Parte 3
Un conjunto de interdependencia por causa de los efectos
interactivos de las experiencias de la vida.
Un conjunto funciona por coherencia
de “interpendencia” entre todos
sus elementos. Es como un puzle. Sus trocitos deben juntarse como complementos
interdependientes para revelar su diseño. Hay trocitos que están aparentemente
menos interdependientes que otros porque no se juntan directamente o de una
manera menos visible. Solo necesitan más trocitos intermedios. Pero, todos son
necesarios para completar el dibujo global. No obstante, esta interactividad es
más pasiva que en nuestro cuerpo.
Científicamente sabemos que a nivel de nuestro cuerpo los
elementos no solo son interdependientes, sino son también interactivos. El uno
no podría vivir plenamente,
directamente o indirectamente, sin el otro. Eso también es verdad a nivel de la
vida social de los seres humanos. Vivimos y avanzamos por los esfuerzos de cada uno. Lo que somos y tenemos ahora es el
resultado de un proceso colectivo. Usando la inteligencia no podemos hacer marcha
atrás en este proceso.
Nuestra interdependencia e interactividad se hace cada día
más grande con el crecimiento de la población mundial, creando así una cadena
de diferentes niveles o grados de interdependencia.
logotipo de la conciencia colectiva : estrella
con 14 ramas (2 x 7) de pares (masculinos y femeninas) opuestos,
expresando (mas allá del símbolo del numero 14) la
irradiación de la perfección de la armonía universal.
El desarrollo del proceso de
interactividad en el conjunto
de la vida colectiva de la humanidad:
La interactividad o las relaciones entre los seres humanos
conducen, según el propósito del diseño divino, hacia el despertar de la
conciencia humana tanto a nivel individual como colectiva. Si se crean
tensiones a causa de resistencias y exageraciones de dependencias son asimismo el
estimulante hacia nuevos acuerdos de armonía de inteligencia. Este desarrollo
se puede comparar con el funcionamiento
de los fractales de una cadena.
Cuando las energías acumuladas en un
fractal de una cadena de fractales han provocado una polarización máxima o crítica, se crea una masa crítica que va
transcender progresivamente a la dualidad de la oposición o división
interna. Se trata de una zona o zonas neutras que absorben energía libre (como el efecto remolino de tornados y huracanes). La energía libre es
como fuentes de vida que dan un empuje a la vida para evolucionar. Esta
energía forma conglomerados (estructuras) de
energías nuevas. Van progresivamente a transcender las resistencias de
las tensiones acumuladas para abrir una nueva interactividad con el fractal
superior e inferior.
La energía libre aporta los elementos necesarios en forma de energía complementaria (antimateria) para neutralizar o
purificar los elementos que se resisten a la elevación en una cadena fractal.
Crea así una comunicación más intensa o solidaria de acuerdos superiores, más
globales. Reúne la cadena de los fractales de una nueva manera. Es como romper
huevos para hacer una tortilla. Liberados de su cáscara, sus elementos fraccionados
se juntan de una nueva manera con el medio ambiente cambiando la naturaleza de
su acuerdo mutuo sobre su papel de servicio al conjunto.
Por lo tanto no es la simple suma de energías acumuladas las que
permiten pasar al fractal superior. Se trata de un cambio de la calidad vibratoria
mediante un cambio de acuerdo con el conjunto. Es un proceso de purificación.
Encontramos este proceso de purificación tanto en nosotros
mismos como en nuestro entorno.
Nos parece que el ejemplo lo más pertinente del tiempo
actual, quien influye mucho en los demás cambios (ADN, magnetismo terrestre,
cambios en el sistema solar…) es el
proceso solar. Vimos al sol absorber, al principio de 1989, energía libre (clase de
antimateria). Eso nos parece haber conducido a un cambio de la calidad
vibratoria de su luz, que se ha convertido en desde entonces en más intenso y
más blanco debido a una combustión más tensa por eliminación de impurezas. Parece
ser una de sus maneras para armonizarse cíclicamente con la evolución de la
cadena cósmica.
La purificación, o
la neutralización de resistencias, es el
primer nivel de la interactividad.
