Parte 1: El contexto cósmico del libro de la
vida
El capítulo 5 del libro del Apocalipsis (la
Revelación) menciona el libro de la vida. El significado de este libro me
apareció a medida que desarrollaba una nueva
astrología cósmica, más en coherencia con la astronomía moderna. Se trata de la vida universal de la creación desde
su nivel abstracto hacia su nivel concreto, quién, como un libro, se abre et se
desenrolla. Contiene el diseño divino de la vida cósmica
con sus distintos niveles de la realización de la conciencia, de amor y de
sabiduría. La palabra libro (líber) quiere pues decir la liberación o el
desarrollo del plan divino, lo que revela su voluntad.
Contiene el diseño divino sobre la forma de códigos de canalización de la energía
cósmica en todos los niveles vibratorios de la vida en el universo. No
afectan sólo los mecanismos quánticos del mundo material sino también las
vibraciones cualitativas de los niveles sutiles espirituales. Esto diseño contiene todo el potencial de
la creación con sus proyecciones y sus efectos en todos los niveles, así como
la memoria (akashica) de sus realizaciones. Prevea por tanto los planes del
desarrollo no controlado o fatal (inevitable) de las cosas que los planes de
rescate y de recuperación que suponen una canalización y armonización por una
intervención consciente.
El conjunto de estos códigos se conocía en el
pasado como el Merkabah. (mer: el carro,
ka: doble espiritual, ba: alma y cuerpo) La palabra significa entre otras el carro
o el caballo de la vida, el cuerpo en lo encaminamos encarnándonos (montamos).
El caballo simboliza el cuerpo con el alma, el doble espiritual. En la
tradición Hindú tenemos el retorno de Krishna con o como Kalki (ka-al-ki), su
caballo de avatar. Esto gran código es como un vórtice que indica los
principios para controlar (acemilar o asimilar) las energías de nuestro cuerpo.
El Merkabah significa también el árbol de la vida del Kabala o el trono descrito
en el capítulo 4 del libro del Apocalipsis.
Se puede decir que contiene el ADN cósmico o las llaves (sellos) que
conducen hacia la fuente. Es formada por un séptuplo dimensionalidad que se
repite ad infinitum sobre una escala que se estira y se desdobla de sí mismo desde
el mundo abstracto non manifestado hacia el mundo de la manifestación, formando
así la pluridimensionalidad de la creación. Es, de la forma envuelta, que el
libro del Apocalipsis hace mención para mostrar
el movimiento perpetuo de la energía cósmica que une siempre las
manifestaciones à sus origines o fuentes.
Se puede doblar el libro o abrir cualquier
página (nivel), aparecerá siempre el séptuple código cuya base es la imagen del trono, tal como descrito
en el libro del Apocalipsis sobre el capitulo 4.
Libro doblado y abierto, estirada
Se podría hojearlo o proyectarlo sobre
fenómenos, hechos y personas para descubrir sus orígenes o causas, sus
relaciones, sus realizaciones y sus efectos.
El desarrollo del libro de la vida forma
también un cáliz que une el universo original con el universo creado, lo que es
el sentido de la vida y la búsqueda del Grial.
Descubrí que el libro era representado al
nivel galáctico por la constelación de
Géminis. Esta constelación focaliza
uno de los doce arquetipos de la conciencia cósmica. Cuatro de estos arquetipos
están prácticamente realizados en la tierra. Estos cuatro arquetipos son las formas pensadas básicas o los
principios de base de la manifestación del universo.
Si comparamos el universo con un ser humano,
la humanidad llegó a la rodilla de la conciencia cósmica del hombre celeste,
representado por la constelación del Cristo-Buda cósmico. Es el nivel de la
estrella Sirius, llamado también la
fuente del mental superior o logoico, la puerta del mental colectivo divino o también la estrella
de Buda, el Gran Instructor de la humanidad hacia el mundo abstracto. Es el
nivel del mental de síntesis o el nivel del acuerdo básico
de las manifestaciones con sus fuentes. La conciencia de síntesis es la base de
la evolución superior de la conciencia. Nos conduce hacia mundo causal de la
quinta dimensión y a continuación hacia los niveles y dimensiones superiores de
los estados de conciencia de síntesis y la conciencia divina con la perfección
de sus relaciones y de su evolución (Orión).
