fusión


expansión
El relato nos conecta con las energías espirituales del universo que se organizan a varios niveles: cósmico, extragaláctico, galáctico, galáctico local, interplanetario, planetario y planetario local. Estas energías emplean, como los órganos de nuestro cuerpo, distintos puntos y centros según el nivel de la conciencia realizada que encuentran.
La gran invocación corresponde a la evolución de la conciencia del hombre actual que acaba de descubrir las “dimensiones cósmicas". Tiene por lo tanto necesidad de situarse cada vez más en “ el conjunto ” planetario y cósmico.El propio de la armonización del ser humano consiste en la reunión y el sobrepasar de los polos opuestos: espíritu-cuerpo (materia), concreto-abstracto, masculino-femenino, bueno y mal, individuo-colectividad (masa). A este respecto, la ley de la separación domina generalmente nuestra conciencia. Con todo, la gran invocación recurre a la conciencia más elevada que podemos imaginarnos. La humanidad tiene necesidad para poder superar sus problemas que se vuelven cada vez más globales y complejos.
El corazón es en efecto la esencia de la vida. Es el único órgano en nuestro cuerpo que no se polariza. Está en medio de todo y el vínculo con todo. Además, es vinculado al alma, el principio animador de nuestra naturaleza superior. El corazón une todas las diferencias y excede los polos opuestos que se expresan por ejemplo por el lado femenino y el lado masculino del hombre.
Esta armonización recurre necesariamente a una comprensión más holística de la Creación. Es expresada por el libro de la Vida indicado por el Apocalypse. Es este libro que el Espíritu Cósmico (el Cristo) tiene simbólicamente en sus manos para revelar estas normas de este tiempo. El libro de la Vida está representado por la Constelación de los Gemelos (Castor y Pollux) con sus dos partes complementarias y también opuestas.
La recitación de la gran invocación causa uno red de energía de luz espiritual quién alimenta los centros energéticos de la tierra como eso pasa también en nuestro cuerpo. Esta luz crea una atmósfera más propicia a la armonización. En efecto, esta luz alimenta la formación de una visión más global o más holística. Permite ver la unidad y la síntesis en la diversidad.
Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,
Que afluya luz a las mentes humanas,
Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya amor a los corazones humanos,
Que Aquel Que Viene retorne a la Tierra.
Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,
Que el Propósito guíe a las pequeñas voluntades humanas,
El Propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza humana,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.
1. el punto de Luz en el Pensamiento de Dios. El punto común de atracción luminosa para la tierra, es la dirección del Norte. Corresponde actualmente a la estrella polar. Esta estrella, POLARIS, dirige nuestra atención hacia el punto central en la Constelación de Pegaso. Este punto, Kalki, simboliza la vuelta del espíritu del Cristo (Krishna o Cristo nacido), el guerero cósmico al caballo blanco, símbolo de la iniciación espiritual. Es el punto de orientación general de la atracción de nuestra galaxia en dirección del Gran Atractor. Polaris forma parte del Pequeño Oso (Pequeño Carro). Figura como un punto de dirección de iluminación para nuestra conciencia hacia la realización de la conciencia cósmica. Nos dirige hacia la unión más allá de los polos opuestos.
En efecto, la luz en nuestros pensamientos nos orienta hacia los pensamientos supramentales de un ideal divino. A estos pensamientos corresponden las realidades luminosas de la conciencia superior. Es el efecto del principio inteligente afianzado en el centro (alta minor) de la cabeza del hombre. Puede abrirnos para el reconocimiento que es necesario cambiar para evolucionar. La luz inteligente recibida abre así nuestro mental hacia arriba en vez de proyectar los pensamientos y conceptos de nuestra conciencia limitada solamente horizontalmente a continuación por el frente o hacia abajo.
La luz espiritual nos conecta con la información de las realidades sutiles que vienen del centro de atracción sobre nuestra cabeza ( alta major). El mental en sí no es capaz. Esta es la razón por la que es retenido por la oscuridad y la ceguera. Se conecta solamente con la información del nivel de conciencia con que corresponde. Nos mantiene pues en las condiciones de los automatismos que se desarrollan según la ley de la fatalidad de las fuerzas dominantes.
La humanidad necesita esta apertura espiritual hacia una conciencia superior. Sola sea capaz de liberarnos de nuestros límites y los problemas allí vinculados. Para poder unir los contrarios de la dualidad, es necesario una orientación direccional (eje) visible. Es necesario pues un punto de luz central que se desata de la oscuridad para orientar la atención. Gracias a la luz del día (la conciencia) se reconoce la noche (la inconsciencia).
