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La puerta de Shamballah (el corazón: la habitación de Dios)


Blog para promover un movimiento interactivo en el marco del trabajo de síntesis, presentado como Pangeosis.
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colectiva. Se basa en el conocimiento y el control de la energía universal.
Se refiere a cada ser humano y a su responsabilidad.
Recurre especialmente a los líderes: políticas, sociales, económicos, profesionales, científicos, educativos y sanitarios y espirituales y religiosos.

jueves, 7 de noviembre de 2024

El RETORNO A LAS FUENTES DE VIDA Parte 3

 III.1. La evolución del cuerpo mental del ser humano

La liberación del pensamiento es sólo el primer paso en el proceso de la evolución mental del ser humano hacia la unión supramental de la Inteligencia Universal. El control emocional y el poder tomar distancia (entre otros, de sus intereses propios) para poder situar toda la información en el conjunto de la evolución de la armonía de la vida es el paso siguiente. Es el gran salto y el gran desafío actual de la evolución de la humanidad. Significa la vuelta a las origines de un mundo más armonioso y unificado a vibración superior. Pide una revolución profunda de nuestra manera de pensar, por la liberación de su fijación en un mundo dualista dominado por la materia como única realidad y libre de conceptos y creencias fijos.  

Ver nuestras informaciones en el contexto de una red de relaciones multidimensionales en armonía requiere entrar en la dimensión 5D. Aquí  todo está inteligentemente unificado más allá de toda dualidad. Ya no hay separación dualista por fijación mental. La diversidad está situado en un conjunto de relaciones que sirven la uno a la otra. Desde ahí solo hay nuestra unión con el Principio Uno y su energía creativa. Produce una frecuencia e irradiación de completitud de ser que lleva a la realización de nuestro potencial de ver, comprender y actuar de los que es esencial para la vida en paz.

La pequeña mente del cerebro se identifica con el ego, el ser condicionado que somos aparen-temente. Sin embargo, es el referente indispensable para reconocer nuestra diversificación que hace de cada uno nosotros un ser único. Diferencia no quiere decir separación. Permite que nuestra personalidad evolucione de manera autónoma. Es necesario para poder reconocer la especificad de nuestros diferentes cuerpos como reflejos  de nuestro ser superior encarnado y de poder buscar la razón más profunda de sus condicionamientos o límites. Es la matriz inteligente de la conciencia primaria (básica) de uno mismo. Es el pequeño «yo», el instrumento condicionado en el espacio y el tiempo lineal.

Nuestra mente concreta funciona actualmente bajo la ley de la separación o de la dualidad. Gobierna el análisis cuyo movimiento propio es orientarse hacia la luz del mundo exterior. Por este hecho, el horizonte de su visión es limitado y le cuesta entender su información más allá del mundo del “aparecer” en el contexto de una realidad mayor. A continuación, el análisis requiere una síntesis para recrear el tema analizado en su contexto de unión. Por tanto, nuestra comprensión analítica sigue siendo reducida, incluso a menudo discutible, debido a los condiciones y limitaciones de deducción que no dejan ver directamente todas las posibilidades del sentido de la interpretación. El enfoque de síntesis alinea la mente a la luz interior de la energía del corazón, el amor para una comprensión de sabiduría que une todas las relaciones, también las que no están directamente visibles o comprensibles. Tiene la tendencia natural a liberar más información para revelar directamente el sentido a la vez esencial  y a la vez holístico(global) en el contexto de un horizonte inteligente totalmente abierto. Muchos cerebros todavía no parecen ser bastante adaptados a este enfoque.

Gracias a los cambios actuales de la Gran Transición Humanitaria y Planetaria, el funcionamiento de nuestro cerebro cambia con nuestro ADN.  Esto conduce progresivamente a un cambio en nuestro enfoque de penser hacia las experiencias de la vida y la forma de expresar nuestra mente. Las reacciones hacia al orden existente pueden adoptar a veces formas de exteriorización inusual, inesperada u innovadora, excesiva o incontrolada, a veces formas de bloqueo y de  interiorización, de aislamiento o repliegue en sí mismo.

