5. El quinto
nivel corresponde a la dimensión etérica de la interactividad entre causa y
efecto.
La interactividad de los diferentes
elementos y niveles del universo crea coincidencias o acuerdos energéticos que
causan la manifestación.
Nada puede manifestarse sin “coincidencias”. Como escapan a menudo a
nuestro entendimiento, nos causan confusiones o los asimilamos con “azar” o
“fatalidades”.
Nota: empleamos aquí el término
“coincidencia” en su sentido básico: como
energías de la misma naturaleza que se encuentran o coinciden para formar una
manifestación. De allí se deduce la manifestación de fenómenos que se
parecen pero que no son idénticos. Pueden conducirnos en el error o, ignorando
sus causas, los interpretamos como casualidades incontrolables.
Ser coherente a este nivel depende de
la manera que seamos capaces de expresar “la
verdad” por la “autenticidad” de
nuestra relación con el potencial original de nuestra alma, es: expresarse
de manera original, según la naturaleza de su alma.
Nuestra alma es la esencia de nuestro
ser espiritual, incluso más allá de toda manifestación y encarnación. Nuestra
alma contiene nuestro estado de ser consciente con su potencial. Cuanto más
este estado de ser consciente se acerca a la unión con el Estado de Ser del
Único Espíritu Superior y, más capaces somos de expresar nuestra verdadera
naturaleza “de seres divinos” y de ser unidos con el alma única y universal.
Eso nos da la quinta norma, la de la
originalidad:
« “Actualizo continuamente mi conexión con el potencial
de mi alma con toda plenitud”»
A
nivel de liderazgo:
« Estimulo la interactividad entre los seres humanos para
acercar el mundo espiritual de luz y de consciencia colectiva al mundo de las
sombras y de los límites de la consciencia individual»
El papel del líder es facilitar la creación de relaciones más
justas. Lo que quiere decir crear condiciones en las cuales cada uno pueda reconocer
su naturaleza y sentir que forma parte de un conjunto, a pesar de sus
diferencias específicas, y se concreta, según su potencial realizado, en varios
niveles de servicio.
Es pues indispensable facilitar este autoservicio diversificado respeto a los otros y con un espíritu de
solidaridad. Esto supone concretamente que haya transparencia, franqueza o también sinceridad”. Y supone a su vez: desarrollar las técnicas que revelen
las sombras y las saquen a la luz.
El trabajo del líder es pues indicar los distintos niveles del
camino de la realización de la conciencia humana, iluminando estas zonas de
sombra en el servicio que presta al conjunto colectivo en el que viven juntos.
Debe pues decir las cosas tal y como se presentan, haciendo abstracción en la
medida de lo posible de los colores, sentimientos e interpretaciones
personales.
El líder tiene al mismo tiempo el papel de guía espiritual puesto que busca liberar la autenticidad
de expresión de la verdad en todos. Si no reconoce este papel no es un
verdadero líder sino más bien un manipulador o una marioneta que no busca el
interés de todos sino más bien su propio interés y/o de un grupo aislado, que
sean las causas (frustraciones, final de poder, miedos, cegueras, extremismo,
visiones y conceptos exclusivos e irrealistas).
El guía busca la armonía entre ser y parecer con el fin de que
nuestras expresiones de vida sean auténticas y verdaderas. (Simbiosis es: vivir
en concordancia con su alma y con el alma del grupo, buscando el equilibrio
entre el mundo espiritual y el material)
Seguramente es la tarea más delicada y más difícil del líder. Estimular la autenticidad es recurrir
al potencial de cada uno y al espíritu de grupo. Es sacar a la luz los bloqueos
y distorsiones en las relaciones y estimular los consensos mediante la creación
de un clima de confianza. Esto no
será creíble sin que él mismo muestre abiertamente el ejemplo de su propia
autenticidad, reconociendo sus debilidades (o sombras) y sus fuerzas (o luz).
No hay vergüenza en tener que confesar sus errores. Es un concepto sentimental
distorsionado y exagerado por la historia con penalizaciones que bloquean la
liberación de la conciencia individual y colectiva.
El buen líder es el que pone de manifiesto que sus elevadas
inspiraciones espirituales buscan un equilibrio en la comprensión del ser
humano concreto.
Un líder es: “un verdadero gentilhombre que tiene vergüenza
si predica cosas que él mismo no hace.” (Confucius)
6. El sexto nivel corresponde a la dimensión espiritual de las relaciones que
existen y pueden existir entre unión y diferencias o individualidades. Son el
efecto del nivel de conciencia realizado de esta unión. Cuanto más conscientes seamos
de estas relaciones, estas pueden ser más justas o ideales y además
comprendemos las diferencias en la unión
y los niveles de interacción del uno con el otro.
Ser coherente en este nivel depende de
la manera en que “vivimos conscientemente” sobre la escala que lleva hacia el
único estado de ánimo Inmutable y Único del Universo,
Y es: “vivir conscientemente el amor incondicional“
Eso nos
da la sexta norma, la del amor incondicional:
«Yo uno la diversidad de la vida, reconociendo el amor en
la unión»
A
nivel de liderazgo:
« Me dejo guiar por la vibración del amor incondicional que
une a todos y todo»
El papel del líder es unir a todos y todo por medio de
relaciones justas, despertando en cada ser y cada elemento la conciencia o información inteligente de su justo valor
de servicio al conjunto.
