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La puerta de Shamballah (el corazón: la habitación de Dios)


Blog para promover un movimiento interactivo en el marco del trabajo de síntesis, presentado como Pangeosis.
El trabajo de síntesis se concibe para liberar la conciencia
colectiva. Se basa en el conocimiento y el control de la energía universal.
Se refiere a cada ser humano y a su responsabilidad.
Recurre especialmente a los líderes: políticas, sociales, económicos, profesionales, científicos, educativos y sanitarios y espirituales y religiosos.

viernes, 21 de marzo de 2008

Práctica de Convergencia: LA GRAN INVOCACIÓN

Cada vez más extendido en el mundo, este relato atrae las energías de la conciencia, realizada sobre los planes cósmico, hacia la tierra para facilitar la armonización de la vida planetaria con el plan evolutivo del universo. Es un medio potente para canalizar las energías del tiempo actual hacia el despertar espiritual de la humanidad.

El relato nos conecta con las energías espirituales del universo que se organizan a varios niveles: cósmico, extragaláctico, galáctico, galáctico local, interplanetario, planetario y planetario local. Estas energías emplean, como los órganos de nuestro cuerpo, distintos puntos y centros según el nivel de la conciencia realizada que encuentran.

La gran invocación corresponde a la evolución de la conciencia del hombre actual que acaba de descubrir las “dimensiones cósmicas". Tiene por lo tanto necesidad de situarse cada vez más en “ el conjunto ” planetario y cósmico.

El propio de la armonización del ser humano consiste en la reunión y el sobrepasar de los polos opuestos: espíritu-cuerpo (materia), concreto-abstracto, masculino-femenino, bueno y mal, individuo-colectividad (masa). A este respecto, la ley de la separación domina generalmente nuestra conciencia. Con todo, la gran invocación recurre a la conciencia más elevada que podemos imaginarnos. La humanidad tiene necesidad para poder superar sus problemas que se vuelven cada vez más globales y complejos.

La armonización de la humanidad es un proceso iniciático planetario para liberar la inconciencia de la masa o el peso ciego que emana de la inconciencia colectiva del hombre y que lo mantiene en los conflictos. No es no solamente indispensable para su evolución pero sobre todo para su supervivencia. Se trata de una iniciación colectiva quién se traduce en la iniciación en el corazón.

El corazón es en efecto la esencia de la vida. Es el único órgano en nuestro cuerpo que no se polariza. Está en medio de todo y el vínculo con todo. Además, es vinculado al alma, el principio animador de nuestra naturaleza superior. El corazón une todas las diferencias y excede los polos opuestos que se expresan por ejemplo por el lado femenino y el lado masculino del hombre.

Esta armonización recurre necesariamente a una comprensión más holística de la Creación. Es expresada por el libro de la Vida indicado por el Apocalypse. Es este libro que el Espíritu Cósmico (el Cristo) tiene simbólicamente en sus manos para revelar estas normas de este tiempo. El libro de la Vida está representado por la Constelación de los Gemelos (Castor y Pollux) con sus dos partes complementarias y también opuestas.

La recitación de la gran invocación causa uno red de energía de luz espiritual quién alimenta los centros energéticos de la tierra como eso pasa también en nuestro cuerpo. Esta luz crea una atmósfera más propicia a la armonización. En efecto, esta luz alimenta la formación de una visión más global o más holística. Permite ver la unidad y la síntesis en la diversidad.

Texto:

Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,
Que afluya luz a las mentes humanas,
Que la Luz descienda a la Tierra.


Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya amor a los corazones humanos,
Que Aquel Que Viene retorne a la Tierra.


Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,
Que el Propósito guíe a las pequeñas voluntades humanas,
El Propósito que los Maestros conocen y sirven.


Desde el centro que llamamos la raza humana,

Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

1. el punto de Luz en el Pensamiento de Dios. El punto común de atracción luminosa para la tierra, es la dirección del Norte. Corresponde actualmente a la estrella polar. Esta estrella, POLARIS, dirige nuestra atención hacia el punto central en la Constelación de Pegaso. Este punto, Kalki, simboliza la vuelta del espíritu del Cristo (Krishna o Cristo nacido), el guerero cósmico al caballo blanco, símbolo de la iniciación espiritual. Es el punto de orientación general de la atracción de nuestra galaxia en dirección del Gran Atractor. Polaris forma parte del Pequeño Oso (Pequeño Carro). Figura como un punto de dirección de iluminación para nuestra conciencia hacia la realización de la conciencia cósmica. Nos dirige hacia la unión más allá de los polos opuestos.

En efecto, la luz en nuestros pensamientos nos orienta hacia los pensamientos supramentales de un ideal divino. A estos pensamientos corresponden las realidades luminosas de la conciencia superior. Es el efecto del principio inteligente afianzado en el centro (alta minor) de la cabeza del hombre. Puede abrirnos para el reconocimiento que es necesario cambiar para evolucionar. La luz inteligente recibida abre así nuestro mental hacia arriba en vez de proyectar los pensamientos y conceptos de nuestra conciencia limitada solamente horizontalmente a continuación por el frente o hacia abajo.