En cualquier caso, este cambio está conduciendo a una alteración inevitable del orden existente. Una comprensión diferente de la realidad supera ampliamente la vibración tridimensional que hasta ahora gobierna todos los ámbitos de la vida. Es la vuelta de la penetración en les esferas terrestres de la luz supramental de las fuentes que hace salir la sombra y sus ilusiones. Es como agujeros que se forman en la gran cúpula atmosférica de la tierra. Facilitan la elevación de su vibración esti-mulando la liberación de la transparencia mental y, por tanto, la bajada y penetración del espíritu de verdad. El resultado es un despertar espiritual que ilumina aún más las resistencias del mundo encerrado en las velas de sus tinieblas. Esta tensión entre la luz y la oscuridad, en principio cada vez más caótica es también probablemente una de las causas de perturbaciones meteorológicas mayores  como ciclones, tornados, sequias y lluvias torrenciales.  El clima es también una expresión inteligente de la evolución voluntaria e involuntaria del mundo mental.

Otro efecto concreto de los cambios son las pulsaciones más fuertes de la resonancia Schumann, como se indica en la parte IV. Los picos superan a menudo los 40 Hz que corresponde al estado cerebral gamma de vigilancia aumentada. El índice vibratorio de la tierra parece estar aumentando debido al impacto más directo de las ondas provenientes de las fuentes cósmicas. Esto va claramente unido con tensiones que crean situaciones de crisis que afectan a todos los ámbitos de la vida.

Así vemos que los últimos decenios la mente humana está fuertemente influenciada y empujado hacia el descubierto y establecimiento de un nuevo paradigma. Es el paradigma de relaciones más justas basadas en un profundo resurgimiento (reset) de todos los ámbitos de la vida. Se crea la perspectiva de una nueva visión sobre la armonía del conjunto del universo. El desarrollo de la ciencia cuántica es una prueba importante de estos cambios.

En efecto, la elevación de la vibración de nuestros cuerpos permite una mayor fusión con el sentido integral o holístico y esencial  de la información proveniente de las fuentes de la energía universal. Las diferentes partes del cerebro se están volviendo más interactivas. Nos permiten cada vez más  ver las informaciones y las consecuencias de nuestros pensamientos en un contexto global o holístico. Este cambio fusional causa una expansión real del espacio cerebral. Parece evolucionar hacia un posible aumento del área alrededor de la sutura en la parte media del cráneo. Esto daría la apariencia de una cabeza más alargada como algunas representaciones de extraterrestres muestran.

Como se mencionó anteriormente, los diferentes partes del cerebro están sujetas a una interacción más intensa y acercarse de una fusión de sus diferentes roles. Gradualmente, el cerebro tiene la capacidad de percibir una visión más global o de síntesis de las informaciones recibidas. El análisis entonces es menos directo, pero se incluye como las piezas de un puzzle. Por lo tanto, nuestro cerebro puede acercarse a la realidad de unión supramental de nuestro corazón a medida que nuestra conciencia de unión con el todo se hace realidad.

El corazón siempre quiere entender más allá de un contexto, orden o concepto (teoría)  limitado. Es impulsado por la energía del amor que no pone condiciones para limitar la totalidad de nuestras relaciones con toda la creación y su potencial infinito. Es por eso que el corazón es el sedes sapientiae, la sede de la sabiduría, cuyo fundamento es la inteligencia universal y supramental de la energía del amor que une todo haciéndolo inteligible.

El corazón sabe dónde la cabeza piensa según conceptos, convicciones y creencias. En realidad, es un instrumento de control que funciona como formateado por nuestro sistema específico de pensar en conceptos. De ahí el problema del entendimiento limitada entre los seres humanos. La fijación de las diferencias de nuestras interpretaciones, por falta de apertura de conciencia, puede fácilmente conducir a conflictos. Influyen también nuestra salud en el plano personal y colectivo. La inteligencia del corazón permite constatar la realidad de una unión universal y dinámica entre un potencial inteligente infinito y una diversificación cuántica cuya esencia atemporal y cualitativa (o constitu-tiva) está anclada en el centro (corazón) de toda manifestación como un holograma.

El corazón nos conecta con nuestra entidad superior y su seidad divina. Es un estado de ser vinculado de una manera única al potencial infinito de la energía universal. Esta seidad superior es libre en la elección de su evolución según el nivel de conciencia de unión que haya alcanzado. Siempre está presente en el corazón vía el dinamismo del alma, al menos en estado de vigilia. Se baña en el potencial del despertar de la autoconciencia del movimiento eterno del alma. Este despertar se hace realidad cuando la experiencia de este potencial en el corazón coincide con el movimiento del eterno presente del alma  y abre las restricciones del horizonte mental del cerebro.

Por lo tanto, nuestro ser superior está más allá del tiempo lineal de la mente cerebral, condicionado por su división en pasado-presente y futuro. La mente no tiene el poder del yo-reconocimiento. Él solo puede entender al yo condicionado a través de experiencias efímeras que se presentan como consecuencias de la evolución de sus creencias y conceptos limitados. El yo consciente con el que la mente se identifica por el ego no es más que un reflejo efímero de una realidad superior a la que solo puede acercarse con la energía del corazón.

