El RETORNO A LAS FUENTES DE VIDA Parte 1

«La verdadera conciencia espiritual no se basa sobre creencias

 pero sobre las experiencias que nos hacen progresar

en la  comprensión de la ley del Uno»

 

Este texto es un intento de penetrar en el sentido de la Gran Transición que la humanidad está viviendo con la tierra. Es una forma de penetración o de dia-gnóstico (=conocimiento a fondo) de la esencia de un proceso que revela un conocimiento iniciático nueva sobre la evolución de nuestras vidas actuales. Esta nueva comprensión  conduce a una espiritualidad más real y verdadera que lleva a la expansión y elevación de la conciencia.

 Este diagnóstico se divide en 4 pasos

 

 I. Introducción

Vivimos en un tiempo de grandes cambios. Llevan a cuestionar todo. Mucha gente parece a un árbol que ha perdido su equilibrio debido al desarraigo progresivo de sus raíces. El ser humano parece haber perdido su conexión con las fuentes de vida, lo que lo empuja a buscar los fundamentos de un nuevo orden. Empieza a menudo  con un cambio, generalmente total, de la manera de vivir. Esto también puede conducir a comportamientos incoherentes, inesperados o excesivos. Cada vez más seres humanos cambian repentinamente sus vidas para librarse de una situación que ya no conviene a su realidad interior, como hicimos en 1978 intuyendo la ola de cambios que estaban  avecinando.

Esto provoca choques en el orden establecido que a menudo no están comprendidos y sobre todo difícilmente aceptados, ya que sentidos como una amenaza, causa de miedo y posible caos. El efecto de comportamientos inhabituales lleva perturbaciones que empujan a cuestionar  las relaciones a la moda. No obstante, el efecto positivo es de abrir la conciencia a una realidad más grande planteándola ante un desafío mayor: : LA INICIACIÓN EN LA UNIÓN DE TODA DIVERSIFICACION. Es el desafío de La GRAN TRANSICIÓN que la HUMANIDAD está pasando actualmente. Se trata de la alteración de la conciencia súper- individualizada. Se produce por la perdición de un orden sobreestructurado más bien restrictivo y vertical hacia un orden de movimiento es espirales, expresión de su origen universal, que llamamos las fuentes de vida de toda creación.

Es el redescubrimiento de un orden en el que todo y todos están unidos con las energías originales del universo por relaciones interactivas más justas, más abiertas y libres en todos los sentidos. Todo sale de la fuente para regresar allí.

Los avances en la ciencia están demostrando que el aumento de las vibraciones de los átomos cambian sus relaciones. Crea una nueva armonía más fusional, en cual las resistencias y la oposiciones de las relaciones disminuyen o incluso desaparecen. Una nueva percepción de una vida universal siempre en movimiento hacia más unión ha nacido. Ha abierto el camino de las ciencias cuánticas.

Esto significa para los seres humanos un cambio de su ADN y, por tanto, cambios físicos, de sensibilidad y de progreso mental. Ofrece  una mayor posibilidad de iluminación y armonización del cerebro que lo conduce a una sensibilidad espiritual más amplia, profunda y autentica. Por tanto, empuja a la conciencia hacia une mejora comprensión del sentido de la vida, sus relaciones y el propósito de su evolución.

En concreto. LA LEY UNIVERSAL se conoce como «amar al otro como a uno mismo». Este paradigma del amor gobernó la era de Piscis. La energía de la era de Acuario significa una reconexión con las fuentes de la origen de todo. Requiere de la pequeña mente humana una comprensión más directa y concreta del amor que se une a la sabiduría basada en el papel del corazón: "crear relaciones más justas con uno mismo, el otro y el entorno".

La aplicación de este paradigma necesita la liberación del ser humano de la dominación y las manipulaciones de una minoría que impide expresar lo que el corazón dice que uno es verdaderamente, un ser lleno de amor, capaz de ser responsable para la unión de la vida a través de expresiones libres y auténticas. Es, pues, el final de la época de la ley de dominación y de separación gracias al avance definitivo de la luz del espíritu de verdad. Mientras tanto, la confusión entre lo verdadero y lo falso aumenta hasta niveles insospechados.

La nueva conciencia de la unión interactiva de la vida suscita la voluntad de la actitud de la NEGACIÓN. La negación es en realidad una iniciación espiritual. Llama a una actitud positiva de abstención, consecuencia de una doble negación: "NO HACER NADA EN CONTRA todo que sirve un cambio positivo hacia un mundo mejor para todos". Si eso demanda un trabajo personal, el resultado se hará efectivo solo mediante el reconocimiento colectivo que confirma la realización del campo unificado del que hablamos después. De hecho, el tiempo actual hace cada vez más hincapié en el esfuerzo colectivo para que la conciencia de unión pueda hacerse realidad.

