Parte 1: El contexto cósmico-solar-planetario desde
10000 años:
Aunque los
detalles del tiempo de la Atlántida y de su fin parecen estar olvidados, su
memoria vive siempre. Hay muchos fragmentos de un gran rompecabezas a varios
niveles que pide una reconstrucción para comprender las raíces del tiempo
actual. El tiempo del final del ciclo actual está como el final de varios
espirales que lo conectan de nuevo con varios niveles de nuestros orígenes.
Podemos representarlo con la imagen de un crop circle que muestra la
convergencia de distintos ciclos hacia la fuente y que se llama “el ángel”
(Cambridge 2001). Es un anuncio de la nueva luz. Nos viene vía el sistema del
Oso Mayor, también conocido como Carro Mayor o Hélice (con su centro GRAU, el
centro de 4 estrellas) et Polaris.
Los
procesos de los cambios cíclicos son causados por varios factores que se
originan en las variaciones galácticas que influyen sobre el movimiento
(tiempo) de los ciclos de la actividad solar y la interactividad en su sistema
planetario. El final del tiempo Atlántida, que sigue la última glaciación,
parece corresponder a un ciclo solar, (que los mayas llaman EL cuarto sol) en
el cual la intensidad del calor solar era de nuevo más activa y más explosiva.
Provocaba la desaparición de Atlántida.
En
realidad, se trataba de un gran continente, los restos de la civilización Mu
(matriarcado) y el Atlantide (patriarcado) extendiéndose en el actual Océano
Atlántico, en relación con América central, África y Europa. Los restos, hay
doce mil años (con la isla y la ciudad de Poseidonis) debería situarse en el
Océano Atlántico, más cerca de África y Europa para desaparecer hacia el final
del noveno milenio antes de nuestro fechado (- 8250 a -8000). Esto relativiza
el principio de la deriva de los continentes en cuanto a su velocidad
(anomalías en el Océano Atlántico), e indica que el eje de la rotación de la
tierra necesariamente debió sufrir cambios bastante importantes y que el lugar por
lo menos de uno de los polos no se encontraba al lugar actual (ausencia de
rastros glaciales en el hemisferio Septentrional y la subida de las aguas por
una probable descongelación del Polo Sur en el pasado).
Hay
investigaciones serias que indican que existían después aun restos de este
continente entre España-Portugal - las Islas Británicas y el continente Europeo
(en el canal y el mar del Norte). Toda esta zona se menciona actualmente como el “Gran Iberia”
cuya cultura atlante ya estaba transformándose en esta época en cultura
céltica. La actividad volcánica al final del cuarto milenio (- 3.150 -3.125)
antes de nuestro fechado ha causado en el Mediterráneo la explosión del supervolcán
de Santorin. Es también en esta época que una parte del gran Iberia se sumergió
y que los países británicos se convirtieron en Islas. Es también el principio
de la era del quinto sol de los mayas o la era de los terremotos, ciclo que va
terminarse en el próximo futuro.
La
sociedad Atlante conocía antes de su decadencia definitiva una cohesión social
que era jerarquizada según el grado de poder de las personas iniciados a nivel
espiritual. Estos señores controlaban un
sistema autocrático de castas y eran en realidad maestros y sacerdotes espirituales
(mayas, no muchos o maha' s: los grandes, majores, o séniores) que eran
iniciados al menos de alto grado. Los castas estaban cerrados y la mezcla entre los diferentes grados estaba muy
reducidos y codificados. Entonces, el incesto (o incasta) no estaba un fenómeno
anormal Este sistema
cerrado, que al mismo tiempo estaba basado en una estrecha conexión con el
espíritu cósmico, permitió mucho tiempo hacer frente a los múltiples
acontecimientos que perturbaron esta civilización que duraba su larga historia.
Encontramos más tarde la prolongación de este sistema en
Asia o Egipto y en otros lugares. Esta conexión íntima, codificada altamente,
era la garantía de una fuerte cohesión y permitía salvaguardar en los élegidos
de entrar y de casi vivir en la quinta dimensión del etérico astral y poder
ejercer los poderes superiores de la mente y de los sentidos: clairaudiencia, clarividencia, telepatía, teletransportation, visión espiritual superior y
cósmica, psicometría y contacto con el más allá y los mundos extraterrestres
que innegablemente venían a s, regularmente visitarlo como hoy.
El nombre Poseidonis no era sino el nombre de un gran Isla, el resto del
continente atlante, de la ciudad principal o el palacio del gobernador
principal. Era también el nombre del jefe espiritual y divino supremo que
representaba el principio muy potente del universo: aquél que posee el don (poder)
del éion o tiempo del origen (del
universo y el mundo). Representaba pues el Alma Original (o Instructor) del Mundo
(AOM) y era pues el Anciano de los Días.
En
torno a este Anciano de los Días, había otros ancianos o sabios como el
libro del Apocalipsis lo describe. Representaban las fuerzas positivas y
negativas que tenían el jefe supremo espiritual como única referencia de
armonía y cohesión.
La desaparición de la Atlántida debió extenderse sobre un largo período de
varios millares de años. El principio de la fase final debería situarse
al final del tiempo del signo de fuego de Leo, dos ciclos de 5.125 años antes
del tiempo actual del principio de Acuario, es decir, en torno a los años
8.250. (= 6 nueva involución). Leo empuje al conocimiento de si mismo para
conocer al otro.