Para el ego, la realidad es fatal (karma) y sólo material, como el becerro dorado de la apocada de Moisés La pequeña mente que gobierna nuestro ego no puede ver más que una solución para controlar esta realidad, es de tomar posesión de esta ilusión material. Para el ser superior que gobierna la energía del corazón, la realidad es un don de abundancia de la energía universal. Es  energía de la gracia, que se derrama por la libre elección de su aceptación. Desde ese momento nos reconectamos con la libertad del potencial infinito de las fuentes de vida donde no hay fatalidad kármica. Al estar conectado a esa energía, todo puede superar las condiciones cambiantes y limitantes del mundo gracias al potencial holístico e inmutable de omnipotencia, omnipresencia y omniconscience de las fuentes de vida.

III.2. Las 3 etapas del retorno a las fuentes de vida


El retorno a las fuentes de vida es una evolución cíclica de la creación y sus manifestaciones , como ocurre en estos tiempos para la tierra. Es como los ciclos de las estaciones en el año y al imagen del  ouroboros, la serpiente que se come su propia cola o el origen. Es el símbolo del ocho, el movimiento eterno.

Actualmente estamos en transición hacia una nueva era dorada, le Satya Yuga, según la cosmología hindú o un nuevo ciclo  que se aparta de la Edad de Hierro o Negra del sufrimiento y de la degeneración.

El ser in-con-sciente está fatalmente sujeto a estos ciclos como a las estaciones. Para un ser consciente, el retorno a las fuentes es siempre posible y depende de su propia elección. Se trata de reorientar el potencial condicionado de su pequeña personalidad hacia el potencial original e infinito de la energía universal. Es una elección hacer experiencias que la armonicen más con la Gran Realidad Multidimensional que es fundamentalmente Una. Se trata de aceptar ir más allá de los límites de la vida encarnada, orientando sus experiencias en la perspectiva de una unión más amplia, justa y armoniosa que la que ha vivido hasta ahora. Es la consecuencia de la conciencia de que el orden en el que vive no conviene más siendo demasiado limitado.

Mientras el ser humano entienda el significado de la vida sólo a partir de las experiencias de su ego, tiene el problema de que su comprensión se encuentra atrapada en el movimiento fatal de los ciclos. Esto limita la libertad de elección de sus experiencias, estando sujeto a factores mentales que limitan  su conciencia.

La elección de nuestras experiencias está determinada por la comprensión del sentido del propósito de la evolución del conjunto de la vida, más allá de nuestra evolución y salvación personales. Este diseño universal aparece a través de todas las manifestaciones que nos llegan como señales inteligentes. Están proyectadas por la luz del sol central hacia el corazón a través de nuestra alma. Aquí es donde nuestras experiencias reciben todo su sentido de servicio al conjunto del desarrollo de la vida. Solo hay que abrir los ojos para ver y llas orejas para oír más allá del mundo de las manifestaciones directas.

Toda falta de conocimiento y comprensión de este propósito significa una falta de conciencia de la interactividad de la unión de la vida y sus relaciones y, por tanto, una falta de libertad. El problema de falta de libertad se plantea actualmente a la humanidad a causa de la fuerza ciega de la masa  de la gente mantenida por el orden existente que manipula los valores interiores de la vida para reforzar el mundo material externo que beneficia a una minoría.

Pero una masa crítica de seres humanos, en cada momento creciente, ha alcanzado un nueva  conciencia que lleva a plantear la cuestión esencial del sentido de la vida desde el interior de cada uno. Hasta entonces, este significado se basaba en creencias y conceptos mentales de naturaleza espiritual y religiosa que venían del exterior. Más bien, estas creencias y conceptos se basaban en interpretaciones personales al servicio del propio poder, posición e intereses. La voz interior del corazón ya no da lugar a la dominación de las informaciones procedentes del exterior si no son reconocidas como válidas en el interior.

Además, se cuestiona el sentido de la totalidad de las relaciones de la vida por causa del problema de que ya no se sabe dónde está la verdad. Se trata de una situación cada vez más caótica, que lleva sin embargo a buscar el sentido más profundas. Esto lleva inevitablemente al retorno al origen de todo, la esencia de las fuentes. A pesar de que impulsa en primer lugar un despertar y trabajo personal, hemos visto más arriba que necesariamente encaja en un proceso colectivo que finalmente nos afecta a todos. Si el campo colectivo no está bien preparado, ¿cómo pueden crecer las plantas y dar buenos frutos en abundancia?

