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La puerta de Shamballah (el corazón: la habitación de Dios)


Blog para promover un movimiento interactivo en el marco del trabajo de síntesis, presentado como Pangeosis.
El trabajo de síntesis se concibe para liberar la conciencia
colectiva. Se basa en el conocimiento y el control de la energía universal.
Se refiere a cada ser humano y a su responsabilidad.
Recurre especialmente a los líderes: políticas, sociales, económicos, profesionales, científicos, educativos y sanitarios y espirituales y religiosos.

sábado, 12 de octubre de 2024

El RETORNO A LAS FUENTES DE VIDA Parte 2

 

II ESPIRITU - ALMA - CUERPO

El ser humano es a la imagen del universo y su energía trinitaria. Hemos visto que la energía del universo es a la vez movimiento y concentración de inteligencia (in/formaciones) puesta en formas. Así, crea la unión (alma) entre la esencia (espíritu puro) energética de un potencial inteligente y su manifestación por concentración en formas (cuerpos) más o menos densas (materiales). Esta unión es, pues, la base de los tres principios: espíritu-alma y cuerpo ya enunciado anteriormente.

II.1. El Espíritu

El espíritu es el principio creador de vitalidad. Es la esencia activa, la presencia despertado de un potencial inteligente de un ser en manifestación, el aliento de su individualización. La conciencia es el estado apacible y profundo del espíritu de reconocer la esencia de sí mismo.

Gracias a su esencia inteligente activa, las formas que se crean pueden dotarse de una conciencia y reconocerse a sí mismo como espíritu, de manera más o menos extensa o universal, como portador de un potencial creativo inteligente. La conciencia es siempre el reconocimiento de una relación específica o única con el todo UNO. Supone la superación de la separación aparente provocada por las condiciones limitantes de identificación propia al mundo de la manifestación. Más que el espíritu reconoce su relación de unión con el todo, más que su potencial se aproxima a la conciencia pura.

Gracias al potencial de reconocerse a sí mismo, el espíritu es empujado a ser el timón de la esencia creativa que lleva. De naturaleza inmaterial es el ser superior o el principio de concretización de la conciencia de la universalidad de nuestra alma. En realidad, es intemporal y libre, no determinado por el tiempo o el espacio. Como hace parte del potencial de la fuente, no tiene comienzo temporal y tampoco fin temporal. Nace y vuelve de sí mismo a su origen como particularidad del Espíritu Universal.

Cada espíritu es una fracción holográfica del Espíritu Universal Original, dotado de una conciencia que depende de su evolución de reconocimiento en la unión original del todo Uno.  Por lo tanto, ningún espíritu es una realidad fija, pero tiene la capacidad de superar su propio nivel y expansión de conciencia según su evolución de reconocerse en el Todo Uno. Como cada espíritu es una experiencia específica del Espíritu Universal, tiene, por lo tanto,  con El una relación única de comunicación y de acercamiento absoluto o directo sin intermedios. “Yo mi Padre somos uno” decía Jesús. Quiere decir que por medio de nuestra conciencia de unión podemos reconocernos como parte integrante del Principio Creador Universal. Este poder es innato en la creación de nuestro ser y es presente en todo lo que expresamos, aunque no seamos conscientes de eso.

Al asociar la consciencia con la actividad mental del cerebro, asociamos el espíritu  con la mente.  Sin embargo, la actividad de la conciencia existe más allá de la actividad del cerebro y la encarnación en un cuerpo material, denso. Así la memoria del espíritu es la capacidad de ir más allá del tiempo y los límites de los condicionamientos de las experiencias en los mundos densos. Es la esencia de la información del potencial experimentado la que permanentemente regresa a la fuente.

No se puede hablar del espíritu sin una connotación más sutil, esencial, abstracta y creativa. Sin embargo algunos filósofos lo hacen para resolver el problema de una realidad en varios niveles que existe entre la conciencia del espíritu y el conjunto de la actividad mental del cerebro.

Existe otra confusión entre el espíritu y el alma, aunque ambas están íntimamente relacionadas. El espíritu es el timón del alma. El alma es el motor y el vehículo etérico de orientación de la energía dirigida por el espíritu. Es a la vez animación y soporte del espíritu más allá de su encarnación.

