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La puerta de Shamballah (el corazón: la habitación de Dios)


Blog para promover un movimiento interactivo en el marco del trabajo de síntesis, presentado como Pangeosis.
El trabajo de síntesis se concibe para liberar la conciencia
colectiva. Se basa en el conocimiento y el control de la energía universal.
Se refiere a cada ser humano y a su responsabilidad.
Recurre especialmente a los líderes: políticas, sociales, económicos, profesionales, científicos, educativos y sanitarios y espirituales y religiosos.

sábado, 25 de abril de 2015

El esquema histórico del propósito divino para la Gran Transición de la Humanidad (parte 1)

Los cambios se hacen progresivamente. Es como en las plantas. No dan fruto desde el primer momento en que son sembradas. Igualmente pasa para la Gran Transición de la humanidad tal y como muestra el siguiente esquema. Es un gran cambio que va en aceleración continua en el tiempo hasta llegar a un punto clímax de corto tiempo. Es como un huracán. Se crea mediante una acumulación  de factores. Progresa y aumenta hasta un clímax y disminuye después para disolverse. El centro es calmo pero se desplaza constantemente. A nivel de la transición de la humanidad, pocos serán quienes no sean afectados por las tormentas y sus efectos destructivos, a menos que puedan seguir en el centro del sentido de su evolución.       
Estos cambios tienen dos partes alrededor de un tiempo crucial al que nos  acercamos ahora. Comenzaban con una separación entre espíritu y materia que nuestra mente ha construido como reacción frente el viejo sistema cerrado como indicamos más adelante. La liberación de este antagonismo artificial va junto con cambios cósmicos. Están en el origen huecos en el entorno planetario que provocan remolinos. Conducirán poco a poco hacia una abertura crucial en el cinturón de Van Allen. Unirá las tres dimensiones de las manifestaciones que conocemos en un nuevo acuerdo: el espacio planetario con sus formas de vida (formas que cambian como rebeldías o jacquerias), los ciclos del tiempo con sus altos y bajos de variaciones (transición de condiciones como torres-madalenas de referencias) y el reparto de las relaciones entre las energías (intensidad o plenitud relacional de las fuerzas  o de salom). En el plano cósmico, estas dimensiones son conocidas como las fuerzas mariales. Las encontramos también en los espíritus encarnados de las tres Marías (Jacoba, Magdalena y Salomé). Empleamos la connotación “marial” en su sentido de energías dimensionales puras (vírgenes) cuya tendencia natural es manifestarse en un movimiento de unión (matri(x)-monio, mariage en francés) de acuerdos puros de manifestación. Es el significado de la cruz marial de luz cósmica de la que se hace mención en el esquema posterior.

Mediante esta abertura de las atmósferas de la tierra entrara la luz de unión del Espíritu de Verdad de la vida cósmica hasta el nivel más físico. Nos liberará de nuestros desacuerdos tridimensionales con la evolución cósmica. Ajustará estas dimensiones mariales planetarias con sus correspondencias cósmicas en el acuerdo marial principal del reino cósmico (fuerza Espíritu María Madre). Significa un ajuste de los polos opuestos y aspectos divididos en la vida planetaria en la que el dominio del masculino sobre el femenino en las relaciones es una distorsión de la mente humana.

A este ajuste le llamamos el salto cuántico. En realidad, es un salto cualitativo de unión superior. Nos hara descubrir que nuestra mente de división es al fin una mente autodestructiva si no tiene la perspectiva de su perfección en la unión. Nos hara descubrir que la vida es la unión que existe ente las diferentes partes de la manifestación. Implica una jerarquía de conciencia que va desde el nivel individualizado y diferenciado hasta el nivel colectivo de unión por medio de acuerdos interactivos que dan su sentido a las diferencias. Todo concepto de separación es solo una conciencia todavía no liberada de la mente condicionada, propia de una forma específica de manifestación.    

El clímax se presentara como un tiempo de revelaciones maravillosas. Será una maravilla de descubrimientos, también científicos. El miedo por lo no conocido nos hacía, hasta ahora, proyectar generalmente estos cambios mayores como cataclismos. Pensar en cataclismos, los atrae.

Pero podemos entrar en este acuerdo cósmico. Entrar libremente en un acuerdo es en si mismo un proceso armonioso y maravilloso cuando estamos dispuestos a abrirnos y ser suficientemente flexibles. De esta manera puede ser suave, a pesar de las fuerzas inmensas que se pueden liberar. Cambiar de casa voluntariamente será más agradable y constructivo que ser forzado por el conflicto de inundaciones u otras amenazas previsibles.

