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La puerta de Shamballah (el corazón: la habitación de Dios)


Blog para promover un movimiento interactivo en el marco del trabajo de síntesis, presentado como Pangeosis.
El trabajo de síntesis se concibe para liberar la conciencia
colectiva. Se basa en el conocimiento y el control de la energía universal.
Se refiere a cada ser humano y a su responsabilidad.
Recurre especialmente a los líderes: políticas, sociales, económicos, profesionales, científicos, educativos y sanitarios y espirituales y religiosos.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Complemento de reflexiones sobre el 15 de agosto de 2013. parte 3.3


La instrucción de un nuevo Orden de Verdad.
Lo propio del Espíritu de Verdad es manifestarse mediante actos creativos, palabras constructivas e ideas positivas y renovadoras  que superan  las simples críticas y los juicios. Invitan a la apertura, a la interactividad y a la superación de las visiones establecidas en la perspectiva que pueda realizarse una nueva conciencia, una conciencia de naturaleza más colectiva que une más allá de las divisiones y diferencias.

El despertar de esta conciencia colectiva, como entidad de armonía interactiva y de solidaridad fraternal viva es un paso necesario para entrar en la Conciencia Divina y la interactividad de su omnipresencia. Dios es más que la suma de las conciencias de los individuos. Esta nueva conciencia de armonía en  servicio al conjunto es la voluntad del plan divino para los tiempos actuales: crear, gracias a la bajada del Espíritu de Verdad, una nueva alianza de unión fraternal entre Dios y el hombre crístico, el divino en él.                  

 La finalidad es que cada ser humano sea capaz de reconocer su potencial y sea libre de ponerlo al servicio del el mayor bien del conjunto según sus posibilidades (calise, calix, o el sentido del grial). Esta alianza consiste en concreto en la conexión de nuestro corazón con el reino superluminoso de nuestra alma. (que Jesús simbolizó con la roca) Esto es la vía celestial tal como se explica ya en otra parte.(http://pangeosis.free.fr/antask.es.html)

Este plano fue profetizado por el Cristo en Jesús. Preveía que, según los planes del Padre, el niño divino, quien había despertado en el ser humano, debería crecer en el momento oportuno para convertirse en adolescente divino.

La necesidad de esta nueva unión y conciencia interactiva entre los diferentes niveles de conciencia y la omniconsciencia divina se presenta para la tierra como el movimiento de la convergencia de la conciencia planetaria (Pangeosis, ósmosis espiritual entre todos los continentes de la tierra en compensación de la deriva de los continentes). Es la única garantía para la supervivencia en la tierra gracias a la creación de una paz duradera como reflejo de la verdad o la interactividad auténtica, armoniosa y solidaria de la vida en la tierra.

La ley de las relaciones justas: el poder respetuoso


Para que esta unión sea viva, las leyes que se aplican actualmente sobre la minoría y la mayoría deberán dejar  lugar a la ley de las relaciones justas. Esta ley es una aplicación concreta de la ley: amarse unos a otros, como a uno mismo. (Juan, 13, 33-35). El fundamento de la ley de las relaciones justas es el poder real o respetuoso. Todos tenemos este poder en nosotros, más allá de los poderes jerarquizados. Es nuestra capacidad de mediación para valorizar el servicio de cada uno para el mayor bien del conjunto. Es el verdadero sentido de la realeza en la que se bautiza a los cristianos. Los Estados que suprimieron la realeza sólo guardaron las apariciones de este poder respetuoso, pero realmente dejaban paso a un orden permanentemente “revolucionario”, imprevisible y contestatario. Incluso en los Estados que guardaron la realeza, hay una tendencia a perder su verdadero sentido debido al comportamiento interesado de las personas.

La pérdida y la ausencia de la representación del poder respetuoso significan una pérdida del sentido de la unión que se sitúa más allá de las diferencias y divisiones parciales que puedan existir entre nosotros y dentro de nuestras colectividades. Es la pérdida de una referencia mediadora entre todos y para todos, que incita a la unión para todos. 

Los poderes establecidos no son ya los únicos encargados del destino humano. La fe en un orden que refleja solamente el consentimiento de una parte de la humanidad no es suficiente. Es necesario un orden vivo de consenso general y mundial. Debe evolucionar constantemente para corresponder a la subida de la realidad de la vida del ser desde la base con el fin de  que todos estén valorizados para poder explotar su potencial como un servicio al conjunto (talentos). En realidad, se trata de una puesta en cuestión de las razones de todos los principios sobre los cuales el orden establecido está basado (crecimiento de producción y de población, sentido del trabajo, el dinero, la educación, la propiedad, la administración…).