Por lo tanto, el espíritu orienta la es-sens-cia (es-sen-tido) o la información inteligente del potencial original de toda creación, de lo que procede, pujándola hacia las experiencias de la manifestación. Es como una guía de aplicación de un aceite esencial. Las experiencias, o aplicaciones de las elecciones de vida, lo llevan al estado de un ser cada vez más consciente. El espíritu decide, más o menos libremente según la conciencia de unión realizada, sobre cómo, cuándo y por qué hacer experiencias.

II.2.El alma:

El alma es a la vez principio de soporte de animación y base del propio movimiento de la energía universal. Hemos notado que esta energía surge como amor puro para crear. El alma une las manifestaciones con el potencial inteligente de su origen o las fuentes de vida. La conexión con nuestra alma es fundamental para estar unido con las fuentes de vida y poder utilizar plenamente su potencial creativo. La libertad de hacer esta conexión es la base de nuestro poder creativo que hace evolucionar nuestra conciencia. Esta conexión se hace por medio de la energía universal que corresponde al amor incondicional o la energía pura de nuestro corazón.Por lo tanto, el alma está en movimiento, pero como principio de animación su energía puede manifestarse en forma de un vehículo de luz. Siguiendo nuestros estudios e investigaciones hemos recibido la información de su representación arquetípica basada en la imagen del trono (Libro del Apocalipsis) o sol central formando 7 lámparas (chakras básicas) como muestra la imagen que sigue.
Cada alma es una fractalización holográfica del alma madre, el principio que ánima en continuo la creación de todos los universos. Lleva el potencial (talentos, genio) de la fuente a la luz de las experiencias en los diferentes niveles de la manifestación. El alma es el motor del espíritu y el soporte del cuerpo durante de la encarnación. Él lo lleva a sus experimentos. Como es principio de movi-miento de unión, su asiento debería situarse para un ser encarnado, consciente y libre en el corazón, como expresión de su conexión con el sol central y las fuentes de vida.Como fuerza del espíritu, el alma puede ser asociada con el sol y el disco solar de los egipcios encima de la cabeza. Es el centro de conexión del ser encarnado con su espíritu. Mientras el ser encarnado se vuelve consciente del alma, su luz desciende hasta el corazón para encender la chispa primitiva.En efecto, el alma forma en el corazón un punto central de luz, que a menudo se indica como la chispa divina de nuestro poder creativo de amor. Es el punto de anclaje vital. Este punto, en principio centelleante, puede transformarse realmente en un sol radiante bajo la acción consciente de que todo está directamente conectado con el sol central de la creación. Tiene entonces un efecto carismático de irradiación de amor que estimula a los otros a conectarse con su alma y las fuentes de vida por medio del reconocimiento de la misma energía de amor en su corazón. Aparte de la imagen del sol central que se ve arriba, también se puede imaginar como una reja de luz de cristales (reiki) o de una flor de vida iluminada (primer imagen de la parte uno).El punto de anclaje del alma, fuente de vida y de vitalidad, en el corazón debería situarse en  el centro que une sus 4 cámaras. Pero también cada célula de nuestro cuerpo está directamente conectada con la fuerza vital y luminosa del alma. Desde el momento que una célula se descuelgue, ella muere. Especialmente el sexo nos parece la expresión más física de la vitalidad del alma. Es por eso que, cuando tocas el sexo de una persona, tocas  su alma, su fuerza sagrada más profunda que apela directamente a la energía de unión del corazón, el amor. Por lo tanto, el acceso a lo sagrado exige siempre una preparación en forma de un camino iniciático que une las almas en respecto de la libertad de los espíritus. Como vehículo de nuestro espíritu, el alma une nuestros cuerpos de encarnación con nuestro espíritu y el potencial creativo del estado de conciencia de su "ser superior". Así, gracias al alma, las experiencias de nuestros cuerpos, encarnaciones específicas de nuestro espíritu, pueden servir a la evolución de nuestra conciencia para el mejor bien del conjunto de la vida.El ser humano encarnado es pues un reflejo holístico, pero condicionado, un parecer de un estado superior de ser que esta inmensamente más inteligente, libre, profundo y auténtico. A través de nuestro corazón, nuestra alma nos permite conectarnos con este ser superior, el que realmente somos en nuestro corazón, unido con el potencial infinito de las fuentes de vida. Este ser no coincide con el fatalmente condicionado que pensamos que estar en la cabeza. Nuestro verdadero ser siempre tiende a liberarse hacia un estado de unión, unido (un-g-ido  o crístico) con el potencial incondicional del origen de todo.La diferencia entre la cabeza y el corazón es que la energía del corazón es no condicionada. Corresponde a la función del corazón. Recibe y renvía la fuerza vital por medio de la sangre hacia todo el cuerpo sin poner retenido o condiciones. Siempre que haya condiciones en el circuito sanguíneo, hay problemas de funcionamiento.La energía del corazón es de naturaleza supra mental y libre ya que une todo y todos. Tiene un efecto sutil que va bien más allá de la energía mental del cerebro. La comprensión del cerebro está sujeta a múltiples condiciones que filtran y clasifican el significado de la información. Nuestra mente pone límites a la energía de unión del alma. Por lo tanto, nuestra mente está condicionada mientras no haya alcanzado su unión con la energía del corazón.Toda alma existe en principio gracias a la luz pura de origen, las fuentes de vida. El alma es un regalo de amor incondicional de la vida universal como su energía. Sin embargo, su funcionamiento puede verse limitado por las condiciones materiales, emocionales y mentales del mundo de la manifestación (fallos, miedo, falta de amor, frustraciones...). Pueden tener un impacto en la libre expresión de la esencia creativa del alma según el despertar y la evolución de la conciencia del espíritu correspondiente. Los estados de ánimo dependen de la conciencia. Su pureza depende de la libertad de transmitir amor sin condiciones limitantes. ¿No se dice por eso que después de la muerte el alma se libera de las restricciones de la vida de encarnación?Cuando el espíritu no está encarnado, el alma es a la vez su motor y su vehículo de luz.                                            II.3. El cuerpo o vehículo de encarnación