Por lo tanto, la situación actual del mundo despierta la memoria de la armonía del origen impregnado en el corazón de cada uno. Estimula el deseo que simplemente sigue el movimiento cíclico del retorno de la energía universal hacia el potencial de sus fuentes. La involución (el descenso vibratorio hasta el nivel de la forma manifestada) del espíritu a través del alma en el cuerpo se invierte mediante una elevación vibratoria del cuerpo a través del alma hacia el ser y el estado de conciencia superior del espíritu. Entonces podemos discernir 3 pasos de vuelta:

 

III.2.a. El retorno a la naturaleza

III.2.b. El retorno a la esencia de la energía universal

III.2.c. El retorno a la unión original

 

III.2.a El retorno a la naturaleza:

La naturaleza es el soporte material de nuestro ser encarnado, el campo natural de arraigo para nuestra evolución espiritual. Se estructura como un sistema de informaciones inteligentes con múltiples niveles vibratorios, bastante estables. Como en el caso de nosotros mismos, su evolución requiere adaptaciones. Para mantenerse, las tensiones provocadas por relaciones de dualidad o polaridad entre los sistemas establecidos y los impactos de los procesos de cambio deben equilibrarse. Aunque son continuas, se notan más en los periodos de transición entre los ciclos, lo que es particularmente cierto actualmente. Al final del ciclo actual, nos damos cuenta de que los seres humanos han desarrollado tensiones con la naturaleza que amenazan incluso la supervivencia.

En este contexto, el regreso a la naturaleza o más bien al contacto regular, incluso diario, es como una respiración básica y vital de regeneración. Es indispensable para poder adaptarse a los cambios dimensionales y vibratorios en curso. Estos cambios provocan una transición del mundo del carbono 3D (666, simboliza el movimiento del diseño de la energía bajando o involutiva que domina por aislamiento) hacia un mundo oxigenado de luz adamantina o cristalina 5D  (888, cristal, simboliza el movimiento de la evolución de la energía universal en forma hexagonal, como los alvéolos de las abejas, a base de una unión de triángulos o tetraedros) aliñada o unida con las fuentes de la creación. Así, los cambios actuales en la naturaleza facilitaron la elevación vibratoria de nuestra naturaleza humana (El tetraedro es la base de nuestro cuerpo de unión (Merkabah). La transición se hace por el mundo 4D al del acuerdo o del crecimiento hacia la perfección por retorno al origen (777, nitrógeno, símbolo de la materia prima, original, la esencia prima).

En efecto, este proceso de elevación vivifica todos los modelos de las fuerzas interactivas de la vida que se desarrollan a través de leyes y principios complejos. Constituyen la base nutritiva del buen funcionamiento de nuestra naturaleza física, emocional y mental. Es una especie de reset profundo que trastoca, por ejemplo, la biodiversidad de la naturaleza para alertar y abrir nuestra mente a la riqueza y belleza de la armonía de su complejidad indispensable. Forma nuevos modelos que influyen en el cambio y renovación de nuestro comportamiento en beneficio del progreso de la calidad de nuestras relaciones. Nos permiten desarrollar y equilibrar nuestra sensibilidad e inspirar nuestra evolución mental hacia el nivel supramental de la verdad-sabiduría que toca el corazón. La naturaleza es desde siempre fuente, alimento y sustento  de inspiración para el progreso de nuestras expresiones, relaciones y organizaciones. Lleva la firma de la esencia de nuestro ser.

En efecto, la naturaleza conduce al potencial creativo de las fuentes de vida que el ser humano descubre por el contacto con sus sentidos gracias a la sensibilidad del corazón por todo lo que nos reconecta con la belleza y la armonía de la unión de la vida.

Así, nos lleva de regreso a nosotros mismos, a la esencia de quiénes somos en ella y qué necesitamos para vivir. Aprendemos finalmente a explotarla para el bien de todos. Su silencio profundo nos hace relativizar todos los artefactos de nuestra mente y creencias. El silencio es la voz o el verbo de la unidad inteligente de la creación pura, no condicionada.

La naturaleza nos pone al desnudo enfrente de quien pensamos que debemos ser para mostrar a quien amamos y queremos ser. La naturaleza demuestra que es una expresión de la libertad de la energía de amor puro en movimiento que sirve al bien del conjunto. Nos conecta con el poder de expresar la libertad de nuestra verdad interior de ser amo. Muestra el error de pensar que hay que ser según los conceptos del mundo exterior para ser reconocido, aceptado y amado. Esto no corresponde a la verdad profunda de quien somos.