Stanton St. Berbnards, Wilthire Crop Circle - 28.07.2001
http://www.noufors.com/images/cc094.jpg)
Es en
ese momento que nuestro sistema solar entraba en un ciclo de alrededor 10000
años de oscuridad cósmico, causando un proceso de desdoblamiento de los cuatro
constantes del universo (espacio-tiempo-fuerza-acuerdo). Entre otros fenómenos,
causaba una separación entre los distintos niveles del cuerpo humanon, provocando la separación entre espíritu o cuerpo superior y cuerpo físico
inferior. Esto permitió diferenciar en los ambos terrenos la diferenciación en
niveles o dimensiones para mejorar nuestras capacidades mentales, emocionales y
físicas y prepararnos a una conciencia espiritual más elevada y más matizada.
El espíritu se diversificaba progresivamente y subía en las altas atmósferas
de la tierra y a continuación en el sistema solar (los planetas edénicos) para ahora
entrar en las dimensiones cósmicas para reconectarse con sus origines cósmicos. Es lo
que llamamos los maestros ascendidos o el parte de los espíritus humanos
separados aparentemente de sus partes inferiores et encarnados.
Ignorantes
todavía de estas relaciones y sus interactividades, los cambios, empujaban a
los atlantes a un proceso de individualismo que rompió la cohesión de la sociedad por el
hecho de estar más y más preocupados a conservar el nivel de vida realizado que
adaptarse a las exigencias de los cambios, lo que estaba origen de conflictos, hasta-allí desconocidos. Estaban, como en la
situación actual, perdidos en no poder ver la importancia de transformar la
visión de su sistema de vida hacia un modelo nuevo, mas realista.
Varios
iniciados, acompañados de fieles a la base dejaban por esta razón lo que
permanecía de Atlantis, antes de su perdición total. Esto permitía también
guardar al menos para una parte la sabiduría alcanzada con sus tradiciones y
ritos de iniciación y que ahora vuelven a nosotros a través de las grandes
escuelas de sabiduría en el mundo.
Otros
dejaron retirar sus espíritus en dimensiones más sutiles, intra- o
extraterrestres, como maestros de sabiduría o hermanos de luz. Con todo, la esencia
de sus espíritus seguía encarnarse cada vez más separada de su potencial
realizado y cada vez más ignorante de sus talentos espirituales en las
dimensiones físicas. Es la dualidad de los maestros de sabiduría. Era un
proceso irregular. A veces, guardaban algunos “dones” de su potencial
espiritual pero por la separación con su naturaleza divina, algunos lo
empleaban más para finales personales y hacían nacer la magia negra. Todo eso creaba
tensiones con las subordinadas de la base que se sentían cada vez menos
protegidos.
Así la
cohesión daba paso al división y a la búsqueda del reconocimiento y de la
protección individual. Por el final de la Atlántida la lógica de los conflictos
y de guerras era la consecuencia para convertirse en la característica en los
últimos millares antes de hoy. Incluso se convirtió en una convicción
espiritual que esta lógica es indispensable para alcanzar la paz. Por eso entró
la idea que venir en la tierra implica inevitablemente el sufrimiento, la
imperfección, el dolor y el descontento.
La
consciencia espiritual colectiva estaba dirigida por una élite que se disolvió
porque una nueva conciencia colectiva, basada sobre la interactividad entre las
conciencias individuales entre todos faltaba tanto a los dirigentes como a la
masa de base. En este sistema, en realidad polarizado, el centro de unión
estaba arriba y no funcionaba mas como núcleo de unión. Faltaba una conciencia
para unir la conciencia monolítica existente desde eones que se rompió en
conciencias individuales de diferentes niveles de comprensión. No podían
comprometerse de manera más original y autentico en el conjunto sino solamente por
dominación de él que era más fuerte. Así empezaba un largo proceso de ascensión, por lo
menos durante los últimos 5000 años pasados, para reconstruir la cohesión y la
conciencia perdidas.
A
través de experiencias la memoria del pasado se transformaba poco a poco en
nuevos sistemas de vida, con cumbres y bajas. La conciencia individual progresaba y un nuevo sentido de relaciones colectivas
se formaba. Empezaba en los diferentes continentes para grupos errantes supervivientes
que se mezclaban con las populaciones locales, imponiéndose cuando no podían
hacerse aceptar. Después sobrevenían nuevas organizaciones colectivas hacia formar
naciones e imperios que se perdían por la mente individualista de dominación y
de división que provoca siempre conflictos y pérdidas. Pero, poco a poco, las bases
de una nueva conciencia colectiva veían la luz en corporaciones de todo orden,
partidas, regiones, y en fin en naciones que se unían para alcanzar a los
conceptos de estados unidos de ahora, creando las bases de una nueva conciencia colectiva y planetaria.
Los
distintos cuerpos del ser humano, que estaban separados por el proceso de
desdoblamiento, deberían de este modo mejorarse a través de las eras que
seguían. Sus energías procuraban, por ciclos de algo más de dos mil de años,
las coincidencias para hacer las experiencias necesarias que le faltaban para
finalmente de nuevo reunir los espíritus diferenciados en cuerpos mas
perfectos.
El
esquema siguiente puede proponerse:
espíritu-físico (dispersión de los restos de la cultura
atlante en el espacio terrestre: perdición de la sensibilidad para el viejo
ideal espiritual y la búsqueda de una nueva realidad material conveniente: eras
Cáncer – Gemelos).
mental-físico (descubrimiento de la fuerza mental que tenemos
para expresar lo que somos: eras Tauro - Aries). Es durante la era de Tauro que
se consumía la ruptura definitiva con la civilización Atlante y que desaparecen
los últimos restos de su continente que se encontraban entre el España-Grand-Bretaña
y el Mar Benelux.
emocional-energético-físico (aspiración-sensibilidad para
el movimiento del tiempo hacia una nueva espiritualidad por devoción, vivido
cada vez más en conflicto con las condiciones de la vida material diaria: era
de Piscis).
Se
anuncia en nuestros días el tiempo una nueva luz de reunión, un Pentecostés
planetario que desciende hacia cada uno de nosotros.
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