Entraremos de nuevo en el acuerdo cósmico olvidado que está basado sobre el principio de la armonía mediante la comunicación solidaria. Supera a la división y los juicios mentales humanos. Abre la mente para buscar nuevas y mejores soluciones. Estimula la perfección de nuestra visión de armonía con el entorno. Ilumina nuestra conciencia de unión, no solo para conservarla sino siempre para extenderla.

Dejará prever en muchos casos las decisiones preventivas a tomar para los cambios en el futuro. Las causas mayores de sus aspectos destructivos serán más y más comprendidas como los enemigos de estos cambios: nuestro comportamiento irresponsable frente a nuestro entorno, los miedos, nuestras resistencias y nuestra incredulidad, en resumen los viejos demonios de nuestra mente de división nos convierten siempre en víctimas fatales. Un huracán demanda protegerse, dejar su casa si es necesario, cambiar de vida y en fin innovar mejorando la base del principio básico de la vida que nuestro mundo individualista ha olvidado: la solidaridad que demanda interactividad comunicativa. Nuestra igualdad, libertad y fraternidad no tendrán nunca un sentido realista y concreto sin ella. Está claramente probado por la nación francesa y su problema fundamental de unión por falta de solidaridad comunicativa entre las fuerzas opuestas. La mayor ausencia es el coraje para afrontar un nuevo estilo de vida en concreto en vez de defender sus principios republicanos teóricos, que cada uno defiende para su propio interés.  
Los cambios invitaran a un ajuste total de la vida planetaria. Serán, para los conceptos humanos clásicos, naturalmente catastróficos porque están construidos en el curso de los siglos cada vez más fuera de la armonía con el entorno. Es decir que el ser humano se ha imaginado que sus conceptos de vida son más valiosos e importantes que el cuerpo planetario, sus fuerzas y su potencial. Es el gran error humano y el sentido catastrófico de sus conceptos que ponen en este tiempo su propia supervivencia en duda.
Los cambios nos acercaran de nuevo a la pureza y la belleza del acuerdo cósmico original de la inmaculada concepción del paraíso del plan divino. Se simboliza por la rosa mistica sin espinas del Carmel (= jardín del paraíso sin conflictos) con cual se presenta la Virgen María (del Carmel).

