los que participan. Además, se produce una conexión más intensa y un
reajuste con el centro del alma de cada uno que siempre irradia una luz blanca transcendente como
testimonio de la presencia del Principio Inteligente Común y Universal de la
fuente de todos. De esta forma crearemos progresivamente una mejor conexión de nuestros distintos cuerpos mediante nuestros
corazones con la pureza del centro del alma y el arquetipo universal humano, llamado la vía celestial de la
revelación o antahkarana.
El efecto beneficioso y progresivo es el despertar, la reparación y el ajuste natural del nuestro ADN,
patrimonio de la luz del alma y el
estímulo adaptado del nuestro ARN, transportador de la luz de nuestras
almas. Experiencias realizadas en este sentido muestran ya claramente esta dirección. La
ventaja de la unión de nuestras fuerzas hace más fácil los esfuerzos de armonización, además obtiene
resultados que desde el punto de vista de todos los esfuerzos personales, son
imposibles de alcanzar o igualar.
Los efectos de las armonizaciones colectivas tendrán
finalmente un efecto sobre toda la humanidad
y van a producir regeneraciones e incluso sanaciones inesperadas y “milagrosas”, es decir maravillosas por el proceso de reconexión y
reajuste con nuestras fuentes de vida.
La armonización colectiva no hará desaparecer nuestras
diferencias. Son necesarias para la riqueza y la abundancia de la vida. Pero
ajustando sus vibraciones en la misma unión, sea cual sea su nivel, facilita la comunicación solidaria que abre la vía
de la convergencia. En efecto, trae a la verdadera compasión o la simple aceptación mutua sin juicio de
nuestros problemas y distorsiones, llamados errores (“El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en tirarle una
piedra, Juan 8,7). Conduce a continuación al perdón o la remisión de estos errores por la apertura del espíritu,
hasta ese momento aislado y prisionero de sus límites, para la comprensión de
sus razones (llamadas causas). Por fin, conduce a la reconciliación o a la aceptación del otro como un ser igual en el
camino hacia la verdad pero con experiencias diferentes, sin embargo
persiguiendo el mismo objetivo soñado de vivir un paraíso de paz en la tierra.
El resultado final pide la confirmación
y extensión del volver al nuevo orden o
acuerdo de fraternidad solidario por una
alianza mundial.
Acabamos de constatar aquí que el orden de los temas del
proyecto propuesto en principio no era correcto y debería ser: Madrid: compasión, Roma: perdón, y París: reconciliación. Eso nos llevará
a Berlín:
la
confirmación de la fraternidad solidaria y finalmente a Ginebra y Washington para el reconocimiento y la celebración de la
nueva alianza de la humanidad.
Cuando observamos el proceso del proyecto observaremos que se trata también de una verdadera liberación del peso histórico que pesa sobre el corazón del mundo, llamado karma colectivo. Se refleja bien en los informes del rombo, (francés: los-ange(l) formado por las cuatro primeras capitales citadas. Forman al mismo tiempo el cuerpo del alma del mundo cuyo punto central de luz se refleja en Ginebra (en el centro de las diagonales del rombo de las cuatro ciudades).
Nota: Este rombo es el reflejo de las energías cósmicas de la parte principal de la Osa Mayor. Su estrella Conductora, llamada Alkaïd(a) (traducido como espada o luz que centellea o también como base de coincidencias de
los conflictos actuales) corresponde a la ciudad de Jerusalén. La estrella más grande Dubhe (pivote, punto crucial alrededor del cual se concentraban los restos del viejo orden de la Atlántida) corresponde a Madrid.
La estrella Megrez (autoridad) corresponde a Roma. La estrella Mareak (jade magnífico, símbolo de la transformación en la esperanza del renacimiento o resurrección)
corresponde a Paris. La estrella Phecda (perla) corresponde a Berlín. En el centro de las diagonales se encuentra el punto de luz trascendente cósmico, la puerta hacia el Gran Atractor o el punto omega del universo, que llamamos GRAU (provenzal para conexión entre un lago interior y el mar, simbólicamente la materia gris del ser humano con la Inteligencia Universal Cósmica) Es desde ahí donde
la voluntad del plan divino debería ser conocida por los responsables del mundo.
Este proceso de crear un clima de armonía, afectará
inevitablemente a toda la atmósfera de la tierra y los seres que lo viven. Es
como nueva sangre inyectada en el corazón. Al cambiar las vibraciones del
corazón del mundo, todo el ambiente planetario se liberará del peso ciego que
lo condiciona actualmente y que limita la expresión libre del potencial solidario
de nuestro verdadero carácter humano, espiritual y religioso.
Además, en directo y concreto, el proyecto se orienta hacia una vida más simple, auténtica y solidaria. Quiere liberar a la humanidad del falso uso del poder como medio para dominar y excluir a una minoría sin respetarla. Quiere liberarla de los desequilibrios sociales basados en convicciones elitistas de razas, naciones, dinero, fama, ciencia, pureza o espirituales-religiosas. Quiere liberarla también de su esclavitud de la materia como elemento de puro consumo para alimentar nuestros deseos personales en detrimento del otro y con el agotamiento de los recursos de nuestro medio ambiente.
El movimiento de liberación se concreta mediante el carácter colectivo
de la armonización. Facilitará y estimulará el servicio creativo que cada ser humano puede prestar al mejor bien de sí mismo y del otro en el respeto del contexto planetario.
Mediante el proceso de armonización de las energías interiores y exteriores que lo rodean, se creará un ambiente de equilibrio, propicio para aclarar la unión de las capas energéticas-etéricas que rodean nuestros cuerpos físicos como expresión luminosa, gloriosa y victoriosa de nuestros espíritus. Esta
aclaración realizada por el proyecto Maropa hace alusión al texto del libro de la revelación (Apocalipsis, 3-5, 6-11; 19,8) que enuncia la prenda del vestido blanco (la ropa o vestido blanco) “El que lo supera se revestirá así de prendas de vestir blancas; no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre y ante de sus ángeles.”
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