La luz espiritual nos conecta con la información de las realidades sutiles que vienen del centro de atracción sobre nuestra cabeza ( alta major). El mental en sí no es capaz. Esta es la razón por la que es retenido por la oscuridad y la ceguera. Se conecta solamente con la información del nivel de conciencia con que corresponde. Nos mantiene pues en las condiciones de los automatismos que se desarrollan según la ley de la fatalidad de las fuerzas dominantes.


La humanidad necesita esta apertura espiritual hacia una conciencia superior. Sola sea capaz de liberarnos de nuestros límites y los problemas allí vinculados.
Para poder unir los contrarios de la dualidad, es necesario una orientación direccional (eje) visible. Es necesario pues un punto de luz central que se desata de la oscuridad para orientar la atención. Gracias a la luz del día (la conciencia) se reconoce la noche (la inconsciencia).

2.
el punto de Amor en el Corazón de Dios. Este punto intermediario trascendente (entre materia y antimateria) puede definirse como el centro de las diagonales de la luz que emanan de las 4 estrellas centrales de Pequeño Oso. Es un vacío relativo. Causa el proceso de transcendencia atrayendo las energías cósmicas de amor, transformadas en luz de conciencia. Este punto es llama “ PAU » (paz en catalán) o el estado nirvanico de paz universal, llamado Shamballah.

El estado superior es todavía un estado de paz más allá de los conflictos del pasado. Como es un estado superior o inconditionado en informe de los estados conocidos, se idealiza como el estado consagrado del sancta sanctórum. Es un estado de alma más verdadero. Este estado es simbolizado por el lugar Shamballah. Es el Sancta sanctórum galáctico, llamado también la Habitación de Dios (Camara de Allah o Shamb-allah, el Corazón de Dios).

Este punto corresponde en el hombre con el punto de conexión de nuestro alma en nuestro corazón, a la intersección entre la parte derecha y la parte izquierda. Gracias a este intermediario se nos conecta con el amor. La energía de amor es la motivación fundamental de toda vida, en caso contrario nada puede manifestarse. Más que la conexión de este punto con el centro sobre la cabeza es intenso, más que el carisma de la persona y su conciencia se eleva. Esto es tan válido para el plan colectivo de la conciencia planetaria. La conexión del corazón planetario con el corazón cósmico traerá pues una mejora fundamental en las situaciones conflictueuses de la tierra. El corazón planetario se sitúa alrededor del Mediterráneo. (entre Jerusalén y Santander).

3. el centro donde se conoce la Voluntad de Dios. Este centro de reorientación direccional (eje) cósmico se sitúa en el centro de las diagonales de la luz, emanando de las 4 estrellas del Gran Oso. Este punto, llamado GRAU (en provenzal: estuario, canal o paso) es la puerta de atracción cósmica local que mediante Polaris es alineado con el punto universal Kalki en Pegaso. Reorienta la energía cósmica local hacia la energía del corazón a nivel cósmico para que se ajuste a la evolución de la energía del Gran Atracor.

Nota:
El Pequeño y Gran Oso son también un reflejo de los pares al parecer opuesto entre el grande y el pequeño en el universo.

Sin saber la dirección que debe tomarse, nos carece de potencia para avanzar. El sentido o la voluntad de la orientación espiritual de la vida es todavía « universal », orientado hacia la valorización y la visión del conjunto. Eso corresponde a la función de servicio de nuestro corazón. La voluntad universal de Dios sólo es nada de otro que el servicio en el conjunto respetando (o valorizando) cada elemento.

La reorientación (la puerta) que es necesaria para avanzar hacia la perfección es pues el unión o la armonización permanente entre espíritu (luz de conciencia) y materia (oscuridad de la inconsciencia o luz densificada). Requiere la fusión en un punto intermedio quién libera la potencia de las tensiones entre las oposiciones. El mediador ajusta las fuerzas lo que permite el acceso al estado superior. El mediador universal es el Espíritu puro, divino que anima cada alma. Corresponde a las razones del corazón que pueden abrir la densidad de nuestra materia gris del mental. El secreto de la armonización del mediador es en efecto la apertura al Espíritu Universal y la voluntad de su servicio “universal”.






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La asunción espiritual aclara nuestra memoria por encima de la muerte, instruyéndonos en la síntesis de todos los talentos en el Principio de unión de nuestro Padre Divino: la extra-lucidez del oír, del sentir, del ver, del elegir y del discernir. Son las bases de la creación y de nuestra creatividad.

Unen nuestras pequeñas mentes con el entendimiento del amor inmenso que anima nuestro corazón con la luz del Espíritu-Madre de toda la sabiduría del Padre. Manteniendo está luz focalizada, nuestra alma se eleva hacia el Principio Padre-Madre Creador para despertarnos en la Luz de Cristo-Buda, que hace de nosotros hijos e hijas, manifestaciones de experiencias vivas de esta esta triple unión divina como, hermanos y hermanos divinos.

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