El tercer principio de la energía universal es su materialización por
mediode un cuerpo o vehículo de resonancia con el potencial de las fuentes de vida. Es el soporte de expresión y de manifestación. Este vehículo toma varios niveles de vibración superpuestos. Forman cada uno una expresión específica (física, ethérica, emocional-astral, mental, causal, búdica, atmica).

Estos cuerpos tienen vibraciones luminosas que dan a nuestros actos, palabras y pensamientos su especificidad. A medida que bajamos de nivel de luz al nivel material denso, la energía disminuye de frecuencia vibratoria. A cada nivel refleja la esencia de nuestro espíritu según la elección hecha en relación con su nivel de conciencia de amor-sabiduría realizado. Su condicionamiento corresponde a las circunstancias de la experiencia elegida para evolucionar.

Aquí una representación de la unión que forman los diferentes cuerpos humanos. Se trata de un toro, a la semejanza de la energía universal. El centro del toro es el corazón con su conexión a las fuentes de vida. El toro es el movimiento de nuestro cuerpo de unión, conocido como Merkabah, que se forma a base de dos tetraedros (forma geométrica de base de la energía universal).

Gracias a su conexión con nuestra alma, nuestros diferentes cuerpos forman una unión que permite tener relaciones a diferentes niveles con el Todo. Más bien que un soporto, constituyen juntos un templo sagrado de relaciones de unión en evolución.

También gracias a la energía de amor de nuestro corazón podemos crear una conexión más íntima con el alma y el yo superior de nuestro espíritu y por lo tanto con el potencial infinito (el genio, los talentes) de nuestras fuentes de vida. Entonces todo puede cambiar. En efecto, el ser humano tiene la capacidad natural de hacer subir sus vibraciones mediante un proceso de unión de sus relaciones bajo la fuerza de la conciencia de unión. Es un proceso de practicar la armonización en todo que hacemos. Este aumento de vibración se ve facilitado actualmente por la subida cíclica de la vibración de la tierra. Estimula la perfección del cuerpo mental pero también del mundo animal y vegetal.