Hay que señalar que el retorno actual del Cristo vincula también la energía de Sirius y
su vibración del mental de síntesis. En efecto, para progresar, el mundo tiene
que encontrar el acuerdo de armonía
entre causas y efectos que se encuentra detrás toda manifestación. El
progreso de la ciencia preparó el terreno pero sigue siendo difuso por falta de
apertura de su visión espiritual. La vuelta del Espíritu del Cristo aportará la
comprensión de la ley de síntesis.
Debe abrir la comprensión cuadrada y cartesiana del ser humano hacia la
comprensión circular y global que es la base de la conciencia de síntesis. El Espíritu del Cristo “abogará” en el ser humano para este
cambio, indispensable para liberarlo de su actitud fatal hacia sus relaciones
con las causas y efectos. Las conoce bajo el nombre de karma, pero demasiado en el sentido negativo e incontrolable,
debido a que ignora los acuerdos o “relaciones cualitativas” con sí
mismo, el otro y su ambiente planetario, solar y cósmico.
Podemos representar el proceso del desarrollo
del libro de la vida por esta imagen que representa:
1. En cumbre: el mundo abstracto del universo absoluto de la energía
universal de la fuente. Es el universo del potencial no manifestado con la
imagen de la geometría sagrada del trono que contiene el funcionamiento del
plan divino sobre todos los niveles posibles.
2. El universo transitorio que concentra la
energía de la fuente proyectándola según una idea del plan divino en un punto
de luz que es el principio de la manifestación o el big bang para nuestro
universo.
3. Abajo: el universo manifestado cuya
nuestra vía láctea forma parte.
Entre la cumbre y la parte baja hay el túnel de transición que baja la calidad
vibratoria del mundo abstracto a una vibración que permite la manifestación hasta
el plan físico. Eso pasa por el código del trono envuelto o comprimido como un
túnel, dando a la energía universal la matriz dinámica de la forma con la
información de sus acuerdos que deben conseguirse.
Una vez realizada la forma, el código
original se repite ad infinitum, como un holograma en todos los niveles de la
idea del plan manifestado. Con todo, a medida que el código se desarrolle en la
realización de la idea, se manifieste en forma de polaridades que reflejan por
una parte la forma manifestado y del otro lado la fuente. Nada puede
manifestarse sin esta polaridad.
En nuestra galaxia este desarrollo se hace
según las doce signos del zodíaco. Dividen la galaxia en dos partes como un
libro que se abre. Una parte, a vibración más elevada, afecta la fuente, la
otra parte a vibración más moderada es el fundamento del universo manifestado
en la cual encontramos nuestro sol y su sistema planetario con su relación con
las Pléyades, la Osa Menor y Mayor y Sirius.
El equis (X)
del universo absoluto u original forma los cuatro arquetipos vivos que,
dando orden a la energía de la fuente, la permite concretizarse en los cuatro constantes
o dimensiones de la manifestación del
universo. Hay la manifestación misma en formas o espacio, pues las condiciones
o el movimiento de la manifestación por la transición del tiempo, la fuerza de
las manifestaciones o su sentido de información y la identificación de esta
diversificación triple en un acuerdo. Es la base de toda coincidencia, en caso
contrario nada puede manifestarse ni ser conocido. Vivimos al menos pues
siempre en cuatro dimensiones pero, debido a la experiencia del último ciclo
solar, olvidamos la dimensión del acuerdo o la expresión del sentido.
Vemos este al
nivel cósmico. El cuádruple código universal se desarrolla sobre tres
posibilidades de manifestación: un polo positivo, un polo negativo y entre los
dos un centro de transición, neutro o libre. Esto resulta en las doce constelaciones del
zodiaco (4x3). Canalizan las energías en doce arquetipos de la conciencia
cósmica. Como toda manifestación es polarizado, los signos del zodiaco tienen
dentro si mismo el doble. Se puede identificar como un elemento progresivo,
dinámico, eléctrico (o masculino) y un
elemento conservativo, pasivo, magnético (o femenino). Finalmente el zodiaco representa
veinticuatro (ancianos) arquetipos (2x 12) de canalización.