La naturaleza siempre nos impulsa a encontrarnos a nosotros mismos por la necesidad de situarnos u orientarnos y de conocer el papel que desempeñamos en ello. Nos enseña por su potencial cómo nuestro potencial interior puede servir para nuestra evolución, la de los demás y la del planeta, incluso más allá. Nos enseña, a partir de los efectos de nuestras experiencias, a ser responsables hábiles de responder de manera correcta a las necesidades de la vida - a gestionar, moderar, canalizar, mejorar, cambiar y purificar nuestro comportamiento por el bien del conjunto de la vida.

Huelga decir que retirarse regularmente a la naturaleza y estar en contacto más permanente con ella es un elemento básico para nuestro equilibrio a todos los niveles y, por tanto, para nuestra salud. Perder el contacto con la naturaleza es como perder nuestras raíces y la energía básica que nos nutre. Contiene uno de los secretos para no envejecer y mantenerse mentalmente joven. Toda visión espiritual se basa en la comprensión y el dominio de las experiencias de unión íntima con ella. Es una realidad que toca la energía vital del corazón, la esencia de amor para la vida que sobrepasa todos los conceptos y fijaciones mentales.

Probablemente entendemos mejor que en esta sociedad, cada vez más informatizada y mentalmente controlada, hay una necesidad creciente de retirarse, de tomar distancia, de vacaciones, de viajar y de hacer peregrinaciones como en Compostela?! La naturaleza es un recurso indispensable de energía vital que es ausente en las carreteras y en las casas de hormigón.

Estar en plena naturaleza permite entonces tomar distancia del mundo demasiado artificial de la sociedad humana actual. Es una de las mejores maneras de relajarse y recargarse con las energías que armonicen nuestros cuerpos y estimulen nuestra vitalidad. En realidad, los seres humanos no pueden prescindir del contacto con la naturaleza sin debilitar su salud. Se entiende por qué personas se retiran a la naturaleza para recuperar su equilibrio. Si nadie en tu entorno te escucha y te entiende, la naturaleza siempre está abierta, escucha y responde. Nuestra propia vida es una prueba viva de ello.

III.2.b. El retorno a la esencia de la energía universal:

La esencia de la energía universal es amor, la energía que crea en, por y con la fuerza de unión. El amor es la animación de la vida (life o love , liebe, leben, leubh, lubhyati (sánscrito). El principio de animación (anima) o de la respiración de la vida es el alma (adem, atma (sánscrito), que es lleno (s(a)oul) y lleva el propósito (aim) de la vida (ziel, soul).


Encontramos la plenitud del propósito de la vida siempre en el corazón de todo. Todo lleva la esencia o la información de su razón (anima) de ser. El núcleo de cada átomo es como el corazón, conectado con el centro solar o sol central de la creación. Aquí es donde el potencial de la energía universal surge de uno mismo, formando a la vez fuente y energía manifestada.

Es notable observar que los movimientos de la energía del átomo forman en sí mismo un corazón como se muestra en esta imagen del libro de Edwinn D. Babbitt, (p.100 The Principles of Light and Colour). Ahí todos los colores de las fuerzas cósmicas pasan cambiando constantemente. Su radiación colorada es la base de nuestros cuerpos sutiles (aura).

Grosso modo, el corazón forma un triángulo. Es la forma geométrica básica de toda la creación. Evoca los 2 tetraedros anidados entre sí de nuestro cuerpo de unión o Merkabah (unión cuerpo-alma-espíritu).

La energía de amor es, por lo tanto, la base que une todo para formar la única realidad. Todo lo que está separado es una ilusión.

 El miedo, el odio, los celos, la violencia... son las señales de separación del corazón de la paz y de su unión con la energía de amor. Son ilusiones que muestran la ausencia de amor. A partir de ahí, el peligro de fijar el concepto mental de la importancia del ego. Es una construcción de la energía mental inferior de quien creemos que somos. Puede resaltar la importancia de nuestra personalidad, nuestra imagen pública, la máscara de conformidad social que llevamos puesta. Ninguno de los dos corresponde a nuestro verdadero ser supramental profundo.

Nuestras personalidades nos permiten ver nuestras diferencias, pero también que el otro que nos encontramos es un reflejo de nosotros, portador de la misma energía de amor y de los mismos defectos. Inevitablemente, el resultado es que nos enseña dónde el flujo de amor dentro de nosotros  está limitado. Esto nos lleva de regreso al ajuste primero de si mismo facilitando así el ajusto mutuo para vivir mejor el compartir de la misma energía de unión de las fuentes de vida.

