Sobre la formación y evolución del Merkabah, parte 3.

3. Las dimensiones de la unión permanente de la creación basada en 7 principios inteligentes.

Recapitulación: Hemos visto que toda manifesta-ción es una secuencia de concentraciones y expansiones del potencial original de la creación, permanentemente vinculado con la Inteligencia de la unión del todo cuyos acuerdos están cíclicamente sujetos a ajustes evolutivos. El conjunto está vinculado por un acuerdo general con el centro de unión universal. Este centro de transición permanente e inmutable de toda la EU es conocido como el trono en el Libro del Apocalipsis. A menudo se le conoce como el sol central. Sin embargo, no es una estrella como Alción (identificada con la fuente de energía nueva) o Sirio (identificada como la fuente de energía de síntesis). Las estrellas son representaciones o puertas al centro universal que difunde una luz taquiónica y espiritual que supera la velocidad de la luz visible de los fotones. Este centro sólo es visible para la luz del alma cuando el corazón está suficientemente conectado a él como resultado de una abertura de conciencia espiritual o de un viaje de unión mística.

Existen infinitas posibilidades para representar los varios niveles de este centro de unión universal: la Isla del Paraíso Celestial, el Ojo de Oro de Buda o el foco central de la cámara de Dios (Shamb-allah, en sánscrito: lugar de la felicidad pacífica). Hemos intentado pintar su visión a través de nuestra alma desde una experiencia la noche del 21 de julio 1989.

La secuencia de la luz de los virtuones, taquiones y fotones:

La luz fotónica (fotones) de la manifestación es la continuación de la transformación taquiónica central y universal de la luz virtual original. La luz taquiónica es la luz central. Es la primera manifestación de la acumulación de concentración del potencial de la luz virtual (virtuones) del espacio-tiempo indefinido original. Las manifestaciones diversificadas son, por tanto, procesos de ajuste de las concentraciones y expansiones de luz taquiónica en  espacios-tiempos diversificados al superficie del espacio-tiempo infinita. Están más o menos visibles y concretas según su amplitud y longitud de vibración. Esta transformación genera una innumerable cantidad de dimensiones, niveles de estructuras y diversidad de formas, desde las más simples hasta las más complejas, que pueden evolucionar a diferentes ritmos y ciclos según la información inteligente que puedan transmitir por su grado de unión con sus fuentes.

 

 

Nota: El fotón (masa cero) es la partícula mediadora (o de transición) en la interacción electromagnética. La secuencia de ondas electromagnéticas también forma X(iks) o cruces que evocan una sucesión de triángulos o vórtices de concentración y expansión (imagen base Wikipedia : photon packet wave.png)

 Hemos visto que el tetraedro es la forma básica de toda manifestación porque es la forma de volumen más simple. Cuando miramos el dibujo de un tetraedro, vemos 2  veces  3 líneas de concentración o fuerzas alineadas hacia puntos. Estas líneas son líneas virtuales formadas por el encuentro de las superficies formadas por la expansión de las fuerzas interiores. 

Entonces, para formar un volumen de manifestación, estas 3 líneas deben actualizarse cruzándose  4 veces, transformándose en 4 fuerzas de manifestación de expansión que giran alrededor de su centro de origen no visible. Así, encontramos siempre la unión de 3 principios esenciales inmanentes de base y 4 principios de exteriorización que emanan como diferenciaciones de un conjunto. Por lo tanto, toda manifestación contiene estos siete principios en forma de esferas de diferentes niveles interactivas, como se muestra en la flor de la vida. Se compenetran desde la vibración más sutil hasta la más densa. Llevan información inteligente sobre sus estados de relación y grado de unión con sus fuentes u origen. Cuanto más sutil y elevada sea su vibración, más cercana y mayor será su unión con el origen.

 

Los 7 principios de la creación:

Hemos comprendido que la transformación de la EU (energía universal) es generada por el potencial tetraédrico y prismático de sus partículas virtuales de luz. Este potencial genera 7 esferas básicas de fuerzas o ejes de rayos de alineación, debido a los movimientos de concentración y expansión de estas partículas. La flor de la vida muestra la unión de esta transformación eterna mediante 7 círculos. Evocan la radiación de sus fuerzas básicas, que son al mismo tiempo interactivas y generan infinitas esferas o dimensiones intermedias de ajuste. Son diferentes niveles de estados y fuerzas del eterno movimiento transitorio de la EU. Su unión supera la aparente dualidad de la polarización del movimiento doble de concentración y expansión de la manifestación. Sin ellos, no habría manifestación posible.

Lo encontramos a nivel de la manifestación en los siete colores de la luz, en las siete notas básicas de la gama musical o en los siete cuerpos del ser humano. Hemos visto que estas 7 fuerzas o rayos forman dos grupos de 3 fuerzas interiores y 4 fuerzas de su diferenciación exterior.