Vierge au jardinet, Maître rhénan anonyme, Musée de l'Œuvre Notre-Dame http://fr.wikipedia.org/wiki/Notre_Dame_du_Mont-Carmel
El primer periodo de 1789 hasta 1989. Cuenta 200 años (número de la abertura, del juicio, de la dislocación).  Es el periodo de la formación de las bases de la transición por cual se derrumbaban los restos de los fundamentos del sistema jerarquizado y cerrado que quedaban de Atlántida, con los privilegios, exclusividades y poder de iniciados (los ancianos). Encontraba el fin de su ciclo pleyadiano en 2012 para conducir hacia la formación de las bases de un nuevo acuerdo social relativo a un nuevo orden mundial en preparación.
1. La Revolución Francesa: 1789-1799, los años inicios (10 años, el antagonismo entre espíritu y materia)
Era el principio de la liberación individual interior y exterior del ser humano, necesario para el despertar de una nueva conciencia individual y social, fundada sobre la búsqueda de los valores y el potencial propios.
Francia se revelaba como el corazón del mundo. Reflejaba los principios en la dirección en que los cambios deberían basarse, declarando los derechos del hombre como la garantía para un mundo mejor.
Esta revolución daba nacimiento en el siglo 19 a nuevos movimientos sociales, políticos, económicos, profesionales y religiosos. 
Este periodo iniciaba la transmutación: es el más básico del proceso de transición. Es la liberación de la voluntad de cambio hacia una mayor coherencia y valorización de cada uno. Es como una cura de salud. Es esta la fuerza de voluntad de cambio la que siempre animaba los cambios hasta ahora. Nos empuja a ir siempre más allá del orden establecido hasta que sentiremos el llegar a integrarnos de manera armoniosa en el ritmo de un orden en concordancia con el propósito del plan de la vida.
2. La Primera Guerra Mundial: 1914-1918 (4 años, símbolo de los acuerdos de las 4 dimensiones)
Era el inicio de la liberación del principio de la interactividad entre los seres humanos. Lo que toca a una persona, toca finalmente a todos. Funciona como una escalera de peldaños. Iniciaba la liberación de las relaciones del ser humano con el otro en la marca de nuevos horizontes de vida, un nuevo orden social y la creación de asociaciones sin ánimo de lucro. Este último hecho será el contrapunto espiritual concreto a la tendencia de la evolución de la sociedad hacia el todo materialismo, sobre el efecto de los descubrimientos científicos y sus aplicaciones técnicas.
El espíritu “sin ánimo de lucro” será después de la segunda guerra mundial la motivación del despertar de la nueva conciencia espiritual. Finalmente debe concretizarse como un servicio solidario al mejor bien para todos. Será el gran desafío de los cambios.
Este periodo iniciaba la transformación: es el ajuste de la sensibilidad humana para relaciones más adecuadas o de “justicia”. Necesita que el conjunto se perfeccione y se vuelva más interactivo.
Conduce hacia la liberación y regeneración de las relaciones con uno mismo (interior), el entorno y los demás (exterior) mediante la confrontación con las energías de la vida. Inicia a nuevas experiencias y descubrimientos que revolucionaran la vida con todas sus consecuencias positivas pero a veces también, destructivas e inhumanas.  
Invita a su maestría y el contacto con el orden superior del alma. Es como una cura de rejuvenecimiento que lleva inevitablemente hacia la ruptura con los conceptos restrictivos del pasado. Pero la falta de experiencia espiritual con las nuevas energías que están surgiendo tienen el peligro del deslumbramiento colectivo y de su manipulación que conducían hacia purificaciones basadas en exclusividades irrealistas y étnicas.   
3. La segunda Guerra Mundial: 1940-1945 (5 años, símbolo de la abertura hacia el universo y la gracia de su espíritu de vida). Era el inicio de la liberación del principio de las fuerzas ciegas del poder de manipulación. Se muestran autodestructivas si no se tienen en cuenta las experiencias y las necesidades de cada uno en todos los niveles de la vida.
Significa el inicio a la verdadera abertura hacia el mundo espiritual, acentuada en el nivel físico cósmico por las bombas atómicas. Conducía hacia la abertura de nuevos horizontes de visión de vida y la reorganización de las fuerzas e intereses en el mundo, a la creación de los derechos del hombre a nivel mundial y a la creación de las organizaciones de Naciones Unidas.
Es el periodo que iniciaba la transfiguración: conduce hacia un cambio total de la vida, preparando un orden nuevo en todos los niveles de su expresión. Significa una liberación mental de los viejos conceptos dualistas y dudosos. Siembran continuamente un clima de tensión mental. Al fin estimulan una nueva comprensión más global que llama a la abertura y la bajada del Espíritu Uno de Verdad. Revelara las verdades escondidas de la vida con la salida de los escándalos.
Conduce hacia un periodo intermedio de iniciación espiritual con la búsqueda y el despertar de la luz espiritual interna y el descubrir de la necesidad de expresar el propio potencial de cada uno. En el plano social se despierta la necesidad de unir sus intereses para llegar a la paz.  Se descubren las herramientas de relajación y de armonización. 
Sigue un periodo de 44 años (1945-1989, adaptación de la naturaleza planetaria al nivel cósmico) con aceleración de cambios y de reorientación en la cual el entorno planetario se prepara hacia la comprensión del propósito del plan divino con el fin de facilitar las condiciones de cambio para la humanidad. Esta armonización se cumple el 5 de enero 1989 con la transfiguración solar mediante la cual el sol absorbía antimateria, purificando así su reacción nuclear generando una luz más clara y blanca. Había entonces una cadena de reacciones que se ponían en marcha y que van a conducir entre otras hacia el clímax de la desintegración lunar.