De la fe hacia la realización

La fe es tributaria de un ideal o fuente de vida que supera el entendimiento común de nuestra conciencia. El ejemplo - tipo es la fe en Dios, Alá, Buda… En lo más profundo del ser humano, existe una realidad o ideal que sobrepasa todo y que experimenta, niega o acepta, eventualmente sostenido (o impuesto) desde el exterior. La fuerza de la fe depende de nuestras experiencias vividas. Las experiencias la hacen viva con el fin de superar finalmente la actitud de nuestra simple aceptación. Se trata de un despertar y evolución de conciencia que cambia nuestra confianza y creencia en primer lugar como confirmación y poco a poco como estado de ser realización de…

La iglesia tiene una gran visión de fe, pero privilegia una visión masculina de Dios que se encuentra en su gobernanza, aunque los practicantes de hoy sean cerca del 90% mujeres. Dios está más allá de esta división humana, si no, no sería verdadero. ¡Con qué derecho la razón masculina juzga la inferioridad del servicio de la mujer a Dios si no es por el efecto del impacto de las condiciones antropomórficas de la conciencia humana?! Es un ejemplo del peso de las relaciones ciegas que se imponen en la sociedad con la inconsciencia de la masa.

¡Razón masculina e intuición femenina no son solo complementarias sino que se rectifican mutuamente, como la ciencia y la conciencia! El hombre tiene al parecer dificultades para admitir que el carácter maternal de la mujer muestra a menudo una mayor capacidad de enfrentarse con las verdaderas necesidades de la realidad debido a su sentido práctico?!  ¿ El hombre, no es acaso más bien teórico (que puede provocar theo-risa)?

La fe de la iglesia nos parece claramente limitada por fijaciones masculinas, falta de comprensión, compasión y perdón reales hacia las imperfecciones de la evolución humana. ¿El amor `incondicional', del que habla San Pablo, ¿qué quiere decir en la práctica? La falta de escuchar y comunicar (siendo más bien una escucha unilateral), la falta de visión holística, realista y evolutiva y de comprensión abierta, mantienen la puerta del Reino superluminoso de la verdad del Espíritu de Dios cerrada. ¿Para que servirán aún las claves del Reino (el sentido del Grial) donde el sucesor de Pedro es el guarda, si la iglesia no se sirve de ellos o con un amor demasiado alejado de la vida concreta?

Cuando las instituciones no corresponden a las necesidades de la evolución de nuestra conciencia, sus preceptos bloquean la visión de nuestros ideales así como el potencial que debemos fructificar para realizarlos. Nos cortan de nuestra alma y su reino de verdad. En efecto, fijando un ideal en formas estructurales (jerarquía, leyes, dogmas…) existe el riesgo de limitar las revelaciones propias y necesarias para la realización de su evolución debido a que crean una situación de anticipación restrictiva para su realización. Esto convierte la visión de su desarrollo y su realización progresiva en difícil, si no imposible. Las exigencias de la fijación empujan a quemar todas las etapas y a bloquear las aperturas a toda nueva revelación de la vida.  Quemar el ideal sobre el altar de sus exigencias es proyectar finalmente su realización fuera del orden establecido. ¡Es convertirlo finalmente en imposible e inalcanzable! ¿No es cierto que Jesús no impuso o recomendó estructuras?

La trampa de la fe se encuentra en la desmesura de nuestras aspiraciones espirituales y la impaciencia para con las resistencias en nuestro entorno. Cuando nuestros medios (tales como organizaciones, dinero, administración, jerarquías, leyes, profesiones, sacerdocio…)  pasan a ser finalidades en sí mismas, van en contra de la verdad de la vida en cuanto a su mejor evolución. Esta aspiración, además si es oportunista, es la razón por la que nuestros responsables corren casi siempre detrás de los problemas y  a menudo crean más aún en vez de verlos y enfrentarse con ellos a tiempo para mejorarlos y  prevenirlos.