Por lo tanto, existen en primer lugar 3 grandes principios o fuerzas esenciales. Pueden denominarse fuerzas inmanentes o inherentes. Tienen una cualidad iniciática o esotérica (aspecto abstracto, valor espiritual). Estas fuerzas se identifican como los 3 rayos de las esferas de luz interna (esencia inherente o sentido inteligente interno) de la creación. Se definen a la vez como:

1/ potencial de activación (poder de concentración, voluntad de ser/principio Padre Creador);

2/ animación pura (dinamismo transitorio de unión, amor de experiencia/principio de Hijo/Hija) y

3/ actividad inteligente (expansión inteligencia por diversificación, sabiduría benévola, principio Madre-Sofía). 

Luego hay los 4 principios menores o fuerzas existenciales. Pueden describirse como fuerzas de emanación o conectadas (con las fuerzas mayores de sus fuentes). Transforman el potencial original de la Inteligencia Universal mediante estructuras o mecanismos de unión de cantidades en mani-festaciones (aspecto espiritual concreto, material cuántico). Estas fuerzas se identifican como los 4 rayos de las esferas de luz de exteriorización de la luz interior. Cada una de estas fuerzas luminosas expresa una relación específica con las 3 fuerzas esenciales de la unión original. Se definen (continuando nuestra numeración) a la vez como:

1/4 actividad de armonía (maestría de la expresión, perfección del equilibrio, Principio Discípulo y Maestro de expresión);

2/5 actividad interactiva de inteligencia (belleza de la expresión del diseño de la vida, transparencia de la conocimiento causas-efectos/karma, Principio Instructor de ciencia de síntesis);

3/6 actividad de elevación vibratoria (fuerza ideal de expresión interactiva atracción-repulsión, magnetismo, dedicación a las fuentes por espiritualización, principio Iniciador de salud integral); et

4/7 actividad de organización dela  unión de la vida (magia de expresión de la pureza, sacralización o unión de todo con el conjunto de la creación y sus fuentes, re-ligión, Principio Creador Salvador).

Todas estas esferas de rayos estructuran el desarrollo de la EU a través de innumerables dimensiones de formas cada vez más inteligentes, diversas, sutiles y densas. Las diversas dimensiones de la inteligencia de la vida pueden así desarrollarse, espiritualmente  y materialmente, gracias a su unión interactiva, inteligente y complementaria con el séptuplo potencial de la energía original.

Podemos traducir estos 7 Principios en la vida como los 7 principios que impulsan la organización de la vida humana: 1/ Organización global: política; 2/ Relaciones sociales; 3/ Gestión de las actividades: economía; 4/ Maestría de las expresiones: artes y oficios; 5/ Conocimiento de coincidencias causas-efectos: unión de las ciencias; 6/ Crecimiento del magnetismo cuántico vibracional: salud material-espiritual; y 7/ Conciencia de unión: espiritualidad-religión.

La música y el Merkabah nos llevan a 12 dimensiones:

Los 7 rayostambién corresponden a las dimensiones de las differentes vibraciones de esferas de estados de luz que forman superuniversos de conciencia en el universo. Su vibración se eleva al expandirse, dando paso a la energía central de la conciencia de unión.

Los 7rayos forman 7 superuniversos o dimensiones básicas como las 7 notas de la música. Pero, como hemos dicho, estas dimensiones básicas evocan otras.

En la gama musical hay 5 notas intermedias, lo que hace 12 dimensiones o notas de base de la armonía musical, antes de pasar a una gama de octava superior. Aquí nos juntamos a los signos del zodiaco con 7 superuniversos básicos y 5 intermedios. Estos últimos muestran la evolución infinita de las interacciones de las fuerzas aún no manifestadas. Se revelan con la evolución de la conciencia.

Así, a través del despertar actual de la conciencia cósmica, se dice que estos 5 superuniversos están en construcción. Más bien diríamos que estamos empezando a reconocer sus dimensiones. El mundo de las manifestaciones o de las materializaciones es, en efecto, sustrato de reconocimiento por la conciencia. Pero las vibraciones que forma, refleja y expresa, van mucho más allá. Son a la vez energía libre (creativa), sonido (que transmite significado) y luz (acción inteligente). Todos ellos están vinculados a un sonido central (verbo universal) cuyo reconocimiento evoluciona a través de su interacción en los varios niveles de la manifestación.

El sonido OM o AUM (mantra sanscrito A: principio/Brahmán; U: continuación/Visnú et M: el fin/Shiva) es la vibración primitiva, original y sagrada que evoca la conexión con la consciencia pura de la Inteligencia universal. Luego le son O es el segundo sonido sagrado que corresponde a la evolución concreta  de la conexión primitiva, creando, por la maravilla, la apertura del corazón para relaciones correctas mediante la difusión de la luz original de concentración, gracias a su conexión incondicional con la energía de amor-sabiduría del potencial creativo del alma. Se trata, pues, de dos sonidos que, producidos en el nivel vibratorio repetitivo adecuado, tienen un efecto activador en el cuerpo humano de unión.