La gran transición se basa en la llamada al reconocimiento del origen de la energía de unión cuerpo-alma-espíritu. Es generada únicamente por la energía incondicional de amor-sabiduría del corazón. EL AMOR ES ENERGÍA QUE UNE. Es la esencia misma de la energía del universo la que anima todo y forma el centro o corazón (la luz central) de cualquier manifestación. La imagen de arriba muestra que los movimientos del átomo, ladrillo básico de la materia, forma un corazón.

La mente concreta del cerebro tiene problemas de comprender la energía de amor que une todo debido a las limitaciones de sus percepciones y condicionamientos. Así que tratemos de entender esta esencia de la energía universal, fuente del espíritu-esencia, el movimiento-animación (alma) y la manifestación (partícula-cuerpo, vehículo) de todo.

I.1.  La Energía universal

El universo está compuesto de energía. De hecho, sólo hay energía en varios niveles. También el vacío es lleno de potencial de energía. La ciencia cuántica define esta energía como movimiento-fuerza y partículas que se mueven de uno a otro en estados superpuestos. Pero a estos estados visibles nos falta el estado invisible del potencial creativo que hace la energía visible como manifestaciones de movimientos o de formas .

La ciencia llama los estados de los fenómenos visibles "cuánticos" (de quantum o cantidad calculable). Permiten medir y contar sus relaciones y controlarlas en el mundo exterior de la existencia. La existencia representaría apenas el 0,001% de la energía universal. Lo que entendemos como realidad es, en efecto, un mundo ilusorio (maya) puesto que es efímero. Es sólo el reflejo de una realidad interna increíblemente más grandiosa que representa el 99,999% de la energía universal.

Este lado interior o "cualítico" (de qualitum o calificativo, teniendo un potencial constitutivo o de relación de unión) es invisible. Contiene toda la in/formación o esencia inteligente, que indica la forma, la razón por la que se formateó para manifestarse. Este mundo invisible es el potencial creativo de la energía universal. Es el depósito inconmensurable de la fuente de toda vida que pueda manifestarse. Por lo tanto, cada manifestación es portador de una información o esencia que revela, mediante su fuerza incandescente de iluminación, el sentido o inteligencia de su papel único o específico en el mundo manifestado. El mundo interior es el guardián de toda revelación, de toda comprensión que se revela de sí mismo. Nuestra mente es solo un soporte de generación de esta comprensión y más bien forma un bloqueo cuando estamos atrapados en conceptos y fijaciones de creencias, limitadas por las ilusiones restrictivas y cuánticas (calculables) del mundo visible.

Las investigaciones científicas recientes constatan que el mundo visible e invisible forman un gran campo unificado por la Inteligencia Universal (Nassim Haramein). No podemos separar el mundo invisible del mundo visible. Están unidos por la misma  inteligencia, sin la cual se pierde el sentido profundo de toda comprensión. La fuente, el brote de su fuerza inteligente y su manifestación son inseparables como nuestro espíritu, alma y cuerpo.

Vemos entonces que la energía universal es una fuerza trinitaria (reserva de potencial creativo-fuente de movimiento y formas de manifestación). Es la fuerza de un potencial trascendente, como un océano infinito de pura conciencia de informaciones inteligentes. Se revela a sí mismo a través de olas o movimientos de manifestación que toman varios niveles y formas según la inteligencia estructurada y reconocida a varios niveles de realización de conciencia.

Las olas se manifiestan por el propio dinamismo de la energía universal. Es la fuerza del  eterno movimiento creativo del potencial infinito que une el mundo invisible superior con el mundo visible inferior. La energía universal surge de su propia esencia creativa como un movimiento eterno, rotativo y cíclico para revelarse a sí mismo a través de formas o vehículos de manifestación. El mundo exterior o inferior de la existencia, como nuestro cuerpo, está animado por un principio de movimiento eterno o alma. Transmite y revela, por la manifestación de la estructuración de su energía en movimientos y formas, la esencia inteligente del sentido de su papel en la evolución del conjunto.

Podemos representar esto de manera esquemática, poniendo la correspondencia de la naturaleza trinitaria del ser humano en este contexto, lo que nos lleva al siguiente título.