La adolescencia de la humanidad: 

Los efectos de esta situación fijada e idealizada se reflejan en lo que los adolescentes experimentan y expresan actualmente. Reconocen cada vez más difícilmente lo que el orden establecido proyecta como sus ideales. Seguramente,  tiene mucho que ver  que están demasiado estropeados o que el potencial inventivo de su alma aparece dormido por las facilidades y la presión materialista de la vida. Con todo, su sentido crítico aumenta como en todas partes del mundo.  Admiten cada vez menos el modelo de vida que se piensa en su lugar y que se les impone. Sienten que el sentido, otorgado a su destino por los gobernantes, no es coherente, a menudo injusto y finalmente suicida.  Quieren ver directamente y experimentar por ellos mismos, pero allí hay pocos  para guiarlos sobre cuál es el mejor camino de la verdad.

También es una actitud que se despierta en los adultos. Hay una frustración general y creciente. Buscan cómo desviarse de la presión cada vez más estresante y asfixiante del orden establecido. Un cambio profundo se prepara (cambios profesionales, agrupaciones de solidaridad de toda clase, nuevas formas colectivas independientes, vida al lado de la relatividad de títulos y diplomas…). Al mismo tiempo se perfila un desinterés hacia las artimañas del orden establecido (rupturas con los caminos batidos) pero no inevitablemente hacia la necesidad de un orden más participativo.

Al parecer, para que la evolución del ser humano se haga más verdadera o más solidaria, será necesario que el orden establecido de las responsabilidades pierda sus vestigios de privilegios y visiones parciales. Debido a que este orden sigue practicando las viejas normas, se divide y se debilita con la consecuencia de que mucha gente se siente perdida, excluida o dejados por su cuenta. En este contexto, todas las medidas para poner remedio siguen siendo insuficientes y a menudo ineficaces. Estas inhibiciones conducen inevitablemente a crisis y rupturas.

Encontramos un proceso paralelo en las instituciones religiosas. Las religiones pretenden conocer y seguir los planes de Dios. ¿Es la verdad? Solamente para una pequeña parte. La verdad de los planes de Dios, sólo puede revelarse a través de la Vida misma. En cada momento el presente, contiene el “potencial” del libro de la Vida. Ver este potencial y prever las consecuencias de las elecciones es el don de la profecía. Es decir, los planes de Dios se revelan en cuanto seamos capaces de observar “continuamente” el conjunto de las señales y experiencias humanas, viendo su sentido trascendente a través de su interactividad “global” en la evolución del conjunto. Cada experiencia en la creación es una expresión parcial de la verdad de la voluntad de Dios. Muestra hasta qué punto está de acuerdo o en desacuerdo con su realización. Todos los problemas ponen de manifiesto que hay un desacuerdo o una falta de equilibrio en la evolución de la vida (resistencias o precipitaciones). Muestran la ausencia de estar en la verdad de la elección de la mejor evolución del eterno presente.

Al hacer la síntesis de estas señales y experiencias (puesta en el contexto del conjunto) la dirección del plan y el camino ideal pueden revelarse para el individuo, sus colectividades, la tierra y el universo entero según la conciencia alcanzada. El camino ideal ilumina también las otras posibilidades y sus consecuencias lo que permite evitar toda fatalidad o desarrollo con la intervención de nuestro libre albedrio. 

El trabajo de síntesis.

Los planes de Dios no pueden ser desplegados sino con una visión abierta, global u holística. Eso supone un trabajo de síntesis, donde se ponen las cosas juntas en un contexto “global”” como se  hace cuando se compone un rompecabezas. Ello requiere una conciencia y ciencia de síntesis que crean la conciencia colectiva para ver más allá de los estrechos horizontes de las percepciones parceladas de los individuos. Al proyectar un horizonte global podemos entrar en la unión interactiva con el mundo superluminoso del Espíritu Universal debido a que descubrimos de esta forma el sentido de los acuerdos y desacuerdos que se encuentran como información en cada manifestación. Este sentido de la interactividad entre acuerdos y desacuerdos está ausente aún en gran parte a la humanidad y sus organizaciones. Con todo, necesitamos esta conciencia para poder sobrevivir. Nuestra supervivencia depende de la verdad de nuestros acuerdos para que por fin la justicia o la vida en armonía reine. La verdad de esta justicia es indispensable para que cada uno pueda encontrar su razón de vivir.  Ella es la que devuelve su dignidad mediante el reconocimiento de su lugar de servicio a la humanidad, en su contexto adaptado y según su potencial realizado.

Este trabajo revela cuáles de nuestras convicciones no corresponden ya a la voluntad de la verdad divina. Muestra cómo deformamos esta voluntad con convicciones ciegas, mantenidas por el peso ciego de la masa con base en el orden establecido sobre el cual se basa una minoría de espíritus, digamos “iluminati”.  Constatamos pues que muchos problemas existen debido a la falta de conciencia colectiva y global que permite poner nuestras informaciones en su justo contexto del conjunto al que pertenecen.