Nuestro ego encierra nuestra forma de pensar por el efecto de nuestra separación individual imaginaria de las fuentes. Es una separación que bloquea el flujo de lo esencial de la vida, el amor vital que se vive en formas del compartir positivo, de esperanza, bondad, alegría, servicio y abundancia.

La exageración de la importancia de la personalidad es impuesta por la visión colectiva de un mundo que juzga por causa de sus divisiones. Es un mundo cada vez más individualista. Ignorando su conexión con el potencial infinito e inteligente de las fuentes, provoca miedo al ver solo conflictos, amenazas, limitaciones y problemas impuestos por conceptos mentales de comparación y valoración artificiales. Los problemas surgen del momento en que ya no se ve cómo forma parte del conjunto de unión del que forma parte. Es como perder las huellas de la pista en el desierto.

Vivimos en un mundo de apariencias. Nos empuja a hacernos notar para pasar por encima de todos. Lo logramos cuando somos una "estrella" del jet set. El grupo de los que suben muy rápido a riesgo de caer. Es un mundo cel(=r)lbro o celeste al revés, ya que de esta manera dependemos de la valorización externa y de la aprobación de los demás. Pero amor es mucho más que aprobación. La aprobación puede convertirse en una droga que bloquea la fuerza del amor interior de nuestro corazón.

Esto nos obliga a seguir normas y medios impuestos fuera de nosotros. Esta dependencia es la fuente de mucha angustia y sufrimiento. El resultado es trágico. La pérdida de nuestra fuerza interior también hace perder la seguridad  y confianza o fe en nosotros mismos. Entonces lo que nos rodea se convierte más en enemigo que en amigo. Así creamos una situación de estrés artificial por la pérdida de nuestra fidelidad innata a nuestra e unión natural con la fuerza del Todo. De este modo creamos resistencia a las fuerzas positivas y la posibilidad de atraer las situaciones óptimas para nuestra evolución.

La conexión con la energía del corazón nos hace íntegros o enteros, gracias a su conexión con el alma que evoluciona siempre en la corriente de la energía universal del amor que nos une con las fuentes de todo. Ser en el corazón es dar confianza a lo que se presenta en el momento mismo como la mejor oportunidad, dejando cualquier apego a los resultados o intereses particulares que no enmarcan en la armonía del conjunto.

Es una opción de vivir el desafío del momento presente desde el sentir lo que es esencial: experimentar el amor por la vida que surge de nuestro interior y que no depende del exterior. Es la renuncia, o mejor dicho, la rendición de sí mismo al potencial de las fuentes de vida. Es ser carismático o dejarse guiar por la gracia del amor que anima el supramental de nuestro ser superior en lugar del pequeño mental del ego.

El amor como esencia de la vida, no conoce culpa. Toda expresión tiene como fuente la energía del amor que viene del interior y hace cambiar el exterior hacia la enteridad. Así que cualquier manifestación es expresión de un proceso de sanación o de ajuste hacia la enteridad del potencial original de la energía de amor más allá de las fronteras de nuestro mundo de pensamientos. La limitación de nuestros pensamientos es la causa de la limitación de la expresión de amor en nuestras experiencias. Es la lección que nos falta aprender de nuestras experiencias. Viisto desde la esencia del amor del corazón, cualquier limitación se entiende como parte de un proceso de aprendizaje, adaptado a  la conciencia del momento en el perspectivo de su evolución.

En este contexto, el perdonar surge naturalmente como _un aspecto de la fuerza de amor. Es entender que todo acto es una lección en el desarrollo de la conciencia de unión. Significa no juzgar al otro. Significa decidir que un experimento ya no tendrá efectos negativos en nuestro corazón. Sin embargo, esto no significa que seamos de acuerdo con algo que nos molesta o hiere. Solamente que demos la oportunidad de cambiar las cosas empezando a sanar primero nuestro corazón con nuestra propia energía antes de que el corazón del otro pueda sanar.

Finalmente, vemos que «un mundo lleno de vanidad propia se autodestruye como un árbol que se corta de la esencia que sus raíces proporcionan para elevarse. Así que necesitamos un segundo renacimiento en, por y con la esencia del amor, la energía de unión, o del Espíritu “Cristo”, de la fuente de vida para crecer en perfección.

En la conciencia de abandonarnos por completo en esa conexión, nuestra integridad o enteridad se convierte en una realidad. Vivir este estado esencial de integridad o enteridad es la base de nuestra salud o santidad (= totalidad), ya que manifestamos la expresión viva del amor incondicional de las fuentes de vida.