Potencial creativo	Movimiento rotativo, cíclico	Formas
Principio Padre	Principio Madre	Principio Nino (Hijo)
Espíritu (conciencia pura)	Alma (animación)	Ego, cuerpo, vehículos
Timón	Matriz de relaciones	Suporte
Esencia (sentido)	Unificación	Existencia
Unión amor-sabiduría	Armonía-paz	Polaridad

 

I.2. La unión entre potencial y manifestación

Entre potencial y manifestación, hay un movimiento eterno de emisión (brote o big bang de creación continua) y de remisión (absorción o ab-solución, crunch de retorno continuo) de energía alrededor de un centro que une todo. El universo es, pues, a imagen de un toro o doble toro polarizado (Nassim Haramein) de energía universal que se mueve cíclicamente, más o menos intensa, entre el pleno potencial del vacío original con su ausencia de luz concreta y la luz de las manifestaciones con sus movimientos y formas a diferentes niveles.

Estas manifestaciones se superponen y se vuelven cada vez más tangibles y visibles a medida que su vibración disminuye. Es como lospuñados rusos que se encajan los unos en los otros, como nuestros cuerpos. Su centro de unión con el potencial de la origen se denomina el sol central. Aquí es donde el mundo invisible se hace visible, como un manantial, el lugar donde el agua sale del embalse oculto.

En el nivel lo más trascendente, el sol central está unido o en fusión con el potencial de la fuente de la energía universal  Es en este nivel que se llama el sol central el principio de origen de toda creación, el principio creador, la conciencia cósmica del Gran Arquitecto (o Dios) que supera toda manifestación y todo entendimiento. De hecho, es la esencia invisible en  su centro. que esta negra como un vacío pero, sin embargo, llena de energía potencial.

Es el centro de fusión de un campo unificado de inteligencia, expresión de la unión de las interacciones de todas las leyes de la naturaleza, con el mar del potencial omnipresente e invisible de una conciencia pura. Este potencial se manifiesta solo en hologramas de fractalización o individualización más o menos concretas. Aquí la ciencia actual se une a la antigua sabiduría de la Mundaka Upanishad de los Veda.

El sol central

El sol central, es en el plano más elevado de la energía universal, el principio  creativo original, libre de todas las condiciones limitantes y, por tanto, todavía abstracta o ab-soluta (de absolvere, desatar, sin límites) omnipresente y no localizada. Es atemporal, inmutable o no localizable, ya que brota por todas partes del océano original. Según la ciencia cuántica es a la vez fuente (forma) y energía que surge del potencial infinito de toda creación. Forma lo que podemos llamar el centro universal y omnipresente de las fuentes de vida. De aquí todo proviene y todo vuelve allí.

Se describe en el capítulo 4 del Apocalipsis como el trono de Dios, la Inteligencia Universal con el centro invisible que engloba y sobrepasa el todo. Es con esta luz central que nuestro corazón está directamente y continuamente conectado, aunque no estamos conscientes  Es suficiente con retratar su imagen en el corazón para que su efecto sea más tangible. Es la realidad interne de toda cosa.

La piedra angular de las catedrales, monasterios o iglesias es como el sol central. Menciona su función. Situada en el lugar energético más adecuado (p. ej., cruces energéticos, vórtices…), es el centro de un círculo que se comunica con todo (puertas, 4 direcciones, luz...).

Para facilitar la evocación, representamos aquí el sol central (o el trono) como pudimos visitar la noche del 21 de julio de 1981 (por coincidencia fiesta nacional belga) mediante una ascensión mística. El punto central de absorción era en realidad invisible del hecho de que la luz de mi ser estaba en fusión con todo. Todo era parte de la luz universal que irradiaba amor incondicional. Mi espíritu-alma-cuerpo etérico ya no tenía una existencia separada de esta luz central debido a de mi conciencia de unión total. He vivido esta unión de amor como la identificación divina de mi ser humano con la esencia de su naturaleza cristiana. En esta unión cada ser humano es Cristo, un-g-ido o unido (el g = símbolo del fuego creativo y de la circulación de energía).

La luz era sin fin así como el sol central no tiene límites. Igual que la conciencia o cualquier manifestación no tiene límites ya que unido con todo. Todo se mueve entre alfa (inicio) y omega (final y nuevo comienzo).  Todo pasa de lo visible a lo invisible y viceversa.  Parecía centellear al ritmo de sonidos celestes volviendo a la fuente, siendo producidos como gratitud por seres de luz que así estimulan  continuamente el conjunto. Es una puerta que se ha abierto hacia una realidad en la que todo está en unión. Es una realidad de “ser” que es el propio del alma y no de “hacer” o de “tener que hacer”, que es el efecto de la mente. Un vez este contacto con el alma abierto, se crea una corriente hacia esa unión que pide con repetición reforzarse.

Nota: El principio creativo, la realidad divina que llamamos Dios, es indescriptible y directamente invisible excepto a través de su creación y sus criaturas Es por eso que los ancianos sabios la definían como: "Aquel del que nada se puede decir". Pero cada vez que hablamos de algo o de alguien sobre la creación, en realidad hablamos de Él dando una descripción limitada, fractal como el ser humano mismo.