En este contexto, es conveniente mencionar los niveles de unión en nuestros cuerpos:

1. Unión física: la unión del cuerpo físico se basa en el tejido conjuntivo. Conecta todos los órganos y elementos del cuerpo. Se pueden hacer ejercicios de visualización de esta unión para fortalecer la unión de estas relaciones y armonizar el cuerpo.

2. Unión energética: es la unión del cuerpo físico con las diferentes capas sutiles (ethérica, emocional, astral, causal, búdica y atmica) que forman conjuntamente un cuerpo de unión, conocido como Merkabah.

Este cuerpo de unión hace la conexión con el cuerpo espiritual que une nuestra alma y espíritu. La unión de este cuerpo depende de la armonía entre los diferentes chakras. A menudo se habla de los siete chakras principales. En realidad, hay 12 (al menos)  con 1 chakra bajo de los pies para entrar en contacto con la tierra y 4 arriba de la cabeza que tienen un papel para entrar en las dimensiones superiores. Por lo tanto, piden ser reactivados: abajo: el chakra (estrella) de la tierra, arriba: el chakra (solar) del alma, el chakra portal estelar, el chakra cósmico (o universal) y el chakra de la divinidad (o portal divino). Existen múltiples formas de fortalecer este cuerpo de unión. Sobre todo, una actitud de expresar el amor en todo. Luego hay yoga, meditación, respiración que se encuentra en obras específicas.

3. La unión espiritual solar: es la unión de nuestro cuerpo con la luz de nuestra alma y nuestro espíritu. Esta unión se hace vía el sol central en el corazón, el chakra coronal y el chakra solar enzima de la cabezza. La evocación y visualización del sol central en el corazón ya se mencionaba más arriba. Es un ejercicio muy importante, pero muy sencillo. Sólo hace falta paciencia antes de que empecemos a sentir el efecto de esa luz.

Podemos compartir la luz de amor que ha llenado nuestros corazones con los corazones de las personas que nos rodean, y luego hacer una  vuelta alrededor de la tierra, a través de los continentes, para finalmente tocar al corazón de cada miembro de la humanidad. Es un ejercicio poderoso que alivia la carga de los conflictos y sufrimientos que pesan sobre las diferentes capas de la tierra. Reduce la resistencia a los cambios que afectan a su vida y así proporciona más protección atrayendo situaciones más positivas como el justo retorno de las energías generadas.

La unión solar más allá de la Tierra. Es al mismo tiempo nuestra unión cósmica, mística y divina, nuestra conexión con todos los universos. Nos libera de las limitaciones que se imponen por las condiciones transitorias de la vida en la tierra. Al facilitar el contacto con el alma y el ser superior del espíritu, genera la iluminación de nuestra mente por su abertura para la esencia de las realidades espirituales de la vida. Eso lleva claridad, transparencia y coherencia al funcionamiento del cerebro conduciendo a la visión de síntesis donde cada información tiene su justo lugar en la unión del conjunto.

Los cambios planetarios y solares actuales actúan directamente en favor de nuestra unión solar. Están transformando  la separación creada en ciclos solares del pasado para restaurar la unión cósmica gracias al bajado del fuego cósmico que provocaría una purificación en forma de ionización de la atmósfera.

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Del apego nace la codicia

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De codicia nace la ira

De la gracia nace la paz interna y externa

De la ira, productora de decepción, nace la angustia

De la paz, productora de satisfacción, nace la alegría y de esta su madre: nuestra asunción espiritual

La depresión confunde la memoria, destruyendo la razón

La asunción espiritual aclara nuestra memoria por encima de la muerte, instruyéndonos en la síntesis de todos los talentos en el Principio de unión de nuestro Padre Divino: la extra-lucidez del oír, del sentir, del ver, del elegir y del discernir. Son las bases de la creación y de nuestra creatividad.

Unen nuestras pequeñas mentes con el entendimiento del amor inmenso que anima nuestro corazón con la luz del Espíritu-Madre de toda la sabiduría del Padre. Manteniendo está luz focalizada, nuestra alma se eleva hacia el Principio Padre-Madre Creador para despertarnos en la Luz de Cristo-Buda, que hace de nosotros hijos e hijas, manifestaciones de experiencias vivas de esta esta triple unión divina como, hermanos y hermanos divinos.

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