III.2.c. El retorno hacia la unión original:

Nuestro origen no es terrestre, es cósmico. Cada vez más personas se dan cuenta de que viven y experimentan al mismo tiempo en diferentes dimensiones, a pesar de estar al mismo tiempo encarnadas en la tierra. En realidad, el espíritu no tiene límites. Así que no somos simplemente el resultado de la selección natural que Darwin creía. Nuestro espíritu va como el viento aspirado y empujado por su origen que es de naturaleza múltiple, infinito, creativo o divino. Puede estar al mismo tiempo en varios lugares del universo y manifestarse por medio de diferentes  cuerpos más o menos densos.

Nuestro cuerpo biológico tiene bien un fundamento terrestre, adaptado a la vibración 3D de carbono de la tierra (666). Pero nuestro espíritu tiene fuentes (888) de otros lugares como nuestra conciencia que proviene de más allá de la tierra.

De hecho, muchas tradiciones y también científicos sostienen que tenemos genes de criaturas celestiales, que son parte del universo como la tierra. La raza humana  formaría una descendencia o síntesis de las razas cósmicas más avanzadas (La Raza 33/Un puente sagrada. Anael Edit.Kier).

Así que nuestro origen es "extra"-terrestre, haciendo parte de la conciencia cósmica que une a todos los universos. Varias fuentes afirman que los lémures, los antepasados humanos, vivían en la quinta dimensión (888). El descenso de los atlantes hacia la cuarta dimensión (777) y luego el de la sociedad postdiluviana hacia la tercera dimensión(666), estaba previsto en el diseño de la evolución humana como una experiencia que debía servir su evolución. Nuestro olvido es como una caída de un sueño de seres celestes (de ángeles; Elohim de la biblia) para darnos cuenta de lo que falta para ser estimulados a evolucionar hacia la plena conciencia de unión del nivel cósmico de nuestro origen universal. A través de la oscuridad nos damos cuenta de las fuentes de  luz y a la inversa.

Aunque cada uno pueda proceder de un universo diferente, el origen de nuestra conciencia se encuentra para todos en la Inteligencia Universal de la creación. Respetando la diferencia, la unicidad y la irreemplazabilidad de cada uno, todos formamos una unión multidimensional, compartiendo la misma sabiduría y verdad de la Inteligencia Universal. Todos somos miembros de un solo cuerpo.(letra romRomanos 12;4-5)

Por lo tanto, el potencial de nuestra mente no está simplemente sujeto a los límites de los condicionamientos de la tierra. Todavía tenemos nuestro libre albedrío, aunque su funcionamiento depende de que tengamos suficiente conciencia por abrirnos al potencial de nuestro origen estelar y cósmico. Esta abertura se encuentra actualmente muy estimulada vía la energía vital-sexual, entre otras cosas, por la actividad solar. Es en este marco de estimulación estelar de nuestro potencial mental que la ciencia puede penetrar más en los enigmas del universo estimulando más intensamente la sensibilidad humano a la inteligencia cósmico.

Ejercicio: Podemos facilitar nuestra propia apertura con un ejercicio regular. Consiste en visualizar la sublimación del flujo de nuestra energía vital-sexual permitiendo que la suba hasta el corazón. Aquí encuentra la energía solar de la luz cristalina adamantina que baja del centro mayor de nuestra alma por encima de la cabeza. Este encuentro llena el corazón formando un centro cada vez más luminoso como el sol central que toma una extensión sin límites. En este momento disminuye el impacto de las condiciones de nuestra encarnación que limitan nuestra conciencia y libre albedrio.

Los ancianos siempre han comunicado el origen extraterrestre del ser humano. Restos de las civilizaciones antiguas lo confirman pero siguen siendo enigmáticos por un razonamiento repetitivo de cierra de nuestra mente al respecto (Lemuria, Atlántida, Mesopotamia, Egipto). El reconocimiento de esta realidad, o el despertar de la conciencia cósmica, es por otra parte LA PIEDRA ANGULAR DE LA GRAN TRANSICIÓN actual. De hecho, esta piedra no es otra que la reconstrucción de nuestro templo divino  interior como un pilar de conexión cósmica a la imagen de los templos antiguos y los catedrales. Han vista la luz en el pasado gracias a los iniciados para facilitar la reconexión humana con el gran universo del que surgió la raza humana. Debemos considerar nuestros cuerpos como estos templos, centros de esta conexión que se vuelven sagrados según nuestro respeto al flujo de la energía del amor incondicional, portador de la energía vital-sexual, sublimada al nivel del corazón.