El segundo efecto de la interactividad es el de la
destrucción.
Se destruyen cíclicamente las formas que no se adaptan a la evolución de la
interactividad de la vida. En realidad, la energía de destrucción forma parte de la purificación puesto que se
trata de liberación de resistencias. Es ella quien libera los límites de las
formas de la materia.
v La destrucción es inherente a la manifestación de la materia
y sus formas.
Para poder manifestarse deben tener una determinada resistencia, si no serían
absorbidas por su ambiente. Es la razón de nuestro sistema inmunitario. Pero la
evolución de la vida incluye necesariamente la destrucción de sus resistencias,
las que no fueran capaces de elevarse hacia un plano vibratorio superior (salto
cuántico).
v La destrucción puede ser
también el efecto de vuelta, causado por
decisiones humanas yendo contra el sentido de la evolución de la vida hacia su
perfección. Es una de las razones de la crisis actual. La fijación a toda
costa de la importancia de la materia es una causa (karma negativo) de un
desequilibrio que lleva a la autodestrucción. Encontramos otros ejemplos en
nuestra salud y las enfermedades. Por ahí es como el hombre se convierte en
responsable de sus decisiones y su destino, no obstante que puede elegir un
camino más constructivo.
v Por fin, están también las destrucciones cíclicas de las formas de
vida previstas para el buen desarrollo de la voluntad del plan divino. Es
la energía destructiva del espíritu que sigue la voluntad del propósito divino.
La destrucción en este sentido es más bien un
proceso de espiritualización de las formas materiales hacia formas de vida
más elevadas y perfectas. La muerte del ser humano es un ejemplo. La vida no es
estática. Los cambios son necesarios para "su esencia que es evolución".
Hace falta saber morir para renacer
como el ave Phoenix renace de sus cenizas. Este proceso contribuye a la
construcción del camino de la revelación
de la Verdadera Vida Una (antahkarana) entre el corazón y el centro del
alma del Ser Superior encima de la cabeza. Este proceso es triple:
1. la transmutación de la forma humana: los 3 centros o chakras
inferiores son absorbidos por los 3 centros superiores (corazón, garganta,
cabeza). Este proceso se refiere a la fuerza de la vida misma. Es causado por
las experiencias de la vida. Prepara a la focalización mental mantenida hacia acuerdos
de vida más perfectos. La transmutación es el cambio de los deseos en
aspiración espiritual o la absorción de dejarse guiar por
un ideal superior. Concretamente se
puede decir que en lugar de la mirada egocéntrica hacia su propio ombligo, es
mirar más alto, por encima del diafragma desde el corazón.
2.
la transformación del ser humano:
aquí la personalidad, o la aparición inferior del ser humano, por purificación,
alineación y armonización, comienza a irradiar la autenticidad de su verdadero
carácter divino. Es un proceso mental que hace superar a la mente inferior, concreta
y limitada, mediante el alma (principio de animación inteligente) hacia
el plan de la mente superior, más abstracta, conteniendo los acuerdos de
armonía de la vida superior. La absorción mediante un ideal se convierte
en voluntad de servicio y la personalidad comienza a ser
sensible para la verdadera naturaleza de su Ser Superior con el cual comienza a
alinearse.
Por el desarrollo de la intuición es como la personalidad
(sobre todo su naturaleza emocional) se convierte en el receptáculo de los
acuerdos o relaciones más justas (budha). Desarrolla una mayor receptividad,
mediante el alma, para la información de la mente superior relativa a los acuerdos de armonía queridos por el
Alma Universal (Monada o Cristo). Es decir, el ser humano se convierte en servidor
del propósito divino reconociendo su voluntad.
3. la
transfiguración del Ser (espíritu)
encarnado: aquí la personalidad irradia la luz del alma (divinidad) y sus
centros inferiores están completamente superados, es decir, se convirtieron en
medios para verter amor y sabiduría.
Por fin está el
tercer efecto de la interactividad: la organización. En efecto, el proceso de la
purificación libera la vía a una nueva actividad que conduce a una nueva
organización de la Vida. Es el resultado debido a que la voluntad individual se
conectó con el plan colectivo de la voluntad del grupo en la cual es activa.