Los principios que controlan las fuentes de la manifestación del potencial infinito de la creación se conocen como los 24 ancianos. Son 2 x12 espíritus que focalizan esencias creativos superiores, conforme a los 12 principios polarizados o pares opuestos de la evolución de la energía universal. Se reflejan en el zodiaco mayor (cósmico) y menor (galáctico). El número 24 evoca matemáticamente la totalidad del aspecto trinitario de la energía universal (8 x 3) con sus ciclos eternos interiores y exteriores.

Según la información de que disponemos, el consejo de los 24 ancianos representa los principios sembradores de la raza humana. Forman el Consejo del Sol Central, el timón de la unidad de la evolución de la energía universal, entre otras de nuestra galaxia.

En relación con la manifestación concreta se puede localizar el sol central como el corazón de luz que une todos los universos, como la estrella Alción para nuestra galaxia, Sirius para nuestro universo local y finalmente el sol para nuestro sistema solar y la tierra.

También la tierra tiene un sol central. Refleja el potencial de la armonía del universo generado por su núcleo. Se comunica en su superficie por un centro que funciona como el corazón de las energías interiores y exteriores de la tierra. Este centro sería reconocido, desde la época Atlántida, por encontrarse en las pirámides de Guiza (palabra muy simbólica, significa una meseta, una especie de referencia que domina (o guía) el Nilo para fructificar la vida). Según nuestras observaciones e investigaciones, este centro, aunque siempre se supone que está en el mismo lugar, seria  desde la época faraónica en continuo desplazamiento hacia Força Real cerca del Golfo de León al pie de los Pirineos Orientales. Aquí es donde la fuerza real del fuego cósmico (piros) subiría (oriental) como el sol cada mañana para iluminar, purificar y elevar, con la luz del nuevo ciclo solar, la vida de la que el sol es la fuente.

Actualmente la tierra con el sistema solar está en una intensa de proceso de ajuste con su entorno cósmico. Las erupciones solares fuertes parecen bocanadas de amor que en el plano terrestre armonizan el agua con el fuego. Acá un artículo con la explicación de Philippe François:  https://vk.com/wall647796984?own=1.

La alquimia entre el fuego y el agua (o masculino/sol/Yang/activo y femenino/luna/yin/pasivo) es precisamente el proceso actual de la restauración de la Unidad Original del Mundo. Es el restablecimiento de un orden paradisíaco perdido par la iniciación luminosa en un nivel de conciencia superior mediante la restauración de las corrientes originales

 En el ser humano encontramos la conexión con el sol central de la energía del universo a nivel del corazón. En el corazón somos verdaderamente quienes somos, el ser unido en, por y con la energía universal  e incondicionada de amor. El cuerpo es el reflejo existencial ,más o menos exacto, de la conciencia del espíritu de este ser superior, adaptado a las condiciones del momento y el nivel de unión realizado.

El corazón nos une con el todo vía el movimiento del alma que entra por nuestro cráneo. Este conexión de unión forma un canal de luz que transmite las revelaciones de sus informaciones. Forma a nivel del corazón un puente central de luz. Bajo la acción de la conciencia, puede convertirse directamente en la sede del alma y de cualquier de sus movimientos en el cuerpo. Su luz puede expandirse en conexión directa con el sol central. También se puede imaginar como una rejilla luminosa de cristales (reiki) o una flor de vida luminosa.

Resumen:

El mundo visible es como las olas de un océano. Reflejan el resultado formal, en la superficie o en el exterior, del enorme potencial creativo de la energía del agua en el interior. Esta energía interior es atemporal ya que se trata de un "estado puro de ser" inmutable y permanente donde todo se encuentra en total sincronía. Por el contrario, las fuerzas particulares liberadas por el potencial interno, son "estados evolutivos" que forman olas cuya especificidad es desplazarse en líneas cíclicas o líneas de tiempo. La observación de los movimientos en estas líneas permite diferenciar el tiempo en presente actual, presente pasado y presente futuro o proyectado.

Podemos comparar las encarnaciones humanas en paralelo como fuerzas particulares del potencial de la energía de amor incondicional que aparecen en la Tierra bajo formas vivas específicas. Sus diferentes experiencias o encarnaciones son la expresión de un potencial atemporal y sincrónico. Permite que cualquier experiencia particular se muestra al superficie para volver a la fuente en fin de beneficiar a la unión del conjunto. En última instancia, las experiencias de un ser humano son las experiencias de todos. Es una cuestión de conciencia y aceptación de la energía del amor que une a todo y a todos.