Ya
desde el comienzo de la historia humana existen pruebas en que el ser humano
fue guiado por los planos más sutiles del espíritu de luz. Se
manifestaba por medio de seres
conocidos por diversos nombres, tales como: seres de luz, maestros de
sabiduría, hermanos mayores, guías, ángeles o Dios mismo. En las últimas décadas este fenómeno ha ido en aumento y
todo tipo de seres de luz parecen estar involucrados.
¿Qué es?
De
acuerdo con el plan cósmico divino, todo es un conjunto que forma un solo cuerpo
con el potencial de la Gran Conciencia
Única, Infinita y Universal. Se realiza
mediante su expresión en muchos niveles de manifestación.
El ser
humano es una manifestación de las energías de esta Gran Conciencia jerarquizada
en una forma física, específica y única, densa y básica (como la rodilla, que
forma parte de las energías cósmicas, focalizadas en el centro del coxis de
nuestro cuerpo). El ser humano es como un holograma
dotado
de potencial creativo (talentos) de la Conciencia Cósmica. Encontramos
una proyección cósmica de la jerarquía en la galaxia en la constelación del
Cristo de Acuario .
Debido a ser encarnados en una
forma única, tenemos la impresión estar separados de los niveles superiores de esta
conciencia. Los condicionamientos de la
vida cotidiana crean un velo, o vibraciones, que impiden "aparentemente" unirse con estas dimensiones.
Sin embargo, según la ley de la unidad de la creación, los seres humanos no pueden
manifestarse y vivir sin mantenerse conectados. Tiene,
por lo tanto, siempre esta capacidad de conectarse "conscientemente"
con estos niveles más altos de la Conciencia Superior que corresponde a su (estado de) Ser Superior. Por lo tanto, puede comunicar con sus aspectos
divinos, angélicos de amor, de sabiduría, o de su genio creativo. Poco a poco, ya que el ser humano es capaz de integrar y
expresar estos aspectos, el ser humano se realiza y es reconocido como maestro y como divino.
El papel
del hombre es transformar el potencial
divino de la luz nirvánica (Buda) de Conciencia, Amor y Sabiduría, donde
reside su verdadera naturaleza, para que ésta permanezca disponible para todos
y en todo el universo. Cada transformación asciende a los planos más sutiles
del universo de acuerdo con el grado de poder,
de amor y de sabiduría que realizamos en la Conciencia Cósmica.
En
cuanto a la "ascensión" las
realizaciones "transitan" en los diferentes niveles captando la
información que sea más adecuada a su nivel de conciencia. La
realización conseguida por una persona, en
el tiempo como artesano, erudito, maestro u otro avatar y puede ser reconocida
como una realización de amor-sabiduría de
todo el universo y su Gran Conciencia, conocida por el ser humano como la
entidad ( o estado de ser) del Espíritu de Cristo, Buda.
El
proceso de ascensión es pues el efecto del trabajo en la tierra o cualquier otro
lugar o nivel del universo. Se nos permite hablar de los maestros ascendidos, lo que no
significa que la entidad que se encarnó, esté completamente realizada. También el Espíritu Cristo-Buda, continúa cumpliendo su
conciencia cósmica, en concreto a través de la encarnación en todos nosotros.
Además, los maestros siguen reencarnándose para
continuar su ascensión a pesar de que no sean reconocidos o que a menudo no se
reconocen incluso a sí mismos como tales. Esto
se debe a la ley de separación que
mantiene la dualidad entre el mundo espiritual (el conjunto único) y el mundo
de la materia (el individuo único) y que los maestros todavía no han superado
esta dualidad, sino el Espíritu de Cristo-Buda. Este
estado supremo de la conciencia es el estado del Hijo único de Dios quién se
expresaba a través de Jesús.
Especialmente
en esta época, el Espíritu de Luz de Cristo-Buda retorna con fuerza en las tinieblas
planetarias para despertar considerablemente esta conciencia de dualidad según el
plan de los ciclos cósmicos. Gracias a este retorno, somos estimulados a
ver lo que es bello, lo que es puro, lo que es sagrado, en pocas palabras:
nuestra naturaleza cristalina, divina. La
voluntad del plan es que superemos la
conciencia de separación individual para entrar en la realidad superior de la
conciencia cósmica, que es de naturaleza universal, holística o unida.
La
expresión de la conciencia colectiva todavía sólo existe efímeramente en la
tierra, especialmente en algunas comunidades y asociaciones con un objetivo
colectivo, bien definido. La idea de las naciones y de sus federaciones sigue siendo
más bien un motivo de satisfacción de poder y de pragmatismo administrativo que
una conciencia colectiva real que va más allá de intereses personales. Es sobre todo el peso
ciego de la masa de la inconsciencia colectiva el que gobierna el mundo e invita
a la división entre gobernantes y gobernados, y por lo tanto, a un sistema “necesariamente conflictivo."