En este punto,
es necesario conectar estos principios de la interactividad con la naturaleza del proceso iniciático de la humanidad que está viviendo
actualmente. Su adolescencia espiritual empuja al individuo fuera de sus
experiencias de su pasado de niño divino.
Pierde cada día un poco más su marco de protección que mantenía su mental más
bien dentro de los límites (dogmas y estructuras) de la mente inferior concreta,
aparentemente separada del mundo supramental abstracto del espíritu. Se siente
cada día un poco más como si hubiera sido abandonado en un desierto espiritual debajo de la tentación de la dominación del
mundo material que no obstante le parece escaparse y alejarse más y más. Fuerte
de los progresos de su poder mental,
quiere un otro mundo sin tener la necesidad de estar protegido, es decir, estar
dirigido del exterior. Se proyecta en las fatuas morganas materiales del desierto
espiritual que debe cruzar para alcanzar otra realidad de vida, el sueño del paraíso más luminoso que está impregnado
en él. Es el tiempo de la Gran
Transición. Es una etapa que, aunque los seres humanos la viven
personalmente, afecta al conjunto de la humanidad. Conduce a una nueva unión
interactiva entre espíritu y materia con un marco de vida de calidad superior.
Se trata de
una serie de iniciaciones colectivas
por las cuales el ser humano pasa los límites del mundo de la manifestación
(tridimensionalidad) hacia los mundos del presente infinito de los acuerdos
superiores de la Gran Vida Universal. Es a través de ellas que la humanidad se
conecta de nuevo con la energía
universal de las fuentes de vida que son el origen, el mantenimiento y la
evolución de todos y de todo. Es finalmente el proceso iniciático de nuestra
presencia en el otro y del otro en nosotros, no importa las condiciones y
situaciones. Es la apertura de la puerta
hacia nuestra alma y la naturaleza divina de cada uno que por esencia implica la vida colectiva y finalmente
la Gran Vida Una.
Conclusiones:
Hemos
explicado los cambios actuales en el mundo como una Gran Transición hacia un mundo mejor mediante los cambios de las
condiciones de vida. Impone un trabajo de liberación o reorientación constante
de nuestra mente proyectando nuestras expresiones en la vida colectiva del
conjunto como un servicio solidario. Se concreta con la energía de amor-sabiduría
de nuestro corazón que abre nuestra conciencia al camino de la revelación de la Gran Vida de Verdad por el
contacto mediante nuestra alma con las Realidades Superiores de los Estados del Ser Superior, con las
cuales está conectado.
Estas
conexiones nos conducen al potencial de la inteligencia colectiva y a la
comprensión de la vida colectiva como medio de revelación de la voluntad del
deseno divino. Nos llama a la actitud de Negación:
la
actitud positiva de no hacer nada contra la voluntad del plan divino o de Dios.
Por esta
actitud de reorientación mantenida de nuestra
personalidad volvemos
de nuevo a las fuentes de vida y liberamos las condiciones necesarias
(coincidencias felices) para que todos y todo puedan funcionar de una manera
más justa en el conjunto de la Gran Vida Universal. Es inevitable que esta
reorientación nos conduzca hacia un trabajo interactivo y colectivo en grupos
desarrollando la conciencia colectiva.
Distinguimos
entonces tres etapas o iniciaciones
superiores de la conciencia, que implican el trabajo colectivo. Los hemos
descrito en el libro sobre el retorno del Cristo Cósmico: los distintos niveles
de la jerarquía de la conciencia:
1. la iniciación en la conciencia de síntesis
(el 10º nivel de
conciencia): es
el estado de consciencia dinámico que crea la unidad en nuestra diversidad por
nuestra presencia fusional y mutua en todos y todo. Es un estado de consciencia
de la inteligencia colectiva. Es un
principio individual para generar una conciencia colectiva compartida por
todos.
Revela la
coherencia o las relaciones justas entre los diferentes elementos y sobre
los distintos niveles de la vida. Este estado
dinámico revela también lo que hasta entonces era aún obscuro,
inconsciente, desordenado y limitado en la realización de amor y de sabiduría.