El segundo periodo cuenta 28(=29) años (de 1989 hacia 2018), símbolo del despertar de una nueva vida crística sobre la tierra mediante la solidaridad y el esfuerzo de la unificación de los individuos fuera o por encima de los conflictos que dividen el mundo. Es el ciclo superior de la transición. La transfiguración conduce hacia una serie intensa de cambios de la vida estimulando una purificación espiritual en la cual las referencias mentales del pasado se relativizan y se abandonan. Ahora la purificación se hará más y más de forma voluntaria y en la búsqueda de una armonía entre el plano individual y el plano colectivo sin excluir ni privilegiar.
Significa un proceso de purificación espiritual que debería llevar la humanidad hacia una conciencia colectiva y planetaria, todavía no conocida, en el Espíritu Uno para empezar su iniciación en su naturaleza divina, aunque, para la gran masa, la conciencia humana todavía permanece principalmente  focalizada en el mundo de la manifestación
1. La Transubstancialización: (1989-2012) cuenta 23 años, es el símbolo de la encarnación del Espíritu formando una masa crítica en la humanidad). Significa un salto concreto substancial en las relaciones de la mente humana con el mundo de la manifestación.  Es un salto de la mente, limitada por el mecanismo tridimensional cuántica y su división analítica, hacia una manera cualitativa multidimensional de pensar y de actuar en la unión del conjunto de la vida. El ser humano comienza proyectar su vida en el conjunto. Es el fin de un proceso mental que estaba orientado hacia la división y las desigualdades en el mundo,  mantenidas por intereses y visiones individuales. Culminaba en el movimiento de los indignados, una de las primeras  manifestaciones concretas del surgimiento constructivo de una masa crítica dentro de la humanidad.  
Es la liberación de la mente supramental. Es el nivel del mundo luminoso de los acuerdos que unen el mundo de las divisiones tridimensionales de la forma, de la transición cíclica de sus condiciones temporales y de la intensidad inteligente de las energías que la alimentan. Es la reconexión del mundo inferior de la materia con el mundo superior del espíritu. Da a la materia una cualidad de vibración superior de tal manera que se vuelve una realidad más interactiva, más solidaria y más unida con el conjunto de la creación.
Podemos decir que da a la mente de nuevo un estado de pureza o de inocencia, virginidad o ausencia de culpabilidad en la comprensión. Es como un estado andrógino, libre de características masculinas o femeninas que separan la percepción de las ideas en polos opuestos llevando inevitablemente a conflictos entre valores particulares.
El gran cambio que lleva esta fase es la liberación del principio de la unión mediante la armonía en lugar de conflictos. Hay un desinterés creciente por las divisiones políticas y sus combates. La vida espiritualmente más elevada pasa por la transición constructiva y progresiva hacia más unión y entendimiento en lugar de destrucción y exclusión. La diferencia es la proyección de la de unión en el presente como un proceso de armonización mutuo o de servicio concreto al mayor bien del conjunto en lugar de hacer prevalecer e imponer las ilusiones de intereses de visiones particulares como soluciones ideales para todos.
En esta fase, la vida cambia de orientación. Desde lo exterior se orienta más hacia nivel interior del alma y la realidad de nuestro Ser Superior. Busca las expresiones de valores más auténticos, universales o divinos. El ser humano vuelve humanista de verdad. Busca oportunidades inteligentes y herramientas que puedan valorar  la unión entre todos mediante armonización, comunicación y solidaridad. Pero no llegara antes de que cada uno se vuelva mediador entre los mediadores y que llegara a un cambio total de nivel cualitativo de su vida (casa, trabajo, intereses…).
A nivel exterior se desarrolla poco a poco la necesidad de una visión concreta de unión entre las colectividades de los seres humanos. Es un renacimiento colectivo o planetario de la humanidad en la solidaridad. Se manifiesta en principio en caso de dificultades o catástrofes. Hace falta todavía flexibilidad mental para dejar las viejas formas y poder concretar formas nuevas, más universales y neutrales. Pero ya a nivel planetario se muestra el desplazamiento progresivo y necesario de la dominación de la soberanía de las naciones individuales hacia la neutralidad o laicidad de una soberanía en una unión solidaria de igualdad colectiva.

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De la ira, productora de decepción, nace la angustia

De la paz, productora de satisfacción, nace la alegría y de esta su madre: nuestra asunción espiritual

La depresión confunde la memoria, destruyendo la razón

La asunción espiritual aclara nuestra memoria por encima de la muerte, instruyéndonos en la síntesis de todos los talentos en el Principio de unión de nuestro Padre Divino: la extra-lucidez del oír, del sentir, del ver, del elegir y del discernir. Son las bases de la creación y de nuestra creatividad.

Unen nuestras pequeñas mentes con el entendimiento del amor inmenso que anima nuestro corazón con la luz del Espíritu-Madre de toda la sabiduría del Padre. Manteniendo está luz focalizada, nuestra alma se eleva hacia el Principio Padre-Madre Creador para despertarnos en la Luz de Cristo-Buda, que hace de nosotros hijos e hijas, manifestaciones de experiencias vivas de esta esta triple unión divina como, hermanos y hermanos divinos.

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