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La puerta de Shamballah (el corazón: la habitación de Dios)


Blog para promover un movimiento interactivo en el marco del trabajo de síntesis, presentado como Pangeosis.
El trabajo de síntesis se concibe para liberar la conciencia
colectiva. Se basa en el conocimiento y el control de la energía universal.
Se refiere a cada ser humano y a su responsabilidad.
Recurre especialmente a los líderes: políticas, sociales, económicos, profesionales, científicos, educativos y sanitarios y espirituales y religiosos.

miércoles, 11 de junio de 2008

La práctica de convergencia: la armonización

La armonía y la paz sobre la tierra sólo están posibles si cada uno contribuye a ellas. La vida sobre la tierra forma un “conjunto”. Es como nuestro cuerpo. Un desequilibrio en nuestro cuerpo afecta al conjunto de la armonía de nuestro cuerpo.

En la práctica eso quiere decir: “cada acción, cada sentimiento, cada idea y cada nivel de conciencia tiene una influencia más o menos directa sobre el conjunto. » “Lo que hará a lo más pequeño de mío, lo hará a mi” (Jesús).

Nuestra vida individual no se aísla pues del conjunto de la humanidad como la mayoría de los seres humanos se imagina. Ella tecla directa o indirectamente también al otro al nivel física, emocional, mental y espiritual. Este fenómeno de influencias mutuas, incluso a gran distancia, es muy conocido en los animales. Estudios científicos probaron que eso existe también en los hombres.

En efecto, cuando un por ciento de una colectividad hace la armonización, p.e. meditando, la criminalidad baja alrededor de 15%. Política o Espiritualidad por Emmanuel Moulin, Mozambique, Meditación Vipassana, investigación científica y aún otros.

Tarjeta de la tierra con las zonas conflictuales (en amarillo) vinculados al plexo de la tierra y las zonas que se polarizan (en rojo) con ellas.

¿Cómo eso funciona?

Todo es energía. Se diversifica a distintos niveles cualitativas. Estos niveles forman esferas más o menos densos, llamados egregores. Abastecemos estas esferas por las ondas causadas por nuestras actividades o físicas, o emocionales, o mentales, o espirituales. Estos egregores abastecen a su vez los que se acercan a estas vibraciones así acumuladas.

Estos egregores se organizan en la atmósfera de la tierra al entorno de los chakras de la tierra (observe el mensaje sobre los chakras de la tierra). Estos chakras dirigen la energía hacia los lugares de la tierra donde el conjunto de la vida planetaria, incluidos la acción humana, es el más sensible al nivel vibratorio correspondiente. Estos lugares tienen tendencia de tomar de la extensión.

Observamos que la zona del plexo de tierra, que se sitúa a la meseta Irán-Irak, concentra y conecta la mayor parte de las tensiones sentimentales de la humanidad.
Al mismo tiempo, estos egregores se polarizan, al igual que la energía en el universo a la imagen de la polarización de la tierra y la polarización de las energías en nuestro cuerpo. La manera del hombre de actuar, sentir y de pensar se hace principalmente por polarización debido a dominación, exclusividad o separación. La fuerza dominante puja efectivamente al aumento de la influencia, del interés o del renombre y se opone y rechaza a lo que lo pone en cuestión. Nuestra actitud de evolucionar a través de los conflictos pues se refuerza a nivel colectivo y nos hace incluso creer que los conflictos son inevitables e incluso indispensables para liberar la energía que permite alcanzar un nivel de civilización superior.

Como lo decía Einstein los problemas del hombre no pueden solucionarse sino desde un punto de vista o conciencia superior a nivel conflictual de los problemas. Toda conciencia superior depende de una armonización que sobrepasa a los estados conflictuales. Como expuesto más arriba, la ciencia confirmó el efecto de deconflictualisation causado por las prácticas de armonización, como, por ejemplo, la meditación.
Se daba un ejemplo muy claro durante la segunda Guerra Mundial con los bombardeos de Inglaterra. Cuando Churchill llamaba a trabajar en pensamientos para la paz, los bombardeos se detuvieron. Se pueden dar para eso muchas explicaciones coïncidentes. Tenga en cuenta que también las coincidencias son dirigidas, directa o indirectamente, por las fuerzas de los egregores. ¡Además, no hay ninguna manifestación posible sin que las energías coincidan!