Al hacer este trabajo de síntesis nos daremos cuenta de que muchas de nuestras convicciones bloquean el “mejor” desarrollo de los planes de Dios. Los problemas y las crisis surgen cuando no vemos que nos colocamos fuera de la luz de la sensatez de la evolución hacia la perfección. La perfección, como la abundancia y la justicia, son atributos basados en la interactividad colectiva y no solamente  privilegios y cualidades de creencias de personas individuales. La crisis mundial se sitúa interiormente como una desviación humana en la separación del mundo material con el mundo superluminoso del Espíritu de Verdad.

Está claro que este trabajo de síntesis no se hace realmente todavía, aunque los problemas del mundo empujan en este sentido (el trabajo de las Naciones Unidas y organizaciones mundiales, las conferencias espirituales, religiosas y otras, los foros, Internet…). Nuestra manera de pensar necesita tiempo para cambiar. Nuestro mundo de supremacía de la ley de división, que reguló durante varios milenios, debe evolucionar hacia la ley de las relaciones justas o la ley de la paz por la armonía o la solidaridad en lo concreto. Pone el principio del poder por imposición en cuestión, en favor del poder respetuoso y de la confianza en el potencial de libertad y responsabilidad de cada uno. Es todo un reto y una experiencia educativa para la humanidad y para ello faltan clamorosamente centros de referencia y guías-mediador (de síntesis) que lo incluyan. 

Este cambio es difícil porque implica un cambio en las relaciones maestro-discípulo o dominantes-dominados. Esta dualidad debe esfumarse reconociendo que estas cualidades están en cada uno y que somos todos los guías y los mediadores de uno a otro. Es necesario tiempo y paciencia para que estas relaciones se armonicen y ajusten e iluminen también las relaciones entre individuos y colectividades. Esta indulgencia se nos concede según los planes divinos hasta el momento en que la copa del grial esté llena. Este tiempo resulta estar muy cerca. Que estemos informados: si el ser humano no cambia por voluntad propia, la necesidad de la supervivencia sobre tierra demanda entonces la confrontación con el desbordamiento, la desmesura, lo intolerable y la destrucción, incluso de lo que era bonito. Los retrasos en los acuerdos con los planes divinos causan saltos de recuperación con el fin de que estén terminados y que una nueva luz de verdad pueda estallar. Hasta este momento podemos elegir que la transformación del mundo se haga de una manera más suave y apacible.



Nota: Una indicación del desarrollo del plan divino en el informe de las “siete copas  vertidas” enunciado en el libro del Apocalipsis: la copa del materialismo; la copa de las pasiones humanas; la copa de la contaminación mental que sacrifica lo que es sano y santo; la copa de la ceguera espiritual, tal como la luz solar; la copa de la superproducción y sobreexplotación humana y su reino de los beneficios y exacciones financieros; la copa de la fuerza de los espíritus, diciendo “iluminados” y draconianas, que dominan y dirigen el mundo; por fin, la copa del gran cambio del equilibrio entre las esferas celestes y las esferas terrestres.


























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De la liberación del ser humano divino nace el desapego frente las pasiones de las relaciones humanas

Del apego nace la codicia

De las justas relaciones con uno mismo, los demás y el entorno nace la gracia

De codicia nace la ira

De la gracia nace la paz interna y externa

De la ira, productora de decepción, nace la angustia

De la paz, productora de satisfacción, nace la alegría y de esta su madre: nuestra asunción espiritual

La depresión confunde la memoria, destruyendo la razón

La asunción espiritual aclara nuestra memoria por encima de la muerte, instruyéndonos en la síntesis de todos los talentos en el Principio de unión de nuestro Padre Divino: la extra-lucidez del oír, del sentir, del ver, del elegir y del discernir. Son las bases de la creación y de nuestra creatividad.

Unen nuestras pequeñas mentes con el entendimiento del amor inmenso que anima nuestro corazón con la luz del Espíritu-Madre de toda la sabiduría del Padre. Manteniendo está luz focalizada, nuestra alma se eleva hacia el Principio Padre-Madre Creador para despertarnos en la Luz de Cristo-Buda, que hace de nosotros hijos e hijas, manifestaciones de experiencias vivas de esta esta triple unión divina como, hermanos y hermanos divinos.

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