IV. El cambio del ámbito colectivo de la humanidad
IV parte 1. El cambio del campo exterior
La evolución de la vida se desarrolla en ciclos como la respiración. Cada nuevo ciclo comienza con un período de impulsos más o menos importantes y fuertes de TRANSICIÓN. También es comparable a los ciclos de las estaciones que se siguen. Para las estaciones, un nuevo ciclo comienza cuando el sol está al más bajo para ascender de nuevo. Esto se parece al ciclo solar.
Cada nuevo ciclo se prepara con una desincronización (espacio-tiempo) de la energía del ciclo que finaliza. Comienza con un proceso de desintegración del hecho que las energías del ciclo en curso disminuyen provocando acciones destructivas. Los frutos del pasado recolectados, un PERÍODO DE TRANSICIÓN comienza a la imagen del otoño cuando las hojas empiezan a caerse debido a la disminución de la temperatura. Esto crea un vacío creciente, abierto para la entrada creciente de nuevas energías. Esta situación de cambio lleva a dar un paso atrás y hacer un chequeo del pasado y de estimular la creación de start-ups para proyectar el desarrollo de innovaciones.
Toda transición es una forma de armonización para mantener el equilibrio de la evolución del conjunto. La nueva energía empuja hacia la disolución de resistencias y bloqueos con el fin de liberar la acumulación del potencial de nuevas fuerzas. Cae lo que no sirve para ser transformado, reciclado o volver a la fuente para servir al desarrollo del nuevo ciclo.
Este principio de ciclos se desarrolla en todos los niveles del universo. Así que hay varios ciclos, a veces más cortos, a veces más largos que se solapan. Cada uno tiene su especificidad de desarrollo. Los ciclos se subdividen en semiciclos que a su vez se subdividen. Entre todos hay un período de transición. Al igual que las estaciones, cada ciclo en el universo comienza con una nueva energía ascendente para alcanzar a través de las transiciones un clímax de acumulación de energía generando una transición mayor de adaptación cataclismica, conocida como la comienza de un Gran Invierno. (por ejemplo, el final de la Atlántida hace unos 12.000 años). Luego, la energía disminuye hasta alcanzar el punto más alejado del centro galáctico. Entonces comienza la transición de anticlímax con una conflagración o colapso (ekpyrosis en griego, ignición), consecuencia del consumo por el fuego cósmico (como un nuevo pulso respiratorio original). Eso conduce a un nuevo ciclo, como sucede actualmente. Este período de transición se conoce como la comienza del Gran Verano del Gran Año, lo que evoca claramente el calentamiento climático actual. Parece que se ha olvidado de la vieja sabiduría que la evolución de la Tierra forma parte de los ciclos de evolución del universo a través de una interactividad cíclicamente más o menos intensa. También el entorno cósmico conoce estaciones según la energía que se presente en él.