Incluso los grupos de "iluminados" o
espirituales no son una excepción. Muchas de
sus ideas cuadran siempre en este sistema y lo refuerzan a menudo. Además, todavía están siempre confrontados con el.
Sólo
se puede imaginar que el retorno de Cristo tendría como objetivo el poner remedio a esta situación de dualidad
y de separación que impide la evolución de la humanidad y el desarrollo de
relaciones más justas. La voluntad del plan divino es en realidad acercar el
aspecto individual del despertar espiritual de cada individuo, ya sea maestro o
discípulo, con “el estado de ser Hijo único” de la Conciencia Cósmica por, en y
con todas sus realizaciones en el universo.
Esto
se debe a que el objetivo previsto del plan de Dios con la exteriorización de
la jerarquía espiritual es la unión del
potencial creativo de amor-sabiduría divino de los seres humanos para que todos
puedan acceder a él. Esto es especialmente importante debido al gran número de
seres encarnados actualmente, en representación de todos los niveles de la
conciencia del universo. Es un verdadero
desafío para el destino planetario y cósmico. Sin
este desafío escatológico el ser humano no puede
transitar desde el nivel material de la tierra para continuar su ascensión a
un mundo espiritual más adulto. Sin la libertad
de este desafío se mantendrá, incluidos los maestros, en la dualidad y la
separación. La realización de esta unión es lo propio
del trabajo de síntesis, de la ciencia de síntesis y de los centros de síntesis y sus redes, explicado en otra
parte
.
Esta
exteriorización está pues en "poner
juntos" todos los niveles de la manifestación con todo su potencial realizado. Este "juntar" libera el potencial creativo que es necesario
para realizar la unión de la fraternidad cósmica. Va más allá de toda división y separación de tiempo y
espacio, gracias a la fuerza colectiva y solidaria que se libera por la unión
entre la mente y la materia por la
conciencia de la unión o de síntesis. Este
reconocimiento en cada uno, "conviviente compartiendo, colaborando
y comunicando" en la unión solidaria, es el objetivo y la
realización de la jerarquía espiritual. La
formación de una masa crítica forma parte de este proceso de despertar y de
unión.
Es
la única manera de que la dualidad entre
maestro y discípulos vaya a desaparecer, que el espíritu de la igualdad,
de libertad, de fraternidad y de solidaridad se haga una realidad de armonía y
de paz duradera. Es entonces cuando uno respetará al otro. Todo el mundo
tendrá acceso gratuito a los diferentes niveles de realización de la conciencia del Espíritu de Cristo-Buda Único por la vía
del estado crístico del otro, como parte de uno mismo. Es desde el momento en que el hombre haya comenzado a aceptar
este objetivo y dejar de poner barreras
personales o condiciones, relacionadas con objetivos o visiones espirituales,
religiosas u otras, individualizadas, que los maestros-discípulos y los
discípulos-maestros pueden exteriorizarse como
un solo cuerpo de Cristo-Buda Viviente en la jerarquía espiritual y
fraternal del universo.
El
propósito de la venida de Cristo está íntimamente ligado a esta exteriorización,
su trabajo constructivo en el respeto y la libertad de cada uno, estando todos unidos en el servicio al bien de
todos. Este retorno no es, en primera instancia, ya que el mundo ha
demostrado en su inconsciente colectivo, un enfoque hacia y en una sola
persona, instructor o avatar, como hace 2000 años. Entonces si alguno os dijere: “ꞋEl cristo está aquí o alláꞋ,
no lo creáis dijo
Jesús
La
voluntad del plan es que el Espíritu
Divino Supremo se vuelva visible y palpable en cada uno, que los seres humanos se reúnan con su verdadera
naturaleza divina. Es cierto que cada uno focalizara el potencial de la luz de
la jerarquía según la gracia aceptada e integrada (el hábito blanco cuántico). También
es cierto que los que focalizarán más que otros el Espíritu van a ser
reconocidos como las guías y que el enfoque
de un Guía-Instructor del Espíritu de Verdad podrá revelarse como la coronación
del trabajo que une a toda la humanidad a través de todos los centros de
energía más importantes del planeta. Pero el
advenimiento de esta revelación está en las manos de los seres humanos. Este reconocimiento no sólo depende de sus peticiones, sino
también de sus esfuerzos para querer la
paz mediante la armonización mutua para salir del mundo conflictivo de
dualidad y de separación.
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