Estos templos estaban construidos en lugares específicos. Por su concentración más intensa de energía, les reconocían como lugares sagrados y puertas estelares. Con los cambios actuales de energía, estos lugares siguen siendo válidos para las informaciones  que contienen. Pero parece que pierden de importancia directa. En efecto, con los cambios nuevos lugares se abren que están vinculados al reconocimiento human que depende de la  evolución de su conciencia de unión con el Todo. De hecho, el desafío del ser humano es el de descubrirlos por su resonancia a la unión interior en el corazón antes de poder darles una expresión creativa adaptada con los medios cuánticos del tiempo. Las puertas de las estrellas que hay que reconocer y manifestar son como pilares y vórtices energéticos que abren al mundo multidimensional, universal. Deberían facilitar la comunicación con todos los niveles de conciencia, enzima de todos conceptos y creencias.

Debido a los cambios energéticos pueden entrar nuevos códigos de información cósmica para la evolución hacia la unificación fraternal de la raza humana. La intensificación de las conexiones facilita su integración. Vemos que los cambios en nuestro entorno afectan nuestro patrimonio de ADN. Muy probablemente la memoria de nuestros orígenes cósmicos nos regresará. Al menos eso es lo que parece sucederme a mí mismo y personas en mis entorno a través de muchas indicaciones, encuentros y eventos. Todo esto revela un diseño bien inteligente que se vuelve inteligible cuando estamos listos para entrar en dimensiones superiores. El creciente interés por los mundos extraterrestres es incontestable, entre otras cosas debido a múltiples testimonios.

Una experiencia personal de coma tras un shock anafiláctico a causa de una inyección repentina de suero antitetánico (de caballo) me hizo viajar en el verano 1963 a esferas celestiales de las que había hermosos jardines. No fue accidental, seguramente. Más tarde, cuando había creado  mi jardín, me vino que reflejaba ese viaje y que se trataba de Venus. Esto parecía confirmado por la construcción de una cúpula que es la forma de hábitat en este planeta (David Rousseau Más allá de nuestro mundo).


En resumen. Nuestros cuerpos son el resultado de transmisiones estelares
que llegan a la tierra y entran en ella como rayos, sea directamente desde el universo o sea a través del sol. Si nos damos cuenta de que nuestros cuerpos en realidad vienen de su energía de luz como polvo estelar, nuestra forma de ver la vida cambia, ya que atraemos otra informaciones (pensamientos) inteligentes.

Debemos considerarnos como  energía que evoluciona en espirales interminables. Siempre vuelve al centro de su origen como la figura del toro. Sabemos que estamos en  camino. Tal vez hemos olvidado de dónde venimos y hacia dónde vamos, estando tan absortos en el mundo que nos rodea, mirándolo como la única realidad, olvidando que todo está siempre en movimiento de unión interactiva que hace que todo cambia siempre.

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El camino al Padre-Madre de la Gran Vida

El hombre, al pensar en cosas mundanas, toma afición en ellas

El ser espiritual, al pensar en cosas celestes, supera a los límites de sus sentidos humanos para entrar en su naturaleza divina

De la afición del hombre nace el apego

De la liberación del ser humano divino nace el desapego frente las pasiones de las relaciones humanas

Del apego nace la codicia

De las justas relaciones con uno mismo, los demás y el entorno nace la gracia

De codicia nace la ira

De la gracia nace la paz interna y externa

De la ira, productora de decepción, nace la angustia

De la paz, productora de satisfacción, nace la alegría y de esta su madre: nuestra asunción espiritual

La depresión confunde la memoria, destruyendo la razón

La asunción espiritual aclara nuestra memoria por encima de la muerte, instruyéndonos en la síntesis de todos los talentos en el Principio de unión de nuestro Padre Divino: la extra-lucidez del oír, del sentir, del ver, del elegir y del discernir. Son las bases de la creación y de nuestra creatividad.

Unen nuestras pequeñas mentes con el entendimiento del amor inmenso que anima nuestro corazón con la luz del Espíritu-Madre de toda la sabiduría del Padre. Manteniendo está luz focalizada, nuestra alma se eleva hacia el Principio Padre-Madre Creador para despertarnos en la Luz de Cristo-Buda, que hace de nosotros hijos e hijas, manifestaciones de experiencias vivas de esta esta triple unión divina como, hermanos y hermanos divinos.

La estrella de Pascua

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Los chakras de la Tierra