2. el punto de Amor en el Corazón de Dios. Este punto intermediario trascendente (entre materia y antimateria) puede definirse como el centro de las diagonales de la luz que emanan de las 4 estrellas centrales de Pequeño Oso. Es un vacío relativo. Causa el proceso de transcendencia atrayendo las energías cósmicas de amor, transformadas en luz de conciencia. Este punto es llama “ PAU » (paz en catalán) o el estado nirvanico de paz universal, llamado Shamballah.
La imagen representa la unión de dos principios en el hombre: el masculino y el femenino. Por la resurrección en el fuego del Espíritu Santo, que los lleva, se unen.
El hombre, es el Cristo resucitado, teniendo la omega, atraído por su mano, simbolizando la finalidad del espíritu de luz, la realización del paraíso. La mujer, es Maria, sostenido por la alfa o el ala, simbolizando el origen y la elevación del espíritu de perfección en la creación manifestada. Dios es la unidad de los dos.
El tacto de sus manos causa círculos de luz que tienden a la extensión eterna, como el universo. Encienden progresivamente la oscuridad. El conjunto se lleva y se eleva en la luz del despertar de la conciencia divina.
Ni el Cristo, ni Alcalde tienen una cara porque están veladas detrás de la cara de cada uno de nosotros.
Se expone una vidriera de composición similar los días de Pascua en la iglesia St.Etienne a Ille sur Têt
Del otro lado los responsables espirituales y religiosos tradicionales, a pesar de algunas nuevas ideas, siguen siendo aún demasiados prisioneros de su conservadurismo, sus métodos tradicionales y sus interpretaciones dogmáticas. Además, la nueva espiritualidad se presenta a menudo como una espiritualidad en el aire por falta de un sentido real y de prácticas. O también, se convierte en el objeto de manipulaciones y consumo banal. ¿Quiénes de los nuevos maestros espirituales actuales son desprovistos de dualidad en sus conceptos y métodos? A pesar de los esfuerzos muy encomiables de su trabajo, que no crea dependencias, no esté por el peso de su influencia o el monopolio de su posición!
El mundo actual se polariza pues profundamente. El ser humano se encuentra cada vez más en conflicto entre bien y mal, entre espíritu y materia, entre ricos y pobres, entre individuo y colectividad. Cada uno de los polos, separados por conceptos mentales a menudo artificiales y fatalistas, lucha para defenderse e intentar a dominar el otro en la ilusión de ganar en nombre de la paz. Estas luchas son al mismo tiempo llenas de confusiones. El pensamiento de separación no ve que el mal puede ocultarse en el bien como el bien puede serlo en el mal. Con todo, en la sombra de los conflictos y entra estas separaciones hay una masa crítica quién crece y se abre para una visión más global y más justa del mundo. No llega aún a manifestarse claramente por falta de integración de nuevas formas y la voluntad de expresar la unidad entre los distintos centros que trabajan en la nueva luz.
En esta confusión la espera de un Salvador Mundial, un nuevo Mesías se hace sentir. Muchos esperan una solución milagro, “uno Deus ex machina” para transformar este peso enorme que pesa sobre el mundo.
¿Pero cómo podría presentarse este Instructor del Mundo? ¿Cuál puede ser su mensaje “nueva” y qué solución llevará?
La respuesta está vinculada a la cuestión que se plantea para nosotros todos: de qué conciencia superior tenemos necesidad para poder hacer frente a la enormidad de nuestros problemas, de carácter cada vez más colectivos? Se trata pues de un acontecimiento que no puede solamente actuar sobre el plano de la manifestación y de la acción personal. El mundo tiene necesidad de la alineación y de una armonización progresivos del individuo con el conjunto: los distintos niveles colectivos de la humanidad, la tierra y todo el universo. Además, es necesario instrumentos adaptados a los distintos niveles de despertar de conciencia que existen entre los seres humanos.
Toda espera causa finalmente una intervención llevada por las energías del tiempo. Es la economía de la energía en el universo, cualquiera que sea su nivel. La espera actual hecho llamada a la energía espiritual de la luz cósmica a más elevado nivel. Esta energía corresponde a la apertura de nuestra parte del universo a la conciencia divina, realizada al nivel cósmico. La pendiente de esta energía es ayudada por la entrada de las nuevas energías cósmicas del tiempo actual por la situación particular del sistema solar actual en la galaxia.