Como las vibraciones de los superuniversos evolucionan en acuerdo con el sentido de la unión central universal, también lo hacen los sonidos de la música y su relación con la tierra y el cuerpo humano. La nota LA de la cuarta octava se ha revelado ser la referencia para indicar el acorde de la vibración central de todos los sonidos. Durante mucho tiempo, se estimó que esta la₄ vibraba a 432Hz (lo que corresponde a 55,38 veces los +7,8 Hz de la resonancia Schumann de la vibración de la Tierra). La evolución de la conciencia nos dice que la vibración de 444hz. (55,5 x 8Hz) sería más apropiada actualmente. Correspondería a la media de los cambios de la vibración zodiacal (+12Hz) para un ciclo solar de 25.800 años tras la expansión del universo. Aunque el tema está sujeto al escepticismo científico, sería difícil negar que esto tuviera efectos de interferencia en la resonancia Schumann causados a través de picos de resonancia más frecuentes, extendidos e intensos de la energía cósmica que influye en la evolución de la vida planetaria, su ADN y su conciencia.

Se sabe y se ha demostrado científicamente que los sonidos, y por tanto también la música, tienen un efecto positivo o negativo sobre la vida y especialmente el ser humano, su comportamiento y su conciencia. Todo depende de la interactividad producida por la calidad vibratoria o la armonía de los sonidos. La armonía natural, como la del canto de los pájaros, o las vibraciones producidas por sonidos armoniosos, que enlaza varias octavas a través de la interacción temperada (demostrada por J.S.Bach) entre las 12 notas, estimula nuestra conciencia de unión y, por tanto, la activación de nuestro cuerpo de unión (Merkabah) por medio de la paz interior y exterior.

Sin embargo, los sonidos a volumen excesivo, repentinos o con martilleo pueden provocar efectos físicos, emocionales, mentales y espirituales destructivos como resultado de una desestructuración entre los diferentes cuerpos sutiles y la conciencia. Además, provocan una desnaturalización de la conexión con el alma y una alteración de su potencial que conduce a una pérdida de discernimiento y a un comportamiento de inconciencia de masa como el de las ovejas. 

Nota: Diagrama que relaciona las notas musicales y el zodiaco. Al igual de los acordes entre las diferentes notas musicales, los signos del zodiaco tienen múltiples accuerdos entre ellos. Cada signo tiene múltiples relaciones de complementariedad, formando X (iks o cruces) con los signos yuxta-puestos y opuestos. Según la evolución de la conciencia de unión todo está finalmente en todo y ya no se puede hablar de oposición sino de la riqueza de la complementariedad entre los signos. Todo esto funciona como una estructuración de diferentes niveles, llamada la jerarquía de la conciencia ascendida o realizada en la creación en relación con la conciencia de la unión universal.

 

 

Acabamos de distinguir 12 dimensiones que se encuentran en cada manifestación. El cálculo que se impone: 12 x 12 =144, (símbolo de la estructuración en varios niveles de la Unidad del mundo divino) nos pone en el camino hacia la infinidad de las dimensiones que enlazan los movimientos cíclicos entre el macrocosmo y el macrocosmo.

 

Más adelante veremos que el desarrollo de 12 centros en el cuerpo humano, a base de los 7 centros generalmente conocidos, es importante para la activación del cuerpo de unión o Merkabah. Al representar la flor de la vida con los 5 universos de evolución de la conciencia de unión superior, encontramos una asombrosa interactividad entre los signos del zodiaco basados en el pentagrama (símbolo de la armonía  y los elementos) con la estrella de David en el centro (símbolo de la unión sagrada de la vida).

Desde el séptimo rayo de la esfera de unión (Virgen), que es el de la fuerza espiritual que nos une (re-liga) con la unión de la esfera original del centro, se despierta la conciencia de unión. Entonces podemos distinguir gradualmente dimensiones, esferas y universos cada vez más sutiles que se conectan entre sí y nos llevan todos al centro universal del Espíritu de la Verdad de la Inteligencia Universal de la creación y al estado de conciencia de la unión absoluta. Se llama esotéricamente (estado del interior) el estado de conciencia que se absuelve en la unión original y central de la creación, el estado del Hijo/Hija absoluto (en el sentido de la unión más allá de la dualidad). Este estado de conciencia trasciende cada una de las 12 dimensiones (7+5) de la energía de los signos zodiacales que condicionan la evolución de la conciencia  humana como se enseña en el mito de la liberación de Hércules tras sus 12 trabajos. Es en este estado de conciencia absoluta cósmica de Dios vivo, el Cristo en el ser humano, que Jesús pudo decir: Yo y el Padre (Madre) somos uno. (Juan 10:30).