.
Detallemos los signos
que nos interesan por el momento.
La Constelación
de Piscis canaliza las energías
cósmicas como expresión de la luz de la
manifestación material o del mundo. Toda energía es luz, si no, no puede
ser ni vista y ni comprendida. Es la base de la manifestación del universo
mismo.
La Constelación
de Aries canaliza las energías
cósmicas como expresión de la luz de la
vida.
La vida cambia
las condiciones de las manifestaciones y de su radiación luminosa. Esta
variación es la causa de la ley de atracción y de repulsión y de nuestra
sensibilidad.
La Constelación
de Tauro canaliza las energías
cósmicas para dar a toda manifestación y la vida un sentido o movimiento direccional de perfección
luminosa. Toda energía transporta por su esencia de luz información
inteligente y pues comprensible.
La Constelación
de Géminis por fin canaliza las energías cósmicas hacia la luz de la conciencia de las relaciones, de los
intercambios, por la identificación y la diversificación en la unidad. Esta
conciencia interactiva se expresa a través el doble (Castor y Pólux) que
encontramos en la polaridad, la dualidad y la oposición, entre cuanto más y
menos, en el electromagnetismo, la materia y la antimateria, el absoluto y el
relativo, el abstracto y el concreto, el bien y el mal o también la mecánica cuántica
de la ciencia y los niveles de calidad vibratoria de la conciencia (que faltan
a la ciencia).
Hay que señalar
que la tierra, a nivel mental cósmico, está al final de su ciclo de desdoblamiento que conducía el ser humano a la conciencia
de la individualidad y la separación aparente. Era una experiencia de
identificación por la divergencia de las expresiones de los sentimientos y
pensamientos y por los conflictos. Comenzó al final del tiempo monolítico de la
Atlántida hace alrededor 10.250 años. Era una experiencia necesaria para poder
construir la próxima etapa de la conciencia de grupo y de la conciencia
colectiva de los niveles espirituales de la conciencia universal.
La tierra entra pues
en un nuevo ciclo del mental cósmico donde el mental humano podrá empezar coincidir con el mental divino y entrar
en la quinta dimensión del mundo causal de las fuentes de la vida. Es un ciclo
de luz que está representado por la Constelación
del Cáncer. Esta Constelación canaliza las energías de la masa inconsciente
hacia la luz. La conciencia de si-mismo personal encuentra la consciencia del
otro, abriendo la dimensión del acuerdo dentro de una conciencia de unidad superior.
Desde el punto de vista de la tierra el sol entra en el signo de Acuario o en las energías de las fuentes de Vida. Pero desde el punto de vista del
sol estamos ya en un tiempo de transición solar.
En efecto, la nueva
astrología cósmica coloca el sol en su curso galáctico en medio de las energías
de la Constelación de Cáncer. Además, su posición entre Sirius, los Pléyades,
el punto central del Osa Mayor (GrAU) y Menor (Pau) lo ha puesto en una posición de transición para entrar
en una dimensión superior que ella de nuestra
tierra. Así el sistema solar se acerca de la vibración cualitativa invisible
del mental superior del universo que canaliza el sol central Sirius.
En concreto, el
sol esta aumentando su actividad interior de fusión, debido a una absorción de
antimateria (véase el contexto
cosmico-solar-planétario actual) que causa una intensidad más elevada de su luz (luz blanca). Los
efectos son legión. La cantidad y la calidad de los fotones son importantes
para la vida y especialmente para la transmisión de la información inteligente
en el cerebro y para el despertar de la
conciencia. Lo que nos importa es que entramos en las condiciones cósmicas para
iluminar el peso ciego de la inconsciencia de la masa para liberarnos de ella y
entrar en la conciencia de grupo y, más
allá, en la conciencia colectiva planetaria
y la conciencia cósmica con todos les niveles de vida que contiene.
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