La conciencia realizada (o conciencia despertada = Buda) es una transformación de energía liberada de la materia (energía densa) en luz, o fuego espiritual. Ella a la tendencia natural por concentrarse en el universo y por encender allí donde el mundo de la materia está en falta de luz o conciencia para evolucionar. Como los agujeros negros, los vacíos espirituales atraen naturalmente la energía de luz. Es la ley de la polaridad del universo. La conciencia evoluciona así en paralelo con los vacíos (relativos) creados por la evolución del universo y su extensión a sus distintos niveles. (nivel intergaláctico, galaxia local, sistema Sirius, sistema solar, sistema planetario).
Una aparición súbita y concentrada de este fuego cósmico del plan más elevado tendría como efecto una destrucción masiva debido a las vibraciones inadecuadas de nuestro mundo de manifestación. Moïse decía que Dios es un fuego que devora. Tal aparición se prepara siempre por un proceso de acumulación más o menos ocultado y de condiciones propicias de atracción y repulsión. Es como el enfoque de un cambio de temporada. Se anuncia, no queda siempre clara, pero evoluciona en la lógica del sistema de conjunto.
Esta energía comenzó a descender hacia la tierra desde varias decenas de años. Nos hizo oscilar en el tiempo moderno. Cambios físicos de la tierra con sus atmósferas, de las revoluciones, de las guerras y diferentes crisis forman parte de un proceso de preparación y adaptación hacia una conciencia superior cuyo el mundo tiene necesidad para sobrevivir.
Desde principio 1945 la entrada de esta “nueva” energía en nuestras dimensiones se volvió decisiva. Intensificaciones se hicieron sentir desde 1987-1989 para ampliarse cada vez más desde 1997-2000. Desde 2007-2008 entramos en aceleraciones finales del tiempo de la oscuridad (tiempo de Kali) que atraen al nacimiento de un nuevo mundo.
Esta energía de luz disminuyó las resistencias mutuas entre los distintos niveles de realidades sutiles cruzándolos. Comenzó a abrirse puertas alabeadas el uno con el otro. Distintas entidades espirituales podían así acercarse y manifestarse de nosotros de una u otra manera en nuestras dimensiones limitadas (apariciones, mensajes de maestros, guías, ángeles, arcángeles, hombres iluminados, científicos…).
Esta energía estimula sobre todo los espíritus humanos que son más sensibles a la necesidad de cambios. Canalizaron esta energía dentro de los límites de la apertura de su conciencia. Algunos causaron conflictos por falta de discernimiento. Con todo aceleraron la apertura de la conciencia de los demás. Otros lo concentraron o allí se definieron más o menos correctamente. Algunos la monopolizaron. Como Jesús lo predice (Mateo 24,26) el Cristo podía hacer su aparición bajo distintas formas sin embargo corresponder completamente a la manifestación esperada.
Se trata pues de una Luz de Conciencia realizada a distintos niveles y disponible a todos. Realmente, esta conciencia se informa uno mismo estimulando y luminosa el Mundo a distintos niveles de realización como Entidad Universal. Se vuelve identificable acercándose a nuestra realidad limitada. Podemos definirlo como el Espíritu Divino, el Cristo, el Buda del Compasión, el gran Mahdi o otro, sin embargo podemos fácilmente equivocarnos con el nivel de su manifestación debido a los límites de la realización de nuestra propia conciencia. En cualquier caso, el propio del espíritu es ir allí donde quieren aceptarle y allí donde se lo llama. A medida que el sentido de la realización y el acercamiento de Este Espíritu se incluirá, su Luz se concreta para la conciencia colectiva como el Espíritu Identificable por todos y como el Instructor del Mundo. Eso va bien más allá de todo acondicionamiento que el hombre podría proyectarse a partir de sus convicciones espirituales.
La llegada del Instructor del Mundo no puede pues incluirse como una simple vuelta del Cristo en una única persona. Se trata en primer lugar de un fenómeno de toma de conciencia colectiva, estimulada y canalizada por personas quienes trabajan “en el Espíritu de la Conciencia Superior” con “las nuevas energías” en el Mundo “ al servicio del bien para todos ». Son personas que se prepararon para este trabajo. Se puede llamarlos los servidores del mundo, los pacificadores o los defensores o abogados del Espíritu de Verdad. Su gran dificultad e iniciación consiste en salir de sus propias condiciones de sensibilidad o de convicciones y de límites de organización. Él se trata de un trabajo por, en y con el corazón para poder formar el campo colectivo y fraternal de recepción para la manifestación de esta conciencia superior.