En este contexto el líder ayuda a situar el lugar que cada ser y
cada elemento puede tener en el conjunto. Se trata de un lugar que evoluciona
con la realización de su conciencia y la conciencia colectiva del grupo en el
cual trabaja.
Para poder realizar esta tarea, debe familiarizarse con las técnicas
de síntesis, la conciencia de síntesis y la ciencia
de síntesis que el ser humano está descubriendo.
“La conciencia de síntesis conduce a las cualidades divinas que
se asignan al gentilhombre que es superluminoso
por el amor del Espíritu Universal que vibra en, por y con él en la medida
de la ausencia de condiciones que lo limitan” (H.a.t.ma)
Nota: Lo que es la conciencia de síntesis, sus técnicas y la
ciencia de síntesis forman parte del programa de formación de los guías de la
humanidad. Se trata en otros contextos.
El proyecto es crear un centro a este respecto cerca de Força a
Real, en torno al Castillo de Caladroy en los Pirineos 0rientales (66), zona
fronteriza con España.
7. El séptimo nivel corresponde a la dimensión divina o átmica o la dimensión
del soplo cósmico quién reconstruye sin cesar el mundo de la existencia
acercándose del mundo absoluto, inmortal y perfecto “de la sabiduría” y de la
omniconsciencia.
Nota: átmico de hatma (sánscrito)
quiere decir respiración vital o espiritual del alma, lo que corresponde a la
energía de amor-sabiduría universal.
“”.
Ser coherente en este nivel depende de
la manera en que “celebramos” la vida, expresando la sabiduría de nuestro
carácter divino con ayuda del “potencial creativo “de los talentos
o del genio de nuestra alma, es: « celebrar la vida de
manera adaptada en toda circunstancia ».
No son las formas estrictas, sino
sobre todo la calidad vibratoria de la
expresión, adaptada a las circunstancias y personas presentes, lo que es
importante. Una calidad vibratoria que afecta el alma de los otros une más allá
de toda justificación mental o legal humana. Las formas que no vibran dividen y
pierden su sentido de unión. Esto es la clave musical de toda armonía y el sentido
único de las ceremonias, sus ritos y protocolos. Cuando la forma (el envase)
comienza a dominar la parte fundamental o el contenido de un ceremonial, pasa a
ser como los viejos odres sin vino y sin vida. Destilan un aire lleno de moho,
irrespirable. Cuando el mundo cambia, cambiamos. Es necesario pues poner el
nuevo vino de la vida en nuevos odres o formas que van a vibrar de tal manera
que el vino alimente la gracia de la satisfacción, la alegría de la liberación
y la gratitud de la maravilla.
Eso nos da la séptima norma, la de la
sabiduría:
« Creo un nuevo mundo con nuevas formas,
expresando la sabiduría de mi carácter divino»
A
nivel de liderazgo:
« Sé que soy divino y que mi papel es contribuir según mis
posibilidades a la creación del paraíso sobre la tierra en el que todos sueñan»
Un verdadero líder es un guía espiritual que manifiesta la
coherencia, la belleza y a la unión de un nuevo orden. Su seguridad y fuerza de
luz darán prueba. Prueban que es coherente
con lo más verdadero de sí mismo, lo que muestra en su voluntad
indestructible de crear relaciones más justas consigo mismo, su ambiente y el
otro. La indestructibilidad de esta
voluntad se basa en la fuerza o respiración espiritual de su alma: la única
manera de unirse con el único principio de la vida y la forma original de
mostrarlo con un amor que va más allá de los conceptos establecidos, gracias a
su sabiduría y sus experiencias.
Coherencia, seguridad, fuerza de luz, acuerdo solidario,
originalidad, amor incondicional y sabiduría son las 7 cualidades del destino del guía ideal, el hombre
superluminoso cuya amabilidad de su naturaleza consiste en indicar el
camino del paraíso a todos. Sabe que este potencial está en cada uno como un
cristal (talento) oculto o enterrado. Sabe que es necesario extender una luz
más clara y más intensa para que estas zonas de sombra desaparezcan, como lo
hace el sol actualmente.
Un verdadero líder sabe que imponer un nuevo orden no hace
desaparecer las sombras. Al trabajar sobre sí mismo, intenta retirar los propios
velos que ocultan los velos de los otros. Es por el ejemplo que cada uno puede
descubrirlas por sí mismo dándoles la confianza, tiempo y los medios que necesitan.
Un verdadero líder intenta ver al igual todo como un reto
positivo en vez de un error o catástrofe inevitable e imperdonable. Intenta
extraer el mal como una fuerza que debe liberarse para dar al conjunto de la
vida más coherencia, belleza, orden y unión. (Sinagogía es: celebrar la vida con
formas constructivas (o técnicas) que invitan a expresar la conciencia
colectiva de la unión).
La magia es el
carácter festivo de la vida. Estalla como el efecto de un fuego artificial que sale
del proceso de unión a medida que sea compartido concretamente entre todos. El
verdadero líder es pues también mago puesto que revela los misterios de la vida
que permanecían ocultos por ausencia de espíritu colectivo y/o de grupo.
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