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La puerta de Shamballah (el corazón: la habitación de Dios)


Blog para promover un movimiento interactivo en el marco del trabajo de síntesis, presentado como Pangeosis.
El trabajo de síntesis se concibe para liberar la conciencia
colectiva. Se basa en el conocimiento y el control de la energía universal.
Se refiere a cada ser humano y a su responsabilidad.
Recurre especialmente a los líderes: políticas, sociales, económicos, profesionales, científicos, educativos y sanitarios y espirituales y religiosos.

sábado, 6 de julio de 2013

Las llaves del mundo nuevo

Una síntesis de los textos sobre coherencia, orden, belleza y unión.

El mundo nuevo estará fundamentado sobre cuatro llaves que forman un rombo o ventana. A través de la práctica “en conjunto” de estas llaves, tenemos acceso al mundo superluminoso de nuestra alma y del Espíritu de verdad que la focaliza. La bajada de este espíritu era anunciado por Jesús para estos tiempos por medio de cambios importantes que deben eliminar la ley de la separación y de exclusión que domina todavía nuestro mundo.
Forman la base del camino celestial, que Jesús llamaba el camino al Padre, el Principio Original del Universo porque permiten entrar en el estado de unión con Él. Este estado de unión es el estado de la conciencia divina de ser Cristo.
El esquema siguiente representa este rombo de llaves.  

Cada llave implica diferentes aspectos y cualidades que, cuando se aplican, ponen en marcha un movimiento multidimensional de involución y  evolución que unen nuestro corazón con nuestra alma y sus relaciones con las realidades del mundo holístico (el Todo). Esta unión es necesaria para la convergencia de la conciencia de los seres humanos en una unión más armoniosa, dinamizada por una interactividad pacificadora colectiva liberada en lugar de una lógica de conflictos y de guerra impuesta por falta de visión espiritual global.
Hacemos una descripción  en la cual las palabras reciben una noción esencial en su contexto:
1. La llave de base: la coherencia
Expresarnos de manera coherente es la base de las  relaciones justas con uno-mismo, el  entorno y los demás. Es por eso que la ley que dirigirá el mundo nuevo es  llamada  la  ley de las relaciones justas. La coherencia es el aspecto de verdad más material y concreta de nuestras relaciones. Es también la  base de la justicia y de la abundancia.
Su actitud es la buena voluntad.  Para unir hace falta conectar de manera apropiada, poniendo en común en el nivel preciso para que aparezca claramente la interactividad de compartir (como los trozos de un puzle).
Poner todo en el conjunto común es la esencia de SÍNTESIS (del verbo griego syn-tèmi). Supone hacer una elección del sentido de la vida como un servicio en igualdad al conjunto y crear el cuadro apropiado para facilitar las expresiones de coherencia al nivel colectivo de nuestro entorno, como ya ha sido explicado en textos anteriores.
La cualidad o virtud propia de la coherencia es la BONDAD (indulgencia, caridad) que invita a compartir en la misma vibración. Es la sintonía que permite ajustar nuestras relaciones. 
La bondad incluye la prudencia o el discernimiento para ver en toda circunstancia lo que es el bien de verdad y las medidas adecuadas a elegir para realizarlo.  Incluye igualmente el perdón o la remisión de errores que permite el acceso al compartir eliminando los bloqueos.
2. La llave de transición: el orden
Expresarnos en toda situación cambiante de una manera consciente y no automática, es optimizar nuestro potencial (talentos) por medio de la liberación de nuestro libre albedrio.
Significa la liberación de nuestros condicionamientos que limitan el control de nuestros   sentimientos y la apertura de nuestra mente.
Su actitud es la buena intención. Para unir hace falta proyectar nuestras perspectivas en sus    efectos. Supone poder elevarnos por encima de las condicionas limitantes del momento para precaverse de sus consecuencias fatales por inconsciencia. Si la buena voluntad supone una     apertura general, la buena intención supone además de adaptar nuestro movimiento de     unión en el mantenimiento de la dirección hacia una visión siempre más global. 
La cualidad o virtud propia del orden es la SUAVIDAD (clemencia, constancia de presencia).  El orden actual se sitúa lejos de ella. Se mantiene mediante la imposición de reglas tardías   que separan nuestras responsabilidades para crear así relaciones  y reacciones de competición,  fuerza o violencia y de incompatibilidad. 
   Adaptar al común,  manteniendo la dirección a pesar de las variaciones transitorias del     tiempo es lo propio de la sincronía o el alcanzar las mismas condiciones de unión.
Permiten no solamente responsabilidades según el potencial de cada uno sino también el    equilibrar con las responsabilidades colectivas. La suavidad incluye la temperancia o el    alcanzar  las condiciones de armonía, accesibles a los demás que permiten una interactividad   óptima. Incluye también la compasión o el llegar a la altura de la sensibilidad del otro para que haya interactividad con el otro. Es una actitud de constancia de presencia en la adaptación continua de nuestra intención a las necesidades de la liberación del otro, actuando una vez más como servidor otra vez más como enseñante, guía de paz, mediador, salvador, unificador o cocreador, aunque todas estas cualidades se completan.
3. La llave de la fuerza: la belleza
Expresarnos de la manera más apropiada es lo que da a nuestras expresiones la fuerza para realizar nuestras perspectivas, tocando a la liberación del potencial que se presenta como oportunidades. Significa valorarse a si-mismo, al entorno y a los demás.
Su actitud es  la buena intensidad. Adaptar la intensidad de nuestras expresiones es lo que invita a la colaboración y al compromiso que muestra la belleza del potencial interactivo que se presenta. La fuerza de la belleza tiene tres escalas o efectos:
1.      la asunción: es el efecto de aspiración. Aceptar el valorar de manera positiva el potencial de la nueva energía que se presenta, poniendo las aspiraciones de nuestra voluntad a su servicio (incondicional), nos eleva a la belleza del plan de la autorrealización. Nos eleva al nivel del alma y su diseño.
2.      la elevación: es el efecto de comprometerse a actuar conscientemente, desde el alma, al servicio de un orden superior de interactividad entre espíritu y materia. Nos eleva a la belleza de la voluntad del amor incondicional del potencial de nuestra fuente universal en la que todos podemos realizarnos. Nos conecta con el alma universal y su diseño divino. Es poner en marcha la elevación del ser humano hacia su divinidad, transformando su energía de esperanza en energía de realización, gracias al potencial de su alma.
3.      la innovación: es el efecto de asunción y de elevación que revelan la belleza del espíritu de verdad  que se revela en ellas.  Empuja a positivar lo que se presente, dando una nueva luz a lo que existía hasta ahora, abriendo el libro de la vida con su potencial, indicando el mejor camino para crear un orden mejor.
La cualidad o virtud propia de la belleza es la PAZ. Efectivamente la belleza es una fuerza que va por encima de obstáculos y tentaciones, indicando el camino de la perfección de la vida. Facilita el valorar  la interactividad en el colaborar. Incluye el hacer la distancia justa o la retención  frente a nuestras percepciones y convicciones para poder generar el coraje de superar todas sus exageraciones y resistencias para crear lo nuevo. Incluye también la modestia o la cualidad del realismo para valorar todo a su justo nivel.
  La buena intensidad regla justeza de nuestras fuerzas interactivas y conduce hacia la sinergia o la fuerza de la unión. 
4. La llave de la unión
Expresarnos en unión es transformar de manera solidaria nuestras expresiones para que sean concordantes para todos.
Su actitud es la buena comunicación. Para realizar la unión necesitamos una comunicación de verdad en la que todas las llaves enunciadas concuerden en la comprensión y aceptación del mismo sentido de visión. El espíritu de verdad se revela a través la autenticidad, o el descubrir  la realidad escondida u olvidada. Su efecto es el re-conocimiento  de lo  ya conocido o la liberación de las restricciones de nuestra voluntad, nuestras intenciones y nuestra fuerza.
La cualidad o virtud propia de la unión es la armonía. Armonizar es poner todo en su justo lugar de servicio al conjunto. Incluye la justicia o la voluntad justa, firme y constante, de dar a cada uno lo que le conviene. Supone la fe en la vida y las realidades que por el momento no son visibles en el nivel de la manifestación concreta. Pero son visibles a nivel del alma y su mundo espiritual a quienes la unión nos lleva. Incluye el amor y la sabiduría del alma.
Mediante la unión focalizamos el espíritu de verdad en cada uno hacia un mundo nuevo que refleja un equilibrio mayor entre las personas, sus almas y sus espíritus en el compromiso interactivo, participativo y responsable del individuo en sus organizaciones colectivas. Llega a una visión más coherente sobre el conjunto que hace converger la conciencia a nivel planetario. Es la sinopsis, el mirar en el potencial del libro de la vida para tomar la misma dirección para mayor bien de todos y de todo.
La unión es el camino celeste (antahkarana) del Espíritu de verdad de amor y de sabiduría que conecta nuestro corazón con el alma y nos conduce y une con el Principio de Amor Universal de todos.