La focalización de esta Luz en una única persona se hace pues necesariamente en el espíritu fra ternal del tiempo una asociación colectiva entre personas que son receptivos para la misma visión global de la Gran Vida. La centralización de esta luz en una única persona física (abogado o Paracleto) evoca necesariamente llevarse y reconocerse por una conciencia realizada por el espíritu de grupo en el conjunto de la humanidad. El reconocimiento de esta focalización no puede progresar sino con la realización de esta conciencia con la energía del corazón. Es la energía conectada con el alma más allá de los límites de las formas pensadas por el mental.
Por falta de realización del espíritu de grupo esta focalización corre el riesgo de pasar inadvertido o descubrirse con retraso. Observemos que hasta allí toda experiencia de focalización falló a causa precisamente de esta carece de realización del espíritu de grupo. La razón es que no es de verdad el objetivo que haya un “star” espiritual que se manifiesta para solucionar todos los problemas del ser humano, allí donde debe aprender a el "hacer juntos con otros".
En efecto, el trabajo del nuevo Espíritu es un trabajo de realización del principio de la fraternidad universal. El que trabaja de verdad en el Espíritu del Instructor del Mundo recurrirá pues ni al peso de la autoridad de su conciencia, ni al renombre que causaría al mundo, ni de sus dones sobrenaturales. Acepta por el contrario la bajada del Espíritu Universal fraternal en sí mismo como en cada uno alineándose (adombrandose) a través de los objetivos de su trabajo y la expresión sus ideas, palabras y actos. Da a el una dimensión adaptada abriendo su nivel de conciencia a la conciencia universal.
Su trabajo no puede tener como efecto de aislar el Espíritu Divino del espíritu del hombre, ni de monopolizarlo por y en su sola persona. Al contrario, su trabajo no puede tener por objetivo sino el aproximación de cada hombre con la naturaleza divina única, innata en cada ser humano. Este instructor despertará pues al instructor en cada uno indicando los medios que crean el Espíritu de Verdad o la Visión Justa. El objetivo no es nada de otro que cada uno sea capaz de responder (ser responsable) de una manera más adecuada a las necesidades de la evolución armoniosa del conjunto de la vida planetaria.
El Espíritu del Instructor esperado es pues obviamente ya presente puesto que se manifiesta a través de todos los que hablan y que actúan en su sentido. No recurre a los viejos métodos restrictivos que mencionan normas imperativamente y restrictivas a seguir o que crean nuevas dependencias. Concentra el nivel de conciencia de cada uno y desciende en “cada uno” para liberarlo en una visión sobre el conjunto. El compartir es el significado profundo de su trabajo de compasión.
El compasión pues está basado en uno asociación de valorización de todo y de cada uno a su justo nivel de relaciones con el conjunto. El Espíritu de Verdad es una expresión del Amor incondicional. No viene a pues para juzgar sino para compartir, transformar, elevar, encenderse y unir. En efecto, el verdadero compasión no significa ni un rechazo ciego, ni una aceptación total de lo que no se adapta. El verdadero sentido del compasión consiste en el negativa no valorizar toda posibilidad, toda voluntad y toda actitud que aspira a la colaboración en el servicio para el bien de todos. Se trata pues de “positivar” “para liberarse”. No es importante si se trate de una actitud rechazada, ocultada o abiertamente expresada.
La valorización es la parte fundamental del Espíritu de Verdad: « valorizar es volver transparente”, “volver transparente es unir” y “unir es realizar la fraternidad universal”. Por la valorización de cada uno en su servicio para el conjunto, relaciones más justas entre los hombres resultan posibles. Es la base de la fraternidad. Es también la realización de la verdadera naturaleza espiritual en el hombre. La fraternidad traza el camino del hombre hacia su principio Creativo o Padre. Confirmará la fraternidad de Dios con, por y en el hombre.
Aunque el Espíritu de Verdad o sea basado en el amor incondicional, implica hacer una puesta a punto, allí donde es necesario, para volver transparente lo que bloquea esta asociación en la unión espiritual. La transparencia requiere de revelar las necesidades de armonización de las relaciones justas en general. Será necesario indicar que algunas actitudes y comportamientos no hacen más que mantener a las divisiones y hacen toda colaboración, si no imposible, al menos difíciles. Esto vale para todos los niveles y expresiones de la vida, del los más materiales las a lo más espirituales.