La práctica de la convergencia planetaria:

Queda claro, de lo que se explicaba más arriba, que podemos crear coincidencias positivas para las condiciones de vida sobre tierra. Sin deber pasar por las armas y las fuerzas de dominaciones hacia los que no lo ven así, podemos crear un ambiente óptimo incluso con una minoría de personas.

Podemos cada día, en un momento dado, no sea más que 5 minutos, durante un momento libre (a la espera de, en el transporte…), hacer armonizaciones para la paz en el mundo. Podemos especialmente dirigir nuestra atención hacia puntos neurálgicos como el Oriente Cercano. Superamos así toda actitud negativa y creamos un egrogor que abastece un estado de consciencia más allá de los conflictos y las polarizaciones ventajoso a todos. Cuando las condiciones en un jardín son óptimas, todas las plantas aprovechan y contribuyen de ventaja a la salud de todo el jardín. ¿No es similar para la tierra? La fatalidad es el efecto de nuestra inconsciencia. La acción consciente crea nuestra libertad.

La regularidad de estas armonizaciones crea un efecto de red de energía alrededor de la tierra que supera las polaridades y frena los conflictos que se encuentran cada vez menos abastecidos.

La ventaja de esta práctica es que creamos para nosotros mismos una fuente que abastece las bases para una conciencia más elevada más allá de los conflictos. Pasamos a ser así nuestros propios creadores de coincidencias felices y volvemos menos vulnerables enfrente los conflictos.

La práctica de la convergencia planetaria es pues nada de extraordinario o difícil. Es un trabajo de armonización más allá de las actitudes conflictuales. Al crear una visión más global y elevada del mundo, esta convergencia crea un movimiento de ósmosis entre los continentes y sus habitantes a la deriva desde el Pangea. De allí, el nombre Pangeosis para caracterizar este movimiento espiritual de convergencia, complemento consciente al movimiento físico planetario.
Este trabajo de armonización es muy simple y basado en valores universales que redactamos en una carta ética quién va más allá de toda convicción religiosa específica. Por fin, este trabajo recurre a las técnicas del trabajo de síntesis.

“Si elegimos cada día un momento específico para hacer la armonización, podemos todo el día ¡crear un actitud de armonía tanto hacia nosotros-mismos como hacia nuestro ambiente en vez de sufrir las oposiciones, las separaciones y los conflictos! “Solamente la intención de ser feliz significa una real rêvolition ¡en las vibraciones de la tierra! Los efectos de cambio positiva del mundo no se harán esperar.

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De la liberación del ser humano divino nace el desapego frente las pasiones de las relaciones humanas

Del apego nace la codicia

De las justas relaciones con uno mismo, los demás y el entorno nace la gracia

De codicia nace la ira

De la gracia nace la paz interna y externa

De la ira, productora de decepción, nace la angustia

De la paz, productora de satisfacción, nace la alegría y de esta su madre: nuestra asunción espiritual

La depresión confunde la memoria, destruyendo la razón

La asunción espiritual aclara nuestra memoria por encima de la muerte, instruyéndonos en la síntesis de todos los talentos en el Principio de unión de nuestro Padre Divino: la extra-lucidez del oír, del sentir, del ver, del elegir y del discernir. Son las bases de la creación y de nuestra creatividad.

Unen nuestras pequeñas mentes con el entendimiento del amor inmenso que anima nuestro corazón con la luz del Espíritu-Madre de toda la sabiduría del Padre. Manteniendo está luz focalizada, nuestra alma se eleva hacia el Principio Padre-Madre Creador para despertarnos en la Luz de Cristo-Buda, que hace de nosotros hijos e hijas, manifestaciones de experiencias vivas de esta esta triple unión divina como, hermanos y hermanos divinos.

La estrella de Pascua

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