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El ser espiritual, al pensar en cosas celestes, supera a los límites de sus sentidos humanos para entrar en su naturaleza divina

De la afición del hombre nace el apego

De la liberación del ser humano divino nace el desapego frente las pasiones de las relaciones humanas

Del apego nace la codicia

De las justas relaciones con uno mismo, los demás y el entorno nace la gracia

De codicia nace la ira

De la gracia nace la paz interna y externa

De la ira, productora de decepción, nace la angustia

De la paz, productora de satisfacción, nace la alegría y de esta su madre: nuestra asunción espiritual

La depresión confunde la memoria, destruyendo la razón

La asunción espiritual aclara nuestra memoria por encima de la muerte, instruyéndonos en la síntesis de todos los talentos en el Principio de unión de nuestro Padre Divino: la extra-lucidez del oír, del sentir, del ver, del elegir y del discernir. Son las bases de la creación y de nuestra creatividad.

Unen nuestras pequeñas mentes con el entendimiento del amor inmenso que anima nuestro corazón con la luz del Espíritu-Madre de toda la sabiduría del Padre. Manteniendo está luz focalizada, nuestra alma se eleva hacia el Principio Padre-Madre Creador para despertarnos en la Luz de Cristo-Buda, que hace de nosotros hijos e hijas, manifestaciones de experiencias vivas de esta esta triple unión divina como, hermanos y hermanos divinos.

La estrella de Pascua

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