El trabajo del instructor del Mundo se basa pues inevitablemente en el principio de la unidad en la diversidad. Este trabajo es una búsqueda de síntesis entre las diferencias. Permitirá a la humanidad crear, respetando la diversidad, una visión dinámica, cada vez más holístico. Implica métodos de síntesis con valores universales que se vuelven hacia la vida práctica. No puede ser otro que un trabajo de reconciliación entre materia y espíritu, entre la conciencia del hombre concreto (los hijos) y su principio abstracto Creativo (Padre) que se realiza como Espíritu de Sabiduría (Madre) o energía de luz. Es una realización por el reconocimiento de la multi-dimensionalidad de la Vida. El hecho de que hay mucho más mujeres que hombres sensibles para este trabajo encuentra su razón que la energía de la Conciencia Superior supera las limitaciones de la razón concreta, más bien de naturaleza masculina, dominando actualmente. Recurre a la intuición pura consustancial al amor incondicional, desnudada de nuestros acondicionamientos y más bien una calidad femenina.
Se trata de un trabajo de reconciliación entre los individuos, cada vez más polarizados y separados del conjunto, y las colectividades, siempre dominadas por las fuerzas ciegas de la masa o las fuerzas de las manipulaciones individuales que impiden su liberación. Es también un trabajo de reconciliación entre las divisiones que es la causa de las relaciones injustas entre los seres humanos, que sean hombres o mujeres. Las relaciones entre los hombres deben orientarse hacia el bien del conjunto en vez del beneficio de algunos. Su verdadera naturaleza escapa fácilmente a nuestra atención debido a nuestra propia falta de visión.
Los métodos nuevas se basarán en:
- la igualdad de las posibilidades a compartir en la misma espacia planetario, para crear sintonía ;
- la libertad de cooperar tomando el tiempo para aprender a amar más allá de los conceptos establecidos y de los prejuicios, para permitir el sincronía ;
- la fraternidad universal más allá de toda desvalorización por nuestros conceptos de división basados en las diferencias entre las razas, las culturas, la instrucción, o las religiones, para facilitar el sinergia ;
- la solidaridad en la creación de los consensos que permiten crear de la armonía más allá de los conflictos para crear la visión global consustancial a la sinopsis ;
- la transparencia en las expresiones humanas alineando la verdad interior con la verdad exterior que trae a simbiosis ;
-el amor incondicional para la diversidad y su unidad subyacente que es la expresión de síntesis ;
-la celebración de la vida por la expresión de la sabiduría o el sinagogía.
Estas normas básicas son muy simples. Incitan a la acción concreta. Piden que cada uno sale del marco estricta de su propio ambiente y organización (y en consecuencia sectario). Sólo trabajando “conjunto” el ser humano puede encontrar las soluciones para sobrevivir y realizar su potencial espiritual.
Ningún hombre político, religioso, científico o profesional será nunca capaz de imponerse para crear la paz y la armonía en el mundo. Sólo es posible por la libre cooperación de todos.
Texto redactado en el cuadro del movimiento de la convergencia de la conciencia planetaria
“Pangeosis”: http://pangeosis.free.fr
H.a.t.ma.fr.De Wolf
El hombre, al pensar en cosas mundanas, toma afición en ellas
El ser espiritual, al pensar en cosas celestes, supera a los límites de sus sentidos humanos para entrar en su naturaleza divina
De la afición del hombre nace el apego
De la liberación del ser humano divino nace el desapego frente las pasiones de las relaciones humanas
Del apego nace la codicia
De las justas relaciones con uno mismo, los demás y el entorno nace la gracia
De codicia nace la ira
De la gracia nace la paz interna y externa
De la ira, productora de decepción, nace la angustia
De la paz, productora de satisfacción, nace la alegría y de esta su madre: nuestra asunción espiritual
La depresión confunde la memoria, destruyendo la razón
La asunción espiritual aclara nuestra memoria por encima de la muerte, instruyéndonos en la síntesis de todos los talentos en el Principio de unión de nuestro Padre Divino: la extra-lucidez del oír, del sentir, del ver, del elegir y del discernir. Son las bases de la creación y de nuestra creatividad.
Unen nuestras pequeñas mentes con el entendimiento del amor inmenso que anima nuestro corazón con la luz del Espíritu-Madre de toda la sabiduría del Padre. Manteniendo está luz focalizada, nuestra alma se eleva hacia el Principio Padre-Madre Creador para despertarnos en la Luz de Cristo-Buda, que hace de nosotros hijos e hijas, manifestaciones de experiencias vivas de esta esta triple unión divina como, hermanos y hermanos divinos.