Esta
conciencia hace evolucionar hacia una visión cada vez más completa, holística
y más exacta, a la vez global y matizada. La conciencia de síntesis forma a los Instructores del Mundo.
Se inicia en
ella mediante el trabajo de síntesis
que implica el trabajo colectivo con otros. Es de naturaleza inclusiva y no
exclusiva, con sus técnicas - sintonía con la materia y sus
formas; sincronía en las transiciones temporales de las condiciones; sinergia,
por la unión de todas las fuerzas, moderándolas; sinopsis o la
comunicación solidaria de acuerdos de armonía; simbiosis o la
convivencia auténtica; ciencia de síntesis o la
convergencia de todas las ciencias y sinagogía, la celebración de las
expresiones de amor y de sabiduría y de la creación de armonía o de coincidencias
felices.
2. la iniciación en la conciencia de repartición
(el 11º nivel de
conciencia): es
el estado de la consciencia colectiva que revela, gracias al dinamismo
creciente de la visión holística, la necesidad continua de nuevas salidas y
conceptos para distribuir mejor la
energía original de las fuentes de vida. Es la conciencia que quiere
aplicar el paradigma fundamental del propósito divino: lo que es demasiado grande debe
disminuir y lo que es demasiado pequeño debe crecer.
Es la
conciencia que crea la verdadera abundancia de la Gran Vida cuyo potencial
pertenece a todos. Es la concretización del sueño del paraíso compartido
de paz y de justicia que cada uno lleva en sí. Nos libera de la ley de
la fatalidad por la creación de relaciones más equitativas en el conjunto. Este
estado alimenta la asociación de los
Servidores del Mundo y su intención colectiva de una solidaridad concreta por la cual se redistribuyen el poder de los papeles, de los bienes y las fuerzas
de las fuentes de Vida.
3. la
iniciación en la conciencia creativa para
la recreación del Mundo (el 12º nivel de conciencia): es el estado de consciencia colectiva
que reconoce que todo estado de consciencia es creativo, amor y sabiduría en
acción. Es la conciencia que cada uno es co-creador consciente o inconsciente
del Universo. Con todo, eso supone la realización consciente de nuestro naturaleza
divina con ayuda de la puesta en
servicio de nuestros talentos en la Vida Colectiva para el mayor bien de
todos. Cuanto más capaces seamos de expresarlos libremente como pruebas de
amor y sabiduría incondicionales, más nos convertimos en Salvadores del Mundo a causa de reforzar la unidad fraternal y divina en el Universo.
El todo culmina
en un estado de consciencia trans-colectiva. Transcender todos los estados
separados. Es el estado en el que podemos decir "yo y el Padre somos uno". Es el estado del crecimiento
infinito en la conciencia divina por la realización de la naturaleza divina que incluye todos los estados de ser y
de todo lo creado y lo no creado. Este decimotercero y último nivel de
conciencia jerarquizada inicia en la omnipotencia, la omnipresencia y el
omniconsciencia del único Principio Inteligente, Dios, del Cual todo y todos
son una experiencia de amor y sabiduría infinitos.
Podemos concluir
que generar dolor, tristeza o conflictos es opuesto al buen desarrollo de la
conciencia y la inteligencia individual y colectiva. No son necesarios para
entrar en la esencia de la naturaleza divina. No son más que experiencias
transitorias por causa de la inconsciencia o de elecciones erróneas o imperfectas.
La esencia divina, tanto en
el individuo como en la vida colectiva, resuena en:
Ø la fuerza de la alegría como causa de coherencia
que es el efecto de estar bien juntos como iguales (igualdad
en el espíritu),
Ø la satisfacción de la
felicidad como causa de un orden
que libera permanentemente el respeto mutuo mediante relaciones justas,
dinámicas y auténticas (libertad de presencia),
Ø la bendición de la beatitud como causa de valorar la
claridad de la belleza en cada uno (fraternidad en la
expresión) y
Ø la abundancia de la plenitud por causa de liberar la
solidaridad de la unión en la